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Nobel premia partícula de Dios

Nobel premia partícula de Dios
09 de octubre de 2013 - 00:00

Estocolmo.- El Premio Nobel de Física 2013 fue adjudicado ayer al británico Peter Higgs y al belga François Englert por sus hallazgos sobre el bosón de Higgs, partícula elemental que explica el origen de la masa.

Los dos científicos, de 84 y 80 años de edad, respectivamente, fueron recompensados por sus trabajos sobre “el descubrimiento teórico de un mecanismo que contribuye a nuestra comprensión del origen de la masa de las partículas subatómicas, que fue confirmado recientemente”, precisó el comité Nobel en un comunicado.

Conocida también como la “partícula de Dios”, el bosón de Higgs es una partícula subatómica en el origen de la masa de otras partículas, cuya existencia fue formulada teóricamente en 1964.

Este bosón que lleva el nombre de su descubridor británico explica por qué algunas partículas tienen una masa y otras no, y en consecuencia por qué el Universo existe tal y como lo conocemos. “Sin este, no existiríamos”, declaró el comité Nobel en su comunicado, en referencia al bosón de Higgs.

“La idea es que hay partículas que chocan permanentemente con bosones de Higgs. Estos choques frenan su movimiento, que se vuelve más lento, y le dan la apariencia de una masa”, explica el físico y filósofo Etienne Klein.

Los científicos Peter Higgs y Francois Englert tienen 84 y 80 años de edad, respectivamenteÉl compara este fenómeno con un hombre que intenta pasar corriendo en medio de una multitud que “frena su carrera” y le hace aminorar su velocidad.

La existencia de la partícula  fue formulada teóricamente de manera separada por Higgs y por Englert, quien colaboraba con su compatriota Robert Brout, fallecido en 2011. “Me siento abrumado por recibir este premio”, dijo Higgs en un comunicado difundido por la Universidad de Edimburgo, donde imparte clases de física teórica.

“Espero que este reconocimiento de la ciencia fundamental ayude a concienciar sobre la importancia de la investigación imaginativa”, agregó, dando las gracias a la Real Academia de Ciencias de Suecia, que atribuye el premio. “Estoy muy feliz de haber recibido este premio pero no puedo hacer comentarios”, declaró Englert.

El descubrimiento de esta partícula, que es responsable de brindar su masa a todas las demás, completó el “modelo estándar” (la teoría de la estructura fundamental de la materia elaborada en los años 60 para describir todas las partículas y fuerzas del universo) y permite asomarse a cómo se formó el universo después del Big Bang.

Casi 50 años después y tras numerosos intentos fallidos de confirmar la existencia de esta partícula, la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN, con sede en Ginebra) anunció su hallazgo el 4 de julio de 2012, gracias a las investigaciones que se llevaron a cabo en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande del mundo, situado bajo tierra, en la frontera entre Suiza y Francia.

Otros inminentes científicos participaron en este largo y complejo proceso. Algunos especialistas del Nobel apostaban incluso que el CERN recibiría la recompensa.

Entrevistado por la agencia TT, el profesor Gerald Guralnik, físico del CERN, se dijo “muy contento por estos hombres y por la causa de la física”. “No niego que me da un poco de tristeza (...), pero siento gran satisfacción por haber participado de manera decisiva en formular una teoría sobre este tema”, añadió.

La Real Academia de Ciencias de Suecia prefirió seguir su tradición, de recompensar a un máximo de tres personas.

En 2012, la recompensa fue para el francés especialista en óptica cuántica Serge Haroche y el estadounidense David Wineland, cuyos trabajos abrieron el camino hacia ordenadores muy potentes y relojes de extrema precisión.

Al bosón de Higgs se le llama “partícula de Dios”, como consecuencia de un libro al que se le cambió el título. El Premio Nobel de Física, Leon Lederman, quería llamarlo “The goddamn particle” (la partícula maldita), por lo difícil que era encontrarla. El editor sacó la terminación “damn” y lo llamó “The god particle”, ya que temía que la palabra “goddamn” fuera considerada insultante.

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