Ana Navas busca en Pekín un tipo arroz al que está acostumbrada a cocinar y comer en México.

Un día por la tarde llegó a un mercado ubicado en el distrito de Chaoyang y se detuvo en uno de los puestos. Allí, casi a la entrada, halló el grano que regularmente conseguía en las tiendas de su tierra.

Sanyuanli, el nombre del mercado, ya se ha convertido en una palabra importante en internet. Las personas de diferentes países se congregan aquí para comprar los alimentos frescos y las salsas típicas de todo el mundo, y algunos turistas solo vienen para tomar fotos llenas de colores.

Para Ana, la alimentación ha sido parte fundamental en su proceso de adaptación al país asiático, donde reside desde hace tres años por su trabajo.

Por ese motivo, en ese lapso ha recorrido diversos mercados para adquirir el grano Basmati, originario de la cordillera del Himalaya, el cual tiene un contenido alto en nutrientes y es apto para los celíacos.

“Llegué aquí por recomendaciones de otras personas. En este lugar venden alimentos que en los supermercados no encuentro”.

Además del arroz, aquí puede adquirir salsa verde, salsa chipotle y tomatillos en lata para preparar platos de comida mexicana. Otra sorpresa fue la tortilla para hacer tacos.

“No tienen marca, pero se parecen mucho a las que consumimos”, expresa Ana al pie del puesto en el que se expenden lentejas, otro grano muy consumido en América Latina.

Precisamente, esa es la característica principal de Sanyuanli, conocido también como “mercado de las Naciones Unidas”, donde la gente puede encontrar frutas, verduras, granos y otros alimentos de diferentes países.

Ana no fue la única extranjera que vino al mercado el día de este recorrido.

También hubo decenas de personas de distintas etnias. Algunos hicieron compras y hablaron con los tenderos en mandarín como viejos amigos.

Los aguacates provenientes de México y Perú están de moda en este país asiático.

Considerada como una de las frutas más saludables y nutritivas, la estrella de Latinoamérica se utiliza para preparar ensaladas frías o salsas como acompañamiento de galletas o pan.

En 2017, China importó más de 30.000 toneladas de esta fruta exótica, más de 1.000 veces la cantidad de 2011.

Pang Shanshan trabaja como vendedora en el puesto 142. Es una frutería de sus parientes que se abrió hace 10 años.

A pesar de trabajar casi 12 horas por día, a ella le gusta más el trabajo actual en vez del anterior en el supermercado.

“Aquí el negocio es mejor. Cada vez que completamos productos, los podemos vender todos en no más de dos días, a veces en solo un día”, narra con una sonrisa.

Al ver que algunos clientes se paran a la puerta y miran los aguacates, se adelanta para presentar el país de origen y los precios de esta fruta exótica.

“El aguacate tipo Hass es de Perú y tiene dos precios. El grande está en 10 yuanes ($ 1,45) y el pequeño, 8 yuanes ($ 1,16)”.

Zhang Lei, un chino residente en Estados Unidos, compró aquí una funda de ocho aguacates.

“Ya estoy acostumbrado a comprar aquí desde hace 12 años cuando volví a China. En aquel entonces mis amigos me dijeron que podía hallar aquí verduras occidentales, como berro de agua o espinaca de agua que no encontré en otros sitios”, expresa Zhang.

En otro puesto, Ji Fan vende a los clientes camarones ecuatorianos, cuyo precio varía de 38 a 45 yuanes (de $ 5,91 a $ 6,52) el kilo.

“Casi todos los restaurantes consumen el camarón importado de Ecuador. En un día se pueden comerciar más de 100 kilos en el mercado”, asegura Ji, quien empezó a trabajar aquí hace un año.

Según él, el mercado Sanyuanli es el sitio ideal para encontrar mariscos de todos los rincones del mundo.

El camarón ecuatoriano es preferido aquí por su textura y sabor. Su carne, de acuerdo a los comerciantes, es más consistente.

En otro de los locales se expenden fundas de 60 a 120 yuanes ($ 10 a $ 20). La diferencia, según la tendera, es si lo desea con hielo o sin hielo, pues el precio varía. Al marisco sudamericano se lo puede identificar porque normalmente se lo expende congelado, mientras que el chino se lo adquiere vivo.

“El consumo diario de los clientes individuales es casi el mismo que el de restaurantes. Ahora se han mejorado mucho las condiciones de vida, de manera que la gente quiere comprar los productos foráneos que son más caros pero de mejor calidad”.

Este mercado fue construido en octubre de 1992.  Tiene una superficie de 1.560 metros cuadrados y vende principalmente frutas, verduras, carnes rojas, mariscos, té, cereales y condimentos.

Con un corredor central amplio y dos hileras de locales dispuestos a la izquierda y derecha, el mercado techado y equipado con aire acondicionado ofrece a los clientes un ambiente limpio y cómodo para hacer compras.

En la parte frontal de todas las vitrinas o congeladores están pegados adhesivos azules y verdes, los cuales son códigos QR para poder cancelar las compras en caso de que los clientes deseen pagar por medio de las aplicaciones Alipay y WeChat.

Según Chen Gaoxiang, uno de los vendedores que han trabajado allí desde el inicio del siglo, el mercado vivió tres remodelaciones en los últimos años. Con la reestructuración de 2004 se convirtió en el más moderno del país. (I)