El diagnóstico sobre la situación de los colegios fiscales en Quito es concluyente: en las zonas rurales existen pocas instituciones y en el centro de la ciudad se concentra la mayoría de la oferta educativa. Algunos planteles albergan a pocos estudiantes, mientras que los colegios emblemáticos están abarrotados de alumnos.

La conclusión es que existe una evidente falta de planificación, explicó a EL TELÉGRAFO Dean Torres, subsecretario de Educación del Distrito Metropolitano de Quito.

Frente a ello, el Ministerio de Educación ya ejecuta el plan de reordenamiento de la oferta educativa en el país, que contempla 2 mecanismos. Primero la repotenciación de varios colegios, es decir, la renovación y ampliación de su infraestructura para beneficio de los estudiantes. Y un segundo mecanismo que agrupa a varios establecimientos que serán absorbidos y se unirán a los colegios repotenciados. Esto, con el objetivo de reducir el número de instituciones.

En Quito hay 938 establecimientos fiscales. Con esta nueva planificación educativa, en la capital solo existirán 399 colegios, incluidos los repotenciados y las unidades educativas del milenio, que deberán construirse en los próximos años (ver infografía).

“Vamos a cerrar cientos de escuelas precarias que hoy por hoy no están dando una educación de calidad. En la zona rural hay 10 alumnos con un docente. No podemos tener aulas de 3 o 4 estudiantes. Si analizamos estadísticas, al país esta situación sí le representa costos que pueden ser optimizados”, explicó Dean Torres.

Actualmente se realizan las consultorías para iniciar con la repotenciación de algunas instituciones. Entre ellas están la Unidad Educativa Alangasí, Colegio 24 de Mayo, Mejía, Central Técnico, Montúfar, entre otras.

La inversión total en el proyecto se desconoce porque depende de los resultados de las consultorías que, al momento, están en marcha. Hay siete proyectos cuya inversión ya está aprobada (ver cuadro de datos).

Las condiciones
Una institución que será repotenciada debe cumplir 3 requisitos: estar ubicada en un lugar donde existe un potente número de estudiantes, que disponga de amplias instalaciones, y que cuente con una infraestructura que permita realizar mejoras.

La idea, a futuro, sería tener 2 tipos de instituciones: las unidades educativas mayores con una capacidad para 1.140 estudiantes en una sola jornada (2.280 en doble jornada) y las unidades educativas menores con 570 alumnos por jornada. Todas ellas ofrecerán desde educación inicial hasta bachillerato.

La remodelación contemplará la renovación de las aulas, de los pupitres, de las salas de profesores y los espacios verdes. Además, otorgará el equipamiento necesario en las bibliotecas y laboratorios de los planteles para aportar al desarrollo cognitivo y se verificará que las instituciones cuenten con conexión a internet y con los servicios básicos adecuados. La noticia de la repotenciación de los establecimientos fue bien acogida por Edwin Aguirre, presidente del Colegio Nacional Santiago de Guayaquil, ubicado en el Itchimbía, centro de Quito. El joven explicó que hace falta equipamiento en los laboratorios, conectividad y aulas.

Mario Albuja, quien trabaja como inspector de esa institución, a la que asisten 356 estudiantes, también opinó: “Necesitamos instalaciones eléctricas, mejoramiento en agua potable... Tenemos laboratorios en biología, química, matemáticas y computación que están funcionando, pero falta equipamiento”.

Desde hace varias semanas el ministro de Educación, Augusto Espinosa, ha visitado varios colegios de la capital con el objetivo de socializar el plan de reordenamiento educativo, escuchar las demandas de los estudiantes y docentes sobre las mejoras para la institución.

Rina Vera, una de las mejores estudiantes de la Unidad Educativa Alangasí, participó de una reunión con Espinosa durante su visita al plantel. Ahí expuso -junto a los maestros y personal directivo- las necesidades de su colegio, entre las que citó la falta de aulas y espacios de distracción para los alumnos.

La remodelación podría iniciar en 45 días. Está prevista la instalación de aulas temporales en los propios colegios, mientras se renuevan las antiguas. El objetivo es que los estudiantes no pierdan clases.

Dean Torres, además explicó que el año pasado se construyeron 150 unidades temporales que podrían ser utilizadas mientras dura la remodelación, que tomaría un año.

La migración de alumnos de aquellos colegios que serán absorbidos será paulatina. Los profesores también se trasladarán con los alumnos. Torres aclaró que ninguno de los docentes quedará cesante.

INVERSIÓN  EN INSTITUCIONES

Hay 7 consultorías que ya están listas. El próximo paso es que los procesos de contratación tomen forma.

Colegio 24 de Mayo: $ 5 millones.

Colegio Nacional Mejía: $ 3’300.000.

Colegio Montúfar: $ 1’500.000.

El Central Técnico: $ 3’400.000.

Escuela Alejandro Cárdenas: $ 574.000.

Colegio Manuela Cañizares: $ 1’700.000.

Escuela Eugenio Espejo: $ 840.000.