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Las buenas prácticas educativas van a concurso

Las buenas prácticas educativas van a concurso
03 de octubre de 2013 - 00:00

Para Marieta Sanipatín conseguir un cupo hace seisaños para su hijo Bryan Maldonado, quien tiene  discapacidad visual del 95%, se convirtió en un desafío... tuvo que pasar por el rechazo de tres instituciones que no aceptaron incluir a su hijo.

Con el propósito de que todos los niños y adolescentes que viven con algún tipo de discapacidad se integren al sistema formativo del país, el Ministerio de Educación presentará mañana el segundo concurso de Buenas Prácticas en Educación Inclusiva.

Freddy Peñafiel, viceministro de gestión educativa, manifiesta que con este programa se busca identificar a las instituciones que desarrollan estas actividades y promueven experiencias a través de la inclusión. “El concurso está dirigido a las instituciones educativas de todo el país en los niveles inicial, educación general básica, bachillerato y superior, ya sean fiscales, fiscomisionales, particulares y municipales, que desarrollen un sistema operativo innovador en el proceso de inclusión”, indica la cartera del ramo.

Actualmente Bryan cursa el tercer año de bachillerato en el Colegio Particular Técnico Mercantil José Antonio Campos, donde hace poco juró la bandera. “Al inicio se me hizo complicado por el temor de ser rechazado por mis compañeros y que los docentes no  comprendieran mi discapacidad, pero  ellos se han acoplado. Lo que hacen es tomarme todas las pruebas de forma oral. En la clase de matemáticas los casos que me ponen los resuelvo de forma oral”. Así es como Bryan llegó a ser abanderado del plantel e igual ocurrió en los anteriores establecimientos por los que pasó. “Todo los logros han sido posible  gracias al apoyo de mis padres, sobre todo por  mi mami, quien es la que ha estado en todo mi proceso”, dice.

Abraham Cevallos está  entre los  preseleccionados para cursar el Bachillerato Internacional. Foto: Lylibeth Coloma | El Telégrafo

Según Carmen López, rectora del Vicente Rocafuerte, donde también estudia un estudiante con discapacidad visual, la colaboración de los padres para conocer las pautas de cómo tratarlos es determinante. “Pedimos ayuda en el  manejo de los casos. No contamos con docentes especializados. Lo que se hace es que ellos trabajen en conjunto con la Consejería Estudiantil y se canalice con los tutores, que realizan los ajustes en el pénsum académico  dependiendo de la discapacidad”.

Indica que en el caso de los no videntes, como Abraham Cevallos, de 3º de básica, se los ubica en la primera fila del salón y se les permite grabar la clase. Mientras que para quienes sufren alguna discapacidad física habilitan aulas en el primer piso. Esto debido a que no cuentan con la infraestructura adecuada. “Esto es una  desventaja para el plantel. Pero vislumbramos que en 2014, con la intervención del Ministerio de Educación, se considere esos aspectos”, dice López.  

Acciones y rol del docente

Las acciones que se desarrollan en los colegios ubican al docente como un referente en el trato. Franklin González, quien lleva 43 años de servicio en el colegio Vicente Rocafuerte, de Guayaquil, indica que cada año reciben al menos dos casos de jóvenes con alguna discapacidad. Cuenta que a su clase de Biología asiste un adolescente con discapacidad física. “Lo que hacemos es buscar información sobre cómo tratarlo.

La capacitación es importante para identificar los casos y buscar estrategias para suplir la deficiencia”. El 28 de mayo del año pasado se implementó una ficha para los casos de estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE).  

Elena Llaguno, orientadora del plantel, cuenta que cada vez más se pierde el estereotipo de ubicar a los chicos por su discapacidad. “Se ha comprobado que cuando interactúan con niños que no tienen impedimentos de ningún tipo aprenden a desenvolverse mejor”. “Ahora tenemos un niño de 13 años con discapacidad auditiva. Aunque no hemos recibido capacitación, los docentes imparten las clases de frente, debido a que el menor sabe leer los labios”, dice.

El año pasado se graduó una joven sin un brazo que logró ser abanderada, manifiesta.

DATOS

Desde el 2011 entró en vigencia  el artículo 47 de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI).

En ésta se establece que los establecimientos están obligados a recibir a todas las personas con discapacidad, a crear los apoyos y adaptaciones físicas, curriculares y de promoción adecuadas a sus necesidades; y a procurar la capacitación del personal docente en las áreas de metodología y evaluación específica.  

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo existen alrededor de 500 millones de personas con discapacidad, es decir un 10% de la población mundial.

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