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El Telégrafo
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La televisión: la evidencia de la nueva normativa sexual

La televisión: la evidencia de la nueva normativa sexual
17 de septiembre de 2013 - 00:00

“Yo no sé si este amor es pecado que tiene castigo/si es faltar a las leyes honradas/del hombre y de Dios/solo sé que aturde la vida/como un torbellino/que me arrastra, me arrastra a tus brazos en ciega pasión”.

Los acordes de “Pecado”, de Caetano Veloso, suenan de fondo cuando Guillermo, interpretado por el premiado actor argentino Julio Chávez, se sienta sobre la cama de un convaleciente Pedro, protagonizado por el chileno Benjamín Vicuña...  El beso, el primer beso, llega poco después y los televidentes suspiran frente a la pantalla del Canal 13.

La telenovela “Farsantes” marcó 14,9 puntos de rating el 2 de septiembre pasado con el primer beso entre la pareja del momento de la TV argentina.

Lejos de los “culebrones” tradicionales que enlazaban a la humilde e ingenua empleada doméstica con el joven rico e inalcanzable, la televisión argentina transforma el amor gay en la temática de uno de los programas más vistos del año.

Ya nada sorprende en el país austral en materia de homosexualidad. Argentina es hoy pionera en la región en visibilizar y reconocer igualdad de derechos ciudadanos a gays, travestis, transgéneros y transexuales. Aunque todavía resta mucho por hacer...

El primer gran paso fue la ley de matrimonio igualitario aprobada en julio de 2010 y que permitió concretar hasta hoy más de 7.000 casamientos entre personas del mismo sexo en todo el país. Esta ley autoriza también la adopción, bajo los mismos parámetros de una pareja heterosexual.

Argentina es hoy pionera en la región en visibilizar y  reconocer la igualdad
de los derechos gays
Pero el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue más allá de esta ley aprobada por poco más de una decena de países en todo el mundo –el último de ellos, Uruguay- y en mayo del 2012 impulsó y logró aprobar en el Congreso la denominada Ley de Identidad de Género.

Esta novedosa norma permite a personas “trans” (travestis, transexuales y transgéneros) adoptar el nombre y sexo de elección en sus documentos de identidad. Unas 3.000 personas ya se acogieron a este derecho.

Además, la ley obliga al Estado a hacerse cargo de todos los tratamientos médicos de adecuación de género. “Principalmente esto fue posible por el activismo y la lucha de décadas de nuestro colectivo. Y estos avances se materializaron por la incidencia política de un gobierno nacional y popular que trabaja con las poblaciones vulnerables”, dijo Marcela Romero, de 50 años, presidenta de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina y secretaria de la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans.

3.000 se acogieron a la Ley de Identidad de Género en Argentina desde mayo del 2012Romero conoce muy bien la realidad que rodea a las personas “trans”. Se niega a recordar su nombre masculino original –“eso quedó en el pasado”, dice- y admite sin vergüenza que ejerció la prostitución desde los 16 hasta los 43 años. “La ley de género no soluciona todos nuestros problemas. Ahora viene otra lucha: la de la inclusión social. El 99% de nosotras trabaja en la prostitución. Somos las olvidadas de la democracia”, sostiene la dirigente, reconocida como “Personalidad destacada de la ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura local.

Marcela es una transexual operada que cambió de sexo en Chile en 1986 cuando esa intervención estaba prohibida en Argentina. “Me construí como una mujer trans”, afirma.

Y añade: “nuestras compañeras están desarrollando un cambio muy fuerte. Están terminando la escuela, capacitándose, y el Estado impulsa espacios en la administración pública” para lograr una paulatina inserción laboral.

“Tenemos las mejores leyes del mundo. Les demostramos a todos que sí se puede. Logramos un montón de cosas en base a nuestra militancia y estamos ayudando a asociaciones afines de toda la región presentando proyectos para que todos los países de América Latina y el Caribe logren lo que nosotras conseguimos aquí”, agrega.

Sin embargo, estos avances no han disipado aún la discriminación que sufre parte de un sector de la sociedad que no logra despojarse de viejos prejuicios.

Aunque siempre hay excepciones. La vedette conocida como Florencia de la V, nacida Roberto Carlos Trinidad, fue la primera travesti del país que cambió su identidad sin que su condición fuera considerada una patología.

La afamada comediante mostró su nuevo documento que le fue entregado por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, en una ceremonia celebrada en el Senado. “Este es un sueño, el sueño de ser aceptado legalmente como quien elegí ser. Y a partir de ahora, miles que fueron humillados van a ser reconocidos. Hoy puedo levantar mi documento con los brazos que nunca bajé: hoy puedo ser Florencia Trinidad”, declaró.  

Actualmente, es una de las artistas más populares y queridas de la televisión argentina, está casada con el odontólogo Pablo Goycochea y tiene dos hijos nacidos a través de un “vientre de alquiler”.

Esteban Paulon tiene 35 años, es homosexual y ejerce la presidencia de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans. El activista  sostiene que la situación de la comunidad cambió mucho en esta última década en ese país. “Esta ha sido una década ganada. Hubo enormes avances con las leyes de matrimonio igualitario y de identidad de género. Además hay un cambio social profundo que se verifica cotidianamente. Es inimaginable pensar en un escenario de retroceso”, sostiene.

Paulon, empleado de la municipalidad de Rosario, 300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, dice que esta nueva realidad se alcanzó a través de méritos compartidos. “También hubo actores políticos que tuvieron la decisión de avanzar. Sin esa decisión hubiese costado mucho más. El gobierno jugó un rol central cuando debía dirimirse el modo de avanzar en la constitución de esos derechos”, afirma.

Y prosigue: “también se avanzó mucho en comprensión social. La sociedad es más abierta, aunque todavía hay mucho que trabajar, en especial en ciertos espacios muy duros, como en el ámbito educativo donde es necesario implementar la educación sexual con la perspectiva de la diversidad”.

¿Y desde la asunción del Papa Francisco, ha cambiado algo? Paulon se toma unos segundos para responder: “no ha habido mayores cambios. Pero hay dificultad para imponer un debate sobre el aborto”, acepta.

Y mientras la elección del Pontífice provocó un aumento considerable del “turismo religioso”, los nuevos aires en materia de derechos a la comunidad homosexual permitieron a esta ciudad convertirse en el principal destino en América Latina y el quinto en el mundo para el turismo gay.

La apertura es tan grande que en la página oficial del gobierno de la ciudad hay un link titulado LGTB, las siglas con las que son conocidas las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero. Allí se afirma que “el concepto de heterofriendly, que se impone actualmente en Buenos Aires, propone un intercambio y una apertura entre los ambientes gay y heterosexuales, abierto a toda la comunidad; la Buenos Aires heterofriendly es una ciudad abierta y sin guetos. Buenos Aires recibe turismo gay de todo el mundo. La mayoría de los visitantes son hombres”, concluye.

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