En el país existen registrados 3.464 títulos de médicos extranjeros, de los cuales 327 están dentro del sistema público de salud, el resto se distribuye entre el sector privado y los centros médicos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

De agosto de 2017 a febrero de este año hubo una disminución de galenos foráneos en entidades públicas, según el reporte del Ministerio de Salud (MSP).

El médico familiar Severin Louamou de Nueva Guinea (África occidental), labora en el Centro de Salud de Ríoverde (Esmeraldas) desde 2014 y cuenta que el proceso de selección es muy exigente.

Recuerda que tuvo que sortear varios exámenes teóricos y prácticos para demostrar los conocimientos adquiridos durante su formación en Cuba.

El MSP dentro de los concursos de méritos y oposición, realiza pruebas de conocimientos técnicos por especialidad y exámenes de competencias conductuales a todos los aspirantes.

Además evalúa las destrezas, habilidades y características de personalidad de los postulantes a cargos de profesionales de salud.

Para que ellos puedan ejercer en el país es necesario que inscriban sus títulos, como todos los galenos ecuatorianos, en la Agencia  para la promoción y el control de la calidad y la protección de usuarios y profesionales de la salud (Acess).

Además quienes tienen título de tercer nivel en Medicina, registrado en la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) desde 2014 en adelante, deben rendir obligatoriamente el examen de habilitación profesional.

Este requisito también es inevitable para los odontólogos que obtuvieron su título a partir de 2015.

El Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) es la entidad que aplica el examen de forma anual.

Para aprobarlo se debe alcanzar una nota equivalente al 60% del cuestionario.

Cumplidas esas dos exigencias, la entidad correspondiente entregará la licencia profesional por un período determinado (aún no establecido por la Autoridad Sanitaria), luego del cual será necesario renovarla.

“Ningún profesional de la salud podrá ejercer sin contar con la respectiva licencia, tampoco lo hará mientras la misma se encuentre suspendida”, según establece el Código Orgánico de Salud (COS), cuya autorización depende de la aprobación en la Asamblea Nacional.

Los expertos foráneos que llegan temporalmente al país, a través de misiones o  voluntariados, también requieren de un permiso ocasional para cumplir su tarea.

El COS establecerá la renovación de la licencia profesional tras una evaluación de las habilidades y competencias de los médicos por parte de las instituciones de educación superior a través de una comisión interinstitucional que cuente con la participación de las sociedades científicas reconocidas.

Realidad de la salud privada
Las dependencias de salud privadas son los lugares en donde es frecuente encontrar médicos del exterior. Un ejemplo de esto ocurre en el Centro de Atención Integral de Salud (Asistanet),  en el norte de Quito, entidad que tiene convenio con el IESS.

En esa institución -de consulta externa- existen doctores foráneos casi en todas las especialidades, con predominio en las áreas de gineco obstetricia y pediatría.

En el primer grupo  está Belkis Borrego, ginecóloga cubana, que tiene más de 16 años de ejercicio profesional y al menos un lustro de trabajo en Ecuador.

 Ella laboró en varias clínicas particulares y desde hace 11 meses lo hace en Asistanet. Atiende en promedio entre 12 y 15 pacientes diarios.

En cada receta imprime el sello donde consta su número de registro y su especialidad.

 Su experiencia en clínicas particulares le permitió enrolarse en el centro médico, en donde solo contratan extranjeros con experiencia laboral en Ecuador.

“La coordinación médica realiza una evaluación breve de los conocimientos del profesional a contratarse, previamente se verifica que su documentación sea la necesaria”, refirió Pamela Oliva, asistente de talento humano de Asistanet.

Según Oliva la política de  su empresa es priorizar la contratación de personal nacional, pero reconoce que hay especialidades como la radiología y patología, en las que les ha sido complicado encontrar ecuatorianos.

“Para nosotros siempre tendrá prioridad el personal local y ya solo como última instancia contratamos a personas de otros países”.

En esta casa de salud, la presencia foránea representa alrededor del 30% del total del personal médico con el que cuentan.

Aquí también prestan sus servicios la ginecóloga venezolana Aufrak Castillo y su compatriota radiólogo Nilo González, quienes prefieren no emitir comentarios sobre su situación profesional.

Algo similar ocurre en el Centro Médico Vida (Cendiavia), también del norte de Quito, donde está la obstetra cubana Tamara Interian.

En el Centro Médico Familiar Integral La Mariscal, del IESS también se puede observar personal extranjero como la pediatra Yunieisis Pérez, quien labora en este espacio hace un año, pero ya estuvo en otros centros médicos del IESS.

Confiesa que en ocasiones es desgastante la cantidad de chequeos diarios (12 a 15 pacientes) que debe hacer, pero prima su inclinación por la salud infantil.

Resaltó que examina cuidadosamente a los pacientes; y si observa alguna anomalía se toma más tiempo para indagar sobre el problema y enviar los exámenes necesarios para descartar afecciones.

“Ella no es como los otros doctores que apenas si ven a sus pacientes. Al contrario me sorprendió su amabilidad  y sobre todo la atención que prestó a mis inquietudes”, dijo Daniela Sandoval, madre de Génesis, una de las usuarias infantiles.

Para otros, la calidad de servicio de los profesionales extranjeros no es la mejor.

 “En lo personal no confío en los ginecólogos cubanos porque me he dado cuenta que su formación no es igual a la de los ecuatorianos y su diagnóstico a veces es errado; por eso cuando puedo escojo en el sistema a profesionales locales”, dijo Paulina Hidalgo, paciente de Asistanet. (I).