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La bacteria puede causar gastroenteritis y síndrome del intestino irritable

Intoxicaciones aumentan por lavar el pollo crudo

Cuando se lava el ave se puede propagar la bacteria en manos, superficies, ropa y en utensilios de cocina.
Cuando se lava el ave se puede propagar la bacteria en manos, superficies, ropa y en utensilios de cocina.
Miguel Castro / El Telégrafo
01 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Sociedad

En el hogar de Luz María Contreras no se come carnes rojas, sino las blancas porque considera que son las más saludables. Prefiere que sean al horno o a la plancha y, antes de condimentar al ave o el pescado, los lava con cuidado debido a que no sabe cómo se los manipuló antes. Esta práctica es común entre las amas de casa, pero la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (Food Standards Agency, FSA) no la recomienda. ¿Por qué? Cuando se lo lava puede propagar la bacteria campylobacter en manos, superficies, ropa y equipamiento de cocina al salpicar el agua.

El microorganismo es peligroso, según añade la FSA. No solo puede generar gastroenteritis, sino intoxicación alimentaria e incluso el síndrome del intestino irritable. Este último causa cólicos abdominales, distensión y cambios en los hábitos intestinales del paciente.

La FSA indica que el 44% de las personas siempre lava las aves de corral antes de cocinarlas. En Reino Unido, la campylobacter es la forma más común de intoxicación alimentaria con unos 280.000 enfermos al año. El pollo contaminado está detrás de 4 de cada 5 de esos casos.

Esta infección tiene un período de incubación de 2 a 5 días y se manifiesta principalmente por la aparición de fiebre, diarrea y dolor abdominal. César Narváez, jefe del área de Infectología del Hospital Luis Vernaza, señala que otros de los síntomas son náuseas, vómitos y erupciones cutáneas. Esta sintomatología, según indica Narváez, debe ser examinada por el médico porque el paciente podría agravarse y requerir de hospitalización como consecuencia de un cuadro de deshidratación crónica.

Esta pérdida excesiva de líquidos corporales, a través de la fiebre, los vómitos y las diarreas, podría ocasionar el deceso del afectado. “Pedimos a la población que deje de lavar el pollo crudo antes de cocinarlo. Todas las infecciones por campylobacter son un problema serio. Pueden provocar patologías severas, incluso la muerte”, añade el informe emitido por la FSA.

¿Cómo eliminar la bacteria?

El secreto para acabar con la campylobacter y cualquier otro microbio presente en las aves de corral, es la buena cocción. Así lo asegura Julia Muñoz, médica nutricionista del Hospital Docente de Especialidades Dr. Abel Gilbert Pontón, quien recomienda cocinar todo tipo de carne a una temperatura de 70° centígrados.

Según la FSA, el pollo está bien cocido cuando la carne es blanca, no hay fluidos corporales del ave en los huesos y el jugo es claro. Muñoz aconseja que cuando se mantenga el alimento al ambiente (que no debe exceder de las 2 horas) se lo recaliente a más de 60° C para acabar con cualquier bacteria. “Tengan cuidado con congelar y descongelar todo el pollo porque el cambio de temperatura incide en la proliferación de bacterias. Hay que hacerlo de acuerdo con las porciones que se vayan a comer”, acota.

Además, indica que es preferible separar unos utensilios para alimentos cocidos y otros para los crudos porque de lo contrario las personas podrían enfermarse. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que los alimentos insalubres que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta el cáncer.

El organismo estima que cada año se enferman en el mundo unas 600 millones de personas, es decir, 1 de cada 10 habitantes, por ingerir alimentos contaminados y que 420.000 mueren por esta misma causa, con la consiguiente pérdida de 33’000.000 de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD).

Los niños menores de 5 años soportan un 40% de la carga atribuible a casos de transmisión alimentaria, que provocan cada año 125.000 muertes en este grupo de edad, añade la OMS. Las infecciones diarreicas, que son las más comúnmente asociadas con el consumo de alimentos en mal estado, hacen enfermar cada año a unos 550’000.000 de personas, 230.000 de ellos pierden la vida. El 70% de los casos de diarreas se producen por la ingestión de agua y alimentos contaminados. Solo el 30% se debe a otras causas, orgánicas, alérgicas, entre otras. (I)

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