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Los casos de infecciones urinarias son más comunes en chicos transexuales por miedo a acudir al servicio higiénico

Once estados de EE.UU. se enfrentan a Obama en la 'batalla de los baños'

Once estados de EE.UU. se enfrentan  a Obama en la 'batalla de los baños'
06 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción Sociedad y agencias

Gavin Grimm, un joven transgénero -que nació mujer en Virginia, de 16 años, ganó en abril una batalla legal contra el consejo de su escuela por el uso del baño de hombres. Esto sentó un precedente para cualquier estudiante que busque desafiar en la corte la ley de Carolina del Norte, conocida como HB2, la cual dictamina que las personas usen los baños conforme a su sexo biológico.

La sentencia judicial tuvo consecuencias en todo Estados Unidos porque el fallo de la corte de apelaciones del cuarto circuito, con sede en Richmond (Virginia), establece un antecedente legal en los 5 estados bajo su jurisdicción: Maryland, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia y Virginia Occidental.

La HB2, además de reprimir a los transgénero el uso baños en edificios del Gobierno estatal, escuelas y universidades públicas, impide la creación de baños unisex. Por otra parte, el estado de Misisipi creó la HB 1523 que busca “proteger la libertad de conciencia de un acto de discriminación del Gobierno”, así como “proteger las creencias religiosas de los ciudadanos y definir qué constituye discriminación”.

Tras esta noticia, el gobierno del presidente Barack Obama arrancó la denominada ‘batalla de los baños’, emplazando a las instituciones educativas a permitir que los alumnos decidan qué baños usar.

La circular pide a las instituciones actuar “rápida y eficazmente” contra cualquier acoso a un estudiante por su identidad sexual. Aunque los lineamientos enviados no son de cumplimiento obligatorio, los centros de estudio que discrepen de la iniciativa podrían enfrentar eventuales demandas o ayuda federal reducida, advierte la misiva. Como respuesta, 11 estados federados, 9 de ellos republicanos, presentaron una demanda alegando que Obama desea expandir los derechos de los estudiantes transgénero.

Ambas leyes son denunciadas como discriminatorias por múltiples personalidades, organizaciones de la sociedad civil y del Partido Demócrata, mientras los del Partido Republicano hasta ahora se habían mantenido al margen del debate.

Para Robert Garófalo, médico pediatra especializado en jóvenes transgénero en el hospital de niños Lurie en Chicago, la batalla sobre los baños es parte de la lucha que llevan adelante las nuevas generaciones por los derechos humanos.

Diane Rodríguez, presidenta de la Federación Nacional de organizaciones LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales) en Ecuador, explica que la ley de Carolina del Norte es una lucha, al igual que la que tuvieron las mujeres por sus derechos y la que los afroamericanos tuvieron contra el racismo y el matrimonio interracial.

Pacientes transgéneros

“Frecuentemente tengo que escribir una especie de ‘salvoconducto’ para que se respete a mis pacientes, en caso de que sean hostigados, incluso por la Policía, por entrar a un baño”, detalla Robert Garófalo, director de un departamento específico para niños transgénero.

El especialista afirma que la cuestión del uso de los aseos es una preocupación real para sus pacientes. “Todo comienza con la seguridad escolar. No se puede tener una discusión sobre aprendizaje, sobre un crecimiento y un desarrollo sano si un estudiante está preocupado por su seguridad y su bienestar”.

El estudiante de una secundaria en Chicago, Arthur Brown, de 16 años -quien nació como mujer-, indicó que para las personas transgénero las soluciones improvisadas para paliar la falta de acceso a baños públicos están provocando debates sobre derechos básicos. “Para evitar utilizar los baños públicos específicos para cada género, las personas transgénero apelan a diferentes recursos, incluyendo no comer ni beber cuando están en público, o informarse sobre los lugares donde hay baños mixtos”.

Jennifer Leininger, responsable de un programa específico en el hospital de niños Lurie de Chicago, denuncia que por este motivo se producen muchos más casos de infecciones de la vejiga, urinarias y desórdenes alimenticios. Según el Centro Nacional para la Igualdad Transgénero, no se conoce con exactitud el número de transexuales en EE.UU. Solo hay una estimación: entre 0,25 y 1% de la población.

Respaldo y rechazo

Los defensores de la posición de Carolina del Norte dan dos argumentos principales, uno religioso y otro sobre la seguridad. “Ningún hombre en los baños de mujeres”, publican en las redes sociales varios republicanos. Jeremy Tedesco, de la Alianza en Defensa de la Libertad, uno de dos grupos religiosos que se opone a cualquier flexibilización en las normas sobre el uso de sanitarios, indica que el proceso alega que el acuerdo equivale a un hostigamiento y viola la responsabilidad de proteger la privacidad, seguridad y dignidad del resto de los estudiantes.

La circular de Obama fue criticada por los republicanos como una intrusión federal sobre las prerrogativas de cada estado. Existen estados que han creado iniciativas en respaldo de los transgénero. Uno de ellos es el Departamento de Justicia de Chicago, al igual que Alaska, Massachusetts, Oregón, el estado de Washington y Kentucky.

En Los Ángeles, por ejemplo, las escuelas distritales no requieren que los chicos se sometan a exámenes médicos o diagnósticos psicológicos para que su identidad de género sea reconocida. Mientras que en Nueva York los estudiantes transgénero pueden participar en clases deportivas exclusivas para cada sexo “de una forma consistente con su identidad de género”.

Diane Rodríguez dice que estas situaciones muestran que estos estereotipos pueden ser rotos tras una ardua lucha. “Hay una cosa importante cuando se quiere instaurar una nueva política pública, y es el contexto social, me refiero a que en los países escandinavos (Noruega, Suecia y Finlandia) hay baños unisex y no hay privilegios; tanto varones como mujeres hacen la fila en el mismo lugar”.

Recalca que en estos países tienen una cultura mucho más avanzaba de respeto y buenas costumbres que en nuestras sociedades latinas, e incluso la estadounidense. “No estoy diciendo que es un modelo ideal. Esto funciona allá, pero lastimosamente Estados Unidos no posee una cultura propia, cabe recalcar que con la migración latina su cultura está muy contaminada. Es triste, pero real. Un ejemplo claro, y enfocándonos solo en mujeres y hombres -dejando fuera a los trans-, son los abusos que se han registrado en la Metrovía. La viveza criolla no ayudaría a que en nuestro país se dé un avance así”.

Rodríguez ve como posible solución efectuar una campaña de sensibilización para educar a los ciudadanos (durante 2 años); además de preparar el marco jurídico para reforzar las sanciones y así restringir incitaciones sexuales o cualquier tipo de abusos. (I)

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