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Flacso propone nueva maestría en Guayas

Flacso propone nueva maestría en Guayas
13 de junio de 2012 - 00:00

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) tiene  un nuevo Director Académico. Su nombre es Juan Ponce Jarrín, quien ejercerá este cargo durante cuatro años -entre 2012 y 2016-.  La institución tiene planificado ingresar con su oferta académica en la provincia del Guayas y aumentar el número de doctorados en su sede de Quito.

Se comenta que Flacso ingresaría a Guayaquil con la maestría en Opinión Pública. ¿Es cierto?

Lo que queremos es crear un convenio con universidades tipo A y B (según la evaluación del Conea) para ofrecer programas en Ciencias Sociales. Por ejemplo, con la Universidad de Guayaquil pensamos ofrecer una maestría en Ciencias Sociales.

No queremos entrar a competir con las universidades,  sino que en asocio con ellas se fortalezcan las Ciencias Sociales en la ciudad.

¿Por qué considera usted que ha sido designado director de la Flacso?

Me desempeñé como subdirector en los últimos años y he sido copartícipe de esta gestión y he visto que puedo continuar con el proceso.

Adrián Bonilla (director saliente) me entrega la Flacso en excelentes condiciones. Ahora es la sede más grande de América Latina.

Anteriormente era la de México y en términos de la evaluación del Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Conea), nos clasificaron como una universidad de excelencia.

Una vez designado director, ¿qué proyectos implementará?

Dentro de los desafíos que planteo durante mi dirección está consolidar la Flacso como una universidad de investigación en el Ecuador.

De acuerdo con el reglamento a la Ley de Educación Superior, para cumplir con ese requisito, del total de la planta docente se debe tener al menos el 70% de profesores con título doctoral. Nosotros ya superamos ese requisito. Tenemos como 47 docentes con nombramiento internacional y con dedicación exclusiva. Una de mis metas es terminar  mi gestión con el 100% de título doctoral.

¿Qué hará para cumplir con esa meta?

Todos los que no tienen título doctoral en este momento están con apoyo de un convenio para terminar su doctorado. Firman convenios con Flacso, pero les damos permiso para que asistan a cursos, hagan sus tesis.

¿Van a implementar nuevos programas de formación para los estudiantes?

Por ahora estamos con 18 programas de maestría y con 3 doctorales. La idea  es crecer  no solo en maestrías, sino también en doctorados.  Tenemos previsto abrir un doctorado en Historia de la Amazonía, para marzo próximo. Pero también queremos abrir  dos doctorados más para tener  oferta de cinco.  Algo que caracteriza a la Flacso es su pluralismo.   Desde esa óptica hay investigaciones de toda índole.

¿Cómo son desarrolladas?

Las investigaciones se ubican de acuerdo con los planes docentes. Por ejemplo, el programa de Economía tiene 4 grandes líneas de investigación: una que es de Macro Economía Heterodoxa, donde la idea básica es recuperar el pensamiento económico latinoamericano.

Otra línea es Economía Social y Solidaria, otra Economía Ambiental y, además,  una línea de Evaluación de Políticas Públicas, evaluación de impacto.

Esa es la línea en la que estoy metido, por ejemplo. Estoy  especializado en temas de la Economía de la Educación, la Economía Laboral y Evaluación de Impacto. Y así cada programa tiene sus diferentes líneas de investigación.  

Pero ante todo somos exigentes. Todo en Flacso está sometido a un proceso de arbitraje, de “lector ciego”. Si usted quiere publicar un libro, debe  ser leído por pares anónimos ciegos (el autor no sabe quienes son) que critican su trabajo, con la idea de mejorarlo.

Como especialista en Economía de la Educación, ¿considera que los últimos procesos de selección e ingreso a través de pruebas de aptitud han sido los más convenientes, analizando variables como la  heterogeneidad en el sistema educativo?

Es necesario recordar que estas pruebas no son de conocimiento, sino de aptitud. Ahora, la gran pregunta es: ¿En dónde el estudiante aprende las aptitudes?

Un ejemplo: Un niño pobre, de una escuela rural, ¿en dónde va a aprender las aptitudes que le toman en estas pruebas? Yo no sé la respuesta.

En nuestra educación hay una formación curricular basada en materias (Historia, Geografía, Matemáticas, etc.), no le enseñan Razonamiento Verbal, Razonamiento Lógico. A la larga,  creo que hay una relación entre el manejo de las aptitudes y el nivel socioeconómico. Entonces, a mayor nivel socioeconómico tienen mejores probabilidades de sacar mejores notas.

¿Entonces, a este grupo que describe, no se le está facilitando el ingreso a la universidad?

Yo no sé si es que esto está generando la entrada meritocrática a la universidad o puede constituir una barrera para los estratos más bajos, en donde las posibilidades de generar aptitudes no son tan cercanas, dado que el sistema escolar no genera aptitudes.

¿Cuál habría sido, para usted,  la solución?

Evaluar por carreras, conocimientos; porque ahí hay más posibilidades de nivelar en el sistema secundario. En ese sistema secundario, ¿qué es lo que le enseñan?: Química, Biología. Si usted va a ser médico le van a evaluar esas mismas materias. Y en el mismo colegio se pueden nivelar.

Es positivo evaluar, pero este proceso es perfectible. Lo ideal sería combinar las aptitudes con el conocimiento. Me parece que bajo la supervisión del Senescyt, las mismas facultades deberían tomar las pruebas de conocimiento. Todo el sistema escolar está pensado en aprender materias, no está pensado en aprender aptitudes. 

¿Dónde se aprenden entonces las aptitudes? 

En el hogar. Ahí existe una altísima relación con el sistema socioeconómico. Pero es una hipótesis, habrá que investigar mucho más.

¿Qué lectura hace de las últimas cifras de escolaridad  y pobreza?

Hay avances importantes en la reducción de la pobreza. Toda la década del 2000 la pobreza se redujo continuamente y ha habido un avance espectacular especialmente en los años 2010 y 2012, mientras en los años 90 la pobreza aumentó.
También se observa una importante reducción de la desigualdad, que también aumentó en la década de los 90, y en 2000 también se redujo. En términos de variables de indicadores sociales hay una mejora importante en el último quinquenio.

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