“Vivimos gracias a la Churonita”, es la expresión de los habitantes de la parroquia El Cisne, en la provincia de Loja. A este pequeño sitio, con solo 1.632 habitantes, acuden personas del país, de Perú y Colombia, para venerar la imagen de la Virgen María, que apareció el 12 de octubre de 1594, cuando la comunidad soportaba una sequía.

El turismo religioso en Loja es una fuente importante de ingresos. Así lo evidencia la llegada diaria de visitantes que dinamizan la economía de los cisneños.

La parroquia El Cisne es un pueblito rodeado de montañas, ubicado a 74 km de Loja. Está  a una altura de 2.440 metros sobre el nivel del mar y su temperatura oscila entre los 7 y 10 grados centígrados. A pesar del frío, los peregrinos no dejan de llegar en busca de un milagro.

La principal caminata se realiza en agosto. Inicia el 17 de ese mes, el primer descanso es en San Pedro de la Bendita, luego continúa por Catamayo hasta llegar el 20 de agosto a Loja. Durante estos días caminan más de 200.000 personas junto a la imagen.

En estas fechas los hoteles, restaurantes y locales de artículos religiosos lucen abarrotados. Para atender a los turistas en la parroquia hay tres asociaciones. Una dedicada a la venta de velas, otra al expendio de artículos religiosos y también de las personas que comercializan horchatas.

Ilde Quituizaca, miembro de la Asociación Reina de El Cisne, comenta que vender artesanías de la Virgen le ha permitido pagar los estudios de sus tres hijos. “Hay días en que se gana más de $ 5 y $ 10, todo depende de la afluencia de la gente, hay veces que no vienen mucho, pero en ocasiones llegan de varios sitios en un mismo día.

Hace poco llegaron personas de Corea y Filipinas, ellos nos compraron varias reliquias”, asegura. Su grupo tiene 39 socios y desde hace más de 18 años expenden manillas, imágenes, cuadros, crucifijos y demás productos relacionados con la Virgen.

También hay personas que se dedican a la venta de horchatas y morochos con empanadas. Son de la Asociación Integración Cisneña, que la conforman 56 mujeres y 2 hombres. Esta actividad les genera un ingreso diario de $ 15.

En la parroquia funcionan 8 hostales. Según las comodidades, el alquiler de una habitación fluctúa entre $ 10 y $ 15. El transporte es otro de los sectores beneficiados por el turismo religioso. El pasaje del viaje entre Loja y Catamayo cuesta $ 1.

Desde el Valle Verde (Catamayo) hasta El Cisne hay que tomar una camioneta para trasladarse. Cerca de 40 minutos dura el viaje y cuesta $ 1,50. Una de las cooperativas que presta este servicio es “Santuario del Cisne”, que está ubicada en la plaza central de Catamayo. Estas unidades de transporte no tienen horario de salida, simplemente esperan que se llene el carro.

En los días ordinarios realizan más de cinco viajes, pero la cantidad varía considerablemente en mayo y agosto cuando es tiempo de fiestas.