Los grafiteros ya tienen su corrector ortográfico

Los grafitis para que sean considerados positivos en la sociedad deben poseer ciertos parámetros. Tener un significado, un gráfico destacable, trazos con sentido y sobre todo, primar la buena ortografía.

Los integrantes de Acción Ortográfica Quito combaten el atentado a la gramática.

“Todo empezó cuando prestamos atención a una frase pintada en la pared, cerca de La Floresta. Tenía más de 13 faltas ortográficas en 2  líneas”, cuentan 2 de sus integrantes que prefieren el anonimato.

Esto inició en noviembre de 2014. Primero fue una forma de divertir al transeúnte. Se buscaba que quienes pasaran por el lugar se rieran al ver las correcciones.

Los agentes de la ortografía

Aunque están concientes de que no hacen nada malo, dos integrantes del grupo prefieren omitir sus nombres. Ellos son conocidos como ‘Agente Punto Final’ y ‘Agente X’.

Ambos aseguran que evitan represalias de parte del Cabildo quiteño. “Queremos generar conciencia sobre la necesidad de escribir bien. No poner una coma puede hacer la diferencia en toda una frase. El problema se agudizó con el Facebook y WhatsApp. Nadie pone tildes, tampoco puntos, abreviaturas. Eso dificulta la comprensión del mensaje”, asegura el ‘Agente Punto Final’.

Su característica principal como grupo es el spray rojo que marca una falta, en ocasiones, tachan las palabras, colocan tildes, insertan comas o puntos, pero jamás cambian el sentido original de la frase.

En Quito se escriben decenas de grafitis cada semana, algunos son dedicados a la persona amada, otros plasmados con ideologías y no faltan los que desean protestar contra algo. Al grupo no le resulta difícil encontrarlos, pero siempre actúan con los que demandan más correcciones. “Hace poco descubrimos uno con muy mala ortografía, pero está frente de una Comandancia de Policía. Ahí resulta difícil actuar, aunque las ganas no nos faltan”.

Este grupo ha tenido mucha  acogida que sus acciones son replicadas en Madrid (España) y mantiene contacto con mexicanos y colombianos que desean replicar su obra. A esto se suma el agradecimiento de maestros de gramática y personas  que toman en serio las faltas.

El ‘agente punto final’ dice que si los detienen dirán que la pared ya está grafiteada y que ellos solo enmiendan errores. (I)