Emilio Thome y Heriberto Navarrete no pudieron usar la rampa que los conducían hacia  el auditorio de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil. Tuvieron que ser cargados para superar tres escalones.

Heriberto, director de la Fundación Enderton, explica que la rampa está muy empinada y si lo intenta “las llantas de la silla quedan afuera”.

La problemática urbanística y la accesibilidad fue analizada ayer en el conversatorio ‘Ciudades inclusivas  por una sociedad para todos’. Participaron representantes del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) y la alma mater.

Eliana Rivas, coordinadora zonal 5 del Miduvi, explicó que en la actividad se recogieron propuestas que serán parte de la agenda urbana 2018, en la cual se contempla la construcción de ciudades inclusivas.

Ella agregó que harán políticas públicas para fortalecer la accesibilidad. “Es nuestra ratificación al compromiso de seguir  apoyando a las personas con discapacidad desde nuestras competencias”.

Según Ivetheyamel Morales, decana de la Facultad de Arquitectura, de los 1.500 alumnos que cursan estudios en la unidad, uno tiene discapacidad auditiva.

Ella reconoció que en el centro de estudios hay edificios viejos. Antes -opinó- no se tomó en cuenta la inclusión ni la movilidad universal. “Ahora debemos hacer una adaptación a estas nuevas formas de vida”.

Estos debates -agregó- permiten el intercambio de ideas entre la academia y las instituciones públicas. Empero reconoció que es necesario que la empresa privada invierta en investigaciones que impulsa la universidad.

Morales destacó el proyecto Delta del arquitecto Héctor Hugo. Su idea es intervenir la infraestructura de la universidad y eso incluye la movilidad universal de las personas con discapacidad física, visual y auditiva. También la de madres y adultos mayores.

Nick Beltrán, estudiante de la carrera, recordó que varias veces ayudaron a una universitaria que no tenía una pierna y que usaba muleta. “Ellos carecen de expreso y deben tomar buses que no están adaptados”.

Para él, las rampas que hay en la facultad no son técnicamente adecuadas, porque son demasiado empinadas. “A pesar de que están allí, no las pueden emplear”. En las elecciones del año pasado, varios miembros del grupo de atención prioritaria se quejaron de esos pasos en la Facultad de Economía.

Por su parte, la estudiante Carla Vite añadió que las camineras no son aptas para el desplazamiento de estos grupos. “Los baños no han sido adaptados para que personas con silla de ruedas los puedan usar”.

Beltrán lamentó que las personas con impedimentos físicos no pueden ser independientes. “La ciudad no ha sido diseñada para ellas”.

Navarrete, quien es cuadrapléjico, indicó que la movilización es una de las preocupaciones. “Las personas en esta condición gasta $ 20 diarios. Por eso deciden quedarse en casa y hasta desisten de estudiar”.

El proyecto Delta -de acuerdo con Morales- propone un paso peatonal. El plan fue presentado a la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM). Una alternativa es el uso de la tecnología con plataformas hidráulicas o mecánicas que permitan la rápida movilización. “Se pidieron rampas y plataformas verticales”. (I)