La psicoeducación : Una herramienta urgente en tiempos de crisis
Sentirse deprimido, experimentar ideaciones o conductas autolíticas, son indicadores claros de un estado psicológico altamente vulnerable. Estas emociones, sentimientos y comportamientos se experimentan además en contextos sociales de incomprensión, prejuicio, estigmatización, invisibilización y sobre todo de falta de información producto de deficientes estrategias de información sobre las oportunidades de acceso a programas de tratamiento médico psicológico establecidas como política de salud vigente.
Ante esto, la psicoeducación o educación psicológica, resulta ser una herramienta que actúa en varios niveles, por un lado aporta conocimiento práctico sobre la depresión para comprenderla como lo que es : una enfermedad clínica severa, a su vez este conocimiento mejora nuestra actitud frente a la misma, haciendo más probable nuestra búsqueda de un tratamiento para superarla.
Empecemos por comprender la depresión. Esta enfermedad se manifiesta ante una cantidad de estresores concentrados que afectan a la persona tanto si existe una predisposición de base como algún trastorno de personalidad o trastorno del estado de ánimo, como ante un marco contextual determinado: crisis laboral, familiar, económica, sentimental, duelo, ser víctima de violencia.
Es posible reconocer un cuadro depresivo cuando la persona experimenta: variaciones abruptas en su peso corporal (disminución o incremento sin que esto se deba a dietas programadas si no más bien a un aumento del apetito o disminución del mismo), sueño (exceso o falta), falta higiene o autocuidado ( desorden en los espacios íntimos, acumulación de basura, falta de aseo personal) , irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, anedonia ( falta de placer en actividades que antes le reportaban esta sensación), incapacidad para resolver conflictos, dificultades en la concentración, dificultad para proyectar el futuro, exceso de análisis o rememoración del pasado, llanto excesivo o en su defecto aplanamiento afectivo (dificultad o incapacidad para experimentar o expresar sentimientos y emociones), dificultades para relacionarse o aislamiento, ideaciones o conductas autolesivas (daño autoinfringido).
Si usted o alguien que conoce identifica que sufre depresión, es muy importante que recurra a un especialista certificado en psicología o psiquiatría , considere que existe una gama de resultados de tratamiento de esta enfermedad, que están basados en evidencia y que son bastante alentadores sobre todo en lo que refiere a la psicología cognitiva comportamental en co-terapia con un tratamiento médico psiquiátrico. Desconfié de tratamientos de dudosa cientificidad que le prometan alegría instantánea, evite los libros baratos de autoayuda, la depresión es una enfermedad delicada que debe ser abordada por profesionales, no se trata de un asunto menor que depende de la “fuerza de voluntad o del carácter”.
Si usted es familiar o amigo de alguien que sufre depresión, recuerde acompañar de forma incondicional, a veces solo estar al lado de la persona , en silencio, conteniendo con paciencia y respeto puede ser muy significativo y determinante, tome muy en serio las amenazas autolesivas , sea paciente con los tiempos y procesos, evite el chantaje, preste atención a las señales de riesgo, brinde un espacio seguro tanto físico como emocional, sea empático, evite juzgar, regañar o ignorar.
Si usted se siente deprimido, considere que resulta útil incorporar actividad física y una sana alimentación, evite el abuso de dispositivos electrónicos, mantenga alejada la bebida o cualquier tipo de droga, evite tomar decisiones en este estado de ánimo, hable con alguien, busque ayuda.
Tenga paciencia, recuerde que no esta solo que es legitimo sentirse cansado, cuando esto suceda tómese unos minutos, descanse, y recuerde que lo más importante es no renunciar, que esto también pasará, avance hacia su mejoría con pasos pequeños de autocuidado un día a la vez, sea bueno con usted mismo, evite ser severo, la depresión puede y debe ser tratada.
Tome en cuenta que aunque con débil promoción y escasa información, el Distrito Metropolitano de Quito y la Secretaría de Salud activaron por la pandemia del Covid-19, un plan de atención en pro de la salud mental. En los documentos dispuestos en internet por estas instituciones, señalan un protocolo de asistencia con el número de emergencias para atención psicológica : “la línea 171 opción 6 y en caso de emergencia el Ecu 911”. Infórmese, busque ayuda, hay esperanza, todo tiene solución.
