Ecuador, 19 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

La evolución de la sociedad se refleja en las expresiones gráficas públicas

Los grafitis son formas populares de expresar pensamientos, los gráficos se elaboran de acuerdo con las épocas.
Los grafitis son formas populares de expresar pensamientos, los gráficos se elaboran de acuerdo con las épocas.
Foto: Archivo / EL TELÉGRAFO
22 de septiembre de 2018 - 00:00 - Fausto Segovia

Se dice que los cambios planetarios comenzaron en la década de los sesenta, la más lúdica y divertida del siglo XX.

Era una mezcla inexplicable parte de rebeldía con causa, parte de irreverencias sutiles frente al poder, la religión, el sexo y todo lo que olía a orden establecido, en varios ámbitos de la vida: el arte, la ciencia, la política, la economía, la cultura y la músicaLos grafitis fueron parte de esa parafernalia.

Pero, ¿qué son los grafitis? Su origen es muy antiguo. Nacieron en Egipto, en Grecia y Roma. El grafiti es un mensaje que expresa un concepto –a favor o en contra de algo-, es una especie de medio de comunicación de la gente, especialmente de los jóvenes. Son famosas aquellas pinturas de la revolución de mayo, de París, de 1968: “¡Prohibido prohibir!”, “No a la guerra, sí al amor”, entre otros.

Era el tiempo del “Hombre unidimensional”, el libro más leído de entonces, gracias al pensamiento de Hubert Marcuse, francés, quien hizo delirar a la academia y a todos los jóvenes.

Quienes expresaban descontento frente a la guerra de Vietnam y a una sociedad de consumo que se erguía como la panacea de la modernidad y que, curiosamente, ofrecía confort pero, al mismo tiempo, alentaba a producir maquinaria para exterminar inocentes en el sudeste asiático.

Eran los tiempos de Los Beatles y del nacimiento del rock, el furor del jet en la aviación y del jet-set en Hollywood.

Los inicios de la droga, el pop art, la LSD y la liberación femenina; la llegada del hombre a la Luna y el auge de la televisión en blanco y negro, primero y en color luego; la caída de De Gaulle, la invasión a Cuba y la crisis de los misiles entre John F. Kennedy y Nikita Kruschev.

El amanecer de la Iglesia con el Concilio Ecuménico II y la teología de la liberación –con los documentos de Medellín y Puebla- ahogados luego por la ortodoxia.

Los jóvenes se autodefinieron entonces como “contemporáneos del futuro”; es decir, no solo el cambio de generación, sino el mismo futuro que se abría ante los ojos, los cerebros y los corazones como un horizonte de insospechadas sorpresas.

A la revolución de la agricultura y a la revolución industrial y postindustrial sobrevino una tercera revolución silenciosa y de resonancias planetarias –la sociedad del conocimiento-, de la mano de las nuevas tecnologías de información y comunicación, conocidas como TIC.

En este contexto global las urbes se convirtieron en macrociudades, muchas de ellas inmanejables, donde el déficit de servicios básicos aumentaba mientras, paralelamente, las estructuras de cemento y hierro crecían hacia las nubes.

La exclusión se agigantaba, con resultados patentes pronosticados por Malthus. (O)    

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media