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El Telégrafo
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La importancia de la tipificación

La importancia de la tipificación
20 de abril de 2013 - 00:00

La palabra feminicidio es precisa para referirse al asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres, como forma extrema de violencia machista. Las leyes de varios países y resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo definen como el ‘homicidio de mujer por razones de género’. Este sustantivo se emplea para hacer referencia tanto al asesinato individual de una mujer como para referirse al homicidio sistemático de mujeres en una sociedad, en especial en contextos donde no existe un reproche social o cultural de esos hechos. Los asesinatos de mujeres trans en Ecuador no han sido tratados aún.

La violencia de género es una realidad histórica en el Ecuador, pero que aún sigue invisibilizada e impune, pues a pesar de los cambios sociales, los avances constitucionales y legales que prohíben la discriminación por género, por identidad de género, por orientación sexual, etc., varios de estos colectivos LGBTI y las mujeres siguen en situación de indefensión, riesgo y desventaja, agravada con el pasar del tiempo debido a los  estereotipos sociales y morales de estos, en los medios de comunicación y naturalizados en la cultura de nuestra sociedad, al punto de que la violencia de género ha asumido cada vez formas más criminales, asumidas en forma distorsionada como ‘inseguridad ciudadana’, cuando en realidad refieren al feminicidio. Hay antecedentes jurídicos continentales: el 16 de noviembre de 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en  Costa Rica pronunció una sentencia histórica sobre el asesinato en 2001 de varias jóvenes mexicanas en Ciudad Juárez. Aquel año fueron descubiertos en un lugar conocido como “campo algodonero” varios cadáveres y restos de mujeres, algunos sin identificar, con signos de violación perpetrada con extrema crueldad. Hace poco, Evo Morales, presidente de Bolivia, promulgó la ley que castiga el delito de feminicidio. La norma pretende acabar con la violencia machista y se denomina Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una vida libre de violencia.

Hay que tener claro que la violencia de género es reforzada por mensajes machistas, homofóbicos y sexistas que abundan en los medios de comunicación y que influyen en la perpetuación de la cultura patriarcal que justifica y naturaliza la violencia y discriminación de todo tipo. En cumplimiento de la Constitución, los medios deben abstenerse de difundir publicidad con contenidos machistas y sexistas que refuerzan los patrones culturales que naturalizan la violencia contra las mujeres o los grupos LGBTI, a la par de revisar su línea editorial, que en muchas ocasiones promueve expresiones discriminatorias y aborda a la mujer y la violencia en su contra desde los estereotipos. En todos estos campos de derechos, encontraremos un sinfín de maneras de disfrazar el feminicidio, la homofobia, el sexismo y el racismo.

Por eso es importante seguir impulsando en Ecuador los diferentes proyectos de ley que se presentaron en la Asamblea Nacional y que son la única alternativa posible para ir en detrimento sobre estos delitos discriminatorios por género o por orientación sexual diferente o por diferente identidad de género. Me refiero expresamente al proyecto de ley que busca reconocer el feminicidio como delito inscribiéndolo en el Código Penal Ecuatoriano y a los cambios en la ley del Registro Civil ecuatoriano que permitirán dar identidad real y mejorar la calidad de vida de un sector importante de la ciudadanía conformado por diversidades sexo genéricas existentes.

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