En el país 2,4 millones de neumáticos se desechan al año, cuantificó este miércoles 12 de diciembre el Ministerio del Ambiente (MAE). De esa cantidad, en solo un mes (noviembre) se recuperaron 45.000.  

La cartera de Estado, con el fin de cuidar el medio ambiente, proyectó que hasta febrero de 2019 captará 90.000.

Por ello, el MAE desarrolla la campaña “Llantatón”, cuyo fin es recolectar al menos el 30% de los neumáticos que se comercializan y que ascienden a 6 millones al año.

Rosa Fonseca, directora (e) de Prevención de la Contaminación de esta cartera de Estado, destacó que por primera vez trabajaron con 40 gobiernos autónomos descentralizados (GAD) y 11 gestores ambientales.  

Esto permitió que solo en Quito, entre marzo y octubre del año anterior, se recuperaran 3.000 del relleno sanitario El Inga, pero a diario llegan 100 llantas.

Importancia del reciclaje

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las micropartículas que se desprenden de productos industriales, como los neumáticos, representan hasta el 30% de la basura que contaminan los mares y océanos.

Estos objetos, al estar al aire libre, se convierten en depósitos de larvas de vectores que propagan enfermedades; y al incinerarse producen una gran contaminación ambiental del aire, suelo y agua por el material que desprenden.

Conscientes de estos aspectos, cada vez hay más empresas que buscan darle un valor agregado a este producto, o desintegrarlo para convertirlo en material de nuevos elementos.

Por ello, el Servicio Ecuatoriano de Gestión Integral de Neumáticos Usados (Seginus) inició sus operaciones en julio de este año y hasta noviembre ya recuperó 150.000 ruedas.

El director ejecutivo de la empresa, José Guarderas, precisó que el objetivo de su compañía era llegar a las 250.000 hasta diciembre.

Para lograrlo trabajan directamente con las 20 importadoras más grandes del país y con el productor local Continental. “Estas empresas en conjunto cubren el 80% del mercado nacional”.

La compañía labora con 14 gestores ambientales que se encargan del transporte de las llantas hasta llegar a las fábricas que elaboran el material final.

Además cobra $ 1 al usuario por cada llanta que recibe, lo que permite darle el reciclado adecuado. Esto cubre el costo por la movilización del neumático, el picado y la entrega de la materia prima.

El 45% del material que recibe Seginus se transforma en granulado, utilizado para la elaboración de canchas sintéticas, moquetas o pisos deportivos; y el 15% lo dan a los pequeños artesanos que fabrican objetos decorativos, sobre todo para exteriores.

Asimismo, el 40% se transforma en pirólisis (especie de combustible que se obtiene de un proceso térmico de degradación de una sustancia sin presencia de oxígeno).

Obtención de la materia prima

Una vez que las llantas llegan a empresas como Ecocaucho se inicia el proceso de desintegración en el que son trasladadas primero a la trituradora que las convierte en pequeños pedazos. Luego se retira la fibra textil y gracias a un imán se separan los alambres de acero, lo que facilita el proceso.

El material se coloca en una granuladora que reduce los residuos a partículas más pequeñas, las cuales pasan a un tamizaje y se obtiene un grano que se vende al peso.

En Proneumacosa, compañía ubicada en Latacunga (Cotopaxi), se obtienen dos materias primas: el granulado de caucho de 2,6 a 6 mm y el de polvo de caucho de 0 a 2,3 mm.

Usos frecuentes

Los neumáticos que no sirven para reencauchar constituyen la materia prima de nuevos productos que se procesan en empresas como Ecocaucho, ubicada en el norte de Quito. Allí se transforman en pisos de gimnasio, moquetas para autos, rodapiés en variados colores y diseños.

Incluso las convierten en alfombras antifatiga que se usan en la ganadería. El producto final evita el desgaste de los cascos de los animales y que estos caigan en caminos lodosos o mojados.

Sirven también para el drenaje de líquidos y desperdicios porque mantienen limpia y seca la superficie. Otra empresa que incursiona en este campo es Logística y servicios ambientales para la industria (AV.com), que confecciona muros de contención, sandalias, carteras y artículos decorativos para jardines.

Las barreras, que se ubican inclinadas, son recubiertas de una malla de acero que ayuda a la adherencia del cemento y las protege.
“Tienen la misma resistencia que una hecha en concreto, pero con la ventaja de que son más económicas porque el material es de bajo costo”, comentó la ingeniera ambiental, Johanna Ramos.

Otra utilidad de este material es un pavimento que brinda menor impacto con el vehículo al momento de la movilización sobre la vía como ocurre en países como Estados Unidos. (I)