Estudiantes confían sus problemas al DECE

Aún es un tabú que los padres hablen sobre la problemática de las drogas con sus hijos. En medio de una socialización realizada hace varias semanas en el colegio Ati II Pillahuaso, de Guayaquil, se pidió a los representantes levantar la mano si habían dialogado con los menores respecto al tema, pocos respondieron de forma afirmativa.

Al consultarles por qué no iniciaban esta plática con sus hijos, la respuesta común fue por el temor de que, hablando de las drogas con ellos, puedan despertar su curiosidad y empiecen a consumir.

La prevención en drogas y en otros tópicos, como la violencia intrafamiliar, es uno de los principales objetivos que tienen los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE) de las instituciones.

Para ayudar a cumplirlo, el Plan Nacional de Prevención Integral de Drogas contempla cuatro pilares fundamentales entre los que se destaca la consolidación de los DECE.

El ministro de Educación, Augusto Espinosa, señaló que todos los planteles con más de 950 estudiantes deben tener conformados sus departamentos hasta septiembre.

En la zona 8, hasta el momento, el 90% de las instituciones educativas cumple con la disposición y el otro 10% espera concretarse en el siguiente mes.

María Verónica Morales, directora de Coordinación Educativa de la Subsecretaría de Educación, explica que el Distrito 8, en Monte Sinaí, es en donde ha sido más complejo cumplir con la labor de incorporar a psicólogos clínicos y educativos, por factores relacionados a la dispersión geográfica de las instituciones y porque es considerado un sector peligroso.

¿Qué funciones cumplen los DECE? Al inicio de cada año lectivo el DECE elabora un Programa Operativo Anual (POA) en el cual constan todas las actividades y proyectos a realizarse. En la última actividad denominada ‘Alguien podría estar hablando de drogas con tus hijos, y tú ¿cuándo lo vas a hacer?’, se difundió sobre la forma en que deben actuar los padres, según comenta Grecia Valarezo, coordinadora del DECE del colegio Ati II Pillahuaso, que acoge a 2.563 estudiantes en tres jornadas.

La psicóloga Miriam Álvaro señala que, de parte de los alumnos, las consultas más comunes van en torno a los problemas en el hogar, así como inquietudes sobre sexualidad y drogadicción. Luego de escuchar a los menores, el equipo de profesionales llama al representante y busca la empatía, porque son el nexo entre padres y estudiantes.

María Isabel, quien cursa el décimo año de Educación Básica, revela que hace dos años tenía problemas familiares y con ayuda de una de las psicólogas del DECE pudo sobrellevar la situación. Añade que también ha visto mejorías en compañeros que han estado inmersos en problemas de drogas. Solo en la institución este año se han derivado 107 estudiantes a los subcentros de salud para que sean atendidos por problemas de consumo.

Juan León Chóez, presidente del comité de padres de familia, admite que los chicos confían más en el DECE que en sus propios padres, por lo que considera que los representantes deben actuar más. (I)