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Museo restaura espacios verdes con plantas nativas

Museo restaura espacios verdes con plantas nativas
06 de noviembre de 2011 - 00:00

En casas alejadas del casco urbano aún se pueden encontrar frutales, plantas ornamentales y medicinales que hace 15 años formaban parte del entorno de la capital.

El paisaje andino sufrió transformaciones. La presencia de edificios alteró la naturaleza y las especies nativas  prácticamente desaparecieron. El ambiente quedó reducido a césped y a uno que otro bosque de eucalipto que es originario de Australia.

Recobrar la biodiversidad de Quito con una muestra natural que dé vida a un bosque andino es el reto del Museo Interactivo de Ciencias (MIC). La idea nació en 2010 y luego se concibió como proyecto con el nombre de “Bosques nativos”, aprovechando que 2011 fue declarado el “Año de los bosques”.

El museo, ubicado en el sector Chimbacalle, en el centro-sur de la ciudad, cuenta con 5.711 metros cuadrados de  áreas verdes restauradas con 400 plantas pertenecientes a 33 especies nativas.

Frutales, como el taxo, el capulí, la guaba, la granadilla y la uvilla, son combinados con plantas medicinales, como el tilo, el marco y el yalomán, y hasta con las ornamentales, como el arete, los heliotropos y la flor de mayo. Árboles de gran tamaño, como el sauce, que puede llegar a medir hasta 20 metros; y el cedro, que puede alcanzar los 30 metros, también forman parte de este selecto grupo que fue donado, en parte, por el Municipio, además de haber sido adquirido en los viveros de Cumbayá.

Paola Santacruz, coordinadora del proyecto, recordó que fue duro preparar la tierra para ofrecerle a cada planta un espacio determinado. Incluso, dijo, les tocó remover algunos árboles introducidos.

La bióloga precisó que el objetivo del proyecto no es solo reforestar, sino generar conciencia en la ciudadanía sobre la importancia de este tipo de especies. “La gente habla mucho de reforestación y coge un árbol y lo siembra, pero no sabe su uso cultural. Nosotros les enseñamos a acercarse a la naturaleza”, indicó.

Añadió que si bien el tiempo que demoran en desarrollar es largo, el beneficio a futuro es considerable. Cuando el visitante ingresa  al museo se encuentra con las plantas nativas, cada una tiene una fotografía y una leyenda en la que no solo se describe el nombre científico, sino también su utilidad. La fundación Finding Species colaboró con las fotografías e información científica.

Martín Bustamante, biólogo y fotógrafo de la fundación, recalcó la relevancia de  que haya personas e instituciones que se preocupan aún por el ecosistema, y explicó que no se pueden reemplazar en su totalidad  las plantas introducidas, como los eucaliptos, porque cumplen un fin.

“Estos árboles permiten que las laderas no se erosionen”, sostuvo, y aclaró que el reemplazo por bosque nativo, en los lugares que resulta pertinente, debe ser paulatino.

Rocío Herrera, coordinadora del MIC, manifestó que la ciudadanía puede ingresar libremente a las áreas verdes para conocer sobre el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 5.000 dólares. Comentó, además, que el siguiente paso será compartir con investigadores y estudiantes el proceso de crecimiento.

Sentir la naturaleza

El pasado 29 de octubre, un grupo de niños, junto con sus padres, apadrinó 60 plantas. Cada uno les puso un nombre y se comprometió a visitarlas constantemente.

Mateo Gavilanes, de 4 años, le puso a su aliso “Cobú”. Con la ayuda de su madre y de una pequeña pala removió la tierra para sembrar la planta que después de varios años medirá 30 metros de altura. Con sus pequeñas manos empuñó un poco de tierra,  para poner firme su aliso que lleva el nombre de su mascota, un cachorro  labrador.

Los guías del museo le indicaron que el aliso mejora la fertilidad del suelo y es utilizado no solo para armar taludes, sino para elaborar utensilios, como bateas y cucharas. Al igual que Mateo, Valentina, Martín y Alejandro también apadrinaron a sus plantas. Con la siembra, el museo tiene previsto que -en seis meses- insectos, aves y anfibios sean sus huéspedes habituales.

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