Katerine Caraguay escuchó atentamente las recomendaciones sobre el mejor método anticonceptivo que podría usar si llega a tener relaciones sexuales. Carmita Chamorro se colocó un brazalete anaranjado en su mano derecha como símbolo de rechazo a la violencia contra la mujer. Lucrecia Doicela, recostada en una camilla, fue atendida por una dolencia en una de sus piernas.

Las tres lucieron felices y animadas mientras participaban en la feria de atención que organizó el Ministerio de Salud para conmemorar el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres.

Más de 300 niñas, jóvenes y adultas visitaron las carpas de nutrición, prevención de violencia, responsabilidad sexual, medicina alternativa y atención integral. “Estos eventos gratuitos son buenos, especialmente para quienes no podemos pagar una clínica privada”, comentó Carmita.

La feria se realizó en uno de los patios de lo que será el hospital gineco-obstétrico, un pedido realizado por las madres del sur de Quito desde hace décadas.

Este hospital, que tendrá 160 camas y funcionará a finales de 2014, atenderá la alta demanda de partos que no puede ser cubierta en la maternidad Isidro Ayora o en el Hospital del Sur. “Muchas familias han tenido que llorar a esposas y madres que han muerto por falta de atención médica. Cuántos niños no han podido ver la luz del día porque han muerto antes de nacer”, dijo conmovida Alba Vallejo, representante de las mujeres del sur.

La ministra de Salud, Carina Vance, reconoció estos problemas y confirmó que en los dos últimos años se ha reducido más del 30% de muertes maternas.

Además, Vance informó que luego de una votación popular, la casa de salud se llamará Luz Elena Arismendi, en nombre de la madre de los hermanos Restrepo, desaparecidos en 1988.

MaríaFernanda Restrepo, hija de Luz Elena, recibió con alegría la noticia y anunció que donará un cuadro de su madre, en el que ella porta un cartel con la leyenda “Por nuestros niños, hasta la vida”.