Latinoamérica tiene un nuevo destino arqueológico
El paisaje del bosque subtropical flanquea la vía Calacalí-La Independencia, a dos horas de Quito, en el noroccidente de la provincia de Pichincha. En la parroquia rural de Nanegalito se encuentra el Museo Arqueológico y el Centro Ceremonial Tulipe, perteneciente a la extinta cultura Yumbo.
El proceso de restauración del lugar empezó hace 30 años, cuando el Banco Central del Ecuador era el encargado de la rehabilitación de los sitios culturales... “pero hace 15 años intervino de manera intensiva el ex Fonsal, ahora denominado Instituto de Patrimonio Metropolitano”, comenta Lilia Miño, administradora y guía del sitio.
El Museo se abrió hace tres años y actualmente es reconocido a nivel internacional, debido a que “se creó con base en unas estructuras hundidas que fueron confeccionadas por los yumbos (pueblo que se asentó en la zona desde el año 600 hasta el 1660 D.C.)”.
Reconocimientos a nivel internacional
Esta labor fue reconocida de fronteras para afuera por dos ocasiones: hace dos años ganó el premio Gubbio que confiere la Asociación Nacional de Centros Históricos de Italia -aquella vez se reconoció la protección del patrimonio cultural del Centro arqueológico-, y este año recibió el premio Reina Sofía, en España, disputado entre 32 postulantes de 11 países.
El concurso duró ocho meses, los evaluadores llegaron de incógnito al lugar y realizaron todo el recorrido y pernoctaron en la zona. Los moradores y administradores del Museo nunca se imaginaron que estaban siendo evaluados. Así fue como obtuvieron un galardón equivalente a un premio Nobel en cultura, dijo el Arqueólogo Holger Jara, quien ha investigado a fondo los vestigios de Tulipe durante los últimos treinta años.
El Ministerio de Asuntos Exteriores anunció el 26 de octubre que el jurado del premio Reina Sofía decidió por mayoría otorgar el VII Premio Internacional Reina Sofía de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural en la categoría de Patrimonio Material a la candidatura del Instituto Metropolitano de Patrimonio de Quito, por el proyecto arqueológico Tulipe.
Este galardón reconoce el trabajo realizado para el empoderamiento de la población respecto de este monumento, como un referente de identidad y fuente de ingresos gracias al turismo cultural.
El reconocimiento lleva implícitos un premio monetario de 30.000 euros, una escultura realizada por el reconocido artista español Gustavo Torner, una placa y un diploma conmemorativo. La Reina de España será la encargada de premiar personalmente a los galardonados, en un acto cuya fecha y lugar serán definidos por la Casa Real Española.
Hólger Jara, con los restos que los moradores encontraron, realizó la investigación y fue quien restauró las ruinas y edificó el Museo con los recursos entregados por el Ministerio de Patrimonio. Uno de los atractivos es la exhibición de las formas de vida que tenían los yumbos.
El Centro Ceremonial de Tulipe está conformado por ocho estructuras de piedra hundidas, vinculadas con acueductos. Estas se llenaban de agua para, al reflejar a las estrellas, permitir a los chamanes u hombres de saber del pueblo Yumbo, observarlas más fácilmente. En estas "piscinas", como en los ríos aledaños, se hallan también numerosos petroglifos que muestran complejas figuras.
Los petroglifos que se observan son de las cosas que más llaman la atención, pues en estos se puede apreciar la escritura que usaban los Yumbos, la cual se basaba en la utilización de círculos concéntricos, espirales y diseños antropomorfos.
Durante la visita, la comunidad se prepara para ofrecer apetitosas preparaciones de la comida de la zona, como el cebiche de palmito o el caldo de gallina y otros platos.
