Escuelas del plan piloto en zonas rurales cumplieron la primera semana de clases presenciales
A 15 km de la vía antigua hacia Cuenca, llegamos a la parroquia Carigán, del cantón Loja. Aquí, en el barrio Solamar está la Escuela unidocente José María Jaramillo Suárez, con 20 estudiantes, quienes arrancaron el plan piloto de clases presenciales desde esta semana.
Magda Salazar, coordinadora de la zona 7 de Educación nos detalla la organización que planificaron para que los 20 niños retornen a las aulas. “Los hemos dividido en dos grupos de trabajo. Los más pequeñitos son un grupo, y desde cuarto a séptimo grado son otro. Ellos acuden de manera alternada a la unidad educativa en horarios y aulas diferenciadas, para evitar el uso del mismo espacio.”
Nos informan también que cumplen con todas las medidas de seguridad y la responsabilidad es compartida con los padres de familia. Es un plan piloto que esencialmente busca que los niños continúen con su proceso de escolaridad. “Porque debemos recordar que la interacción es parte del desarrollo pedagógico para efectos de contención emocional y soporte emocional para nuestro chicos. Y a la par, para la retención en el sistema educativo, evitar que abandonen las clases”, señaló José Sandoval, subsecretario de Administración Escolar.
Muchos padres optaron por la oferta de educación fiscal. El Ministerio de Educación indica que se registró un aumento del 15%. Y ven con agrado esta cifra porque el objetivo es que los estudiantes continúen con sus estudios. “Queremos que no exista interrupción en el proceso pedagógico que se está brindando a través de medios telemáticos o llegando hasta los hogares de los estudiantes precautelando su bienestar y salud”, indicó Sandoval.
Los niños de inicial a séptimo de básica responderán a este cronograma durante un mes y luego se evaluarán resultados. La idea es continuar con modalidad presencial porque en los hogares es difícil el aprendizaje. La Coordinadora Zonal de Educación adicionalmente comentó que “los padres de familia tienen una nivel de escolaridad que en promedio han terminado la primaria, eso hace que también tengan mayores dificultades para hacer un acompañamiento y orientación a los estudiantes en el desarrollo de sus actividades.”
Tanto padres como estudiantes están motivados con el plan piloto y extreman medidas de seguridad para continuar estudiando. “Los guaguas le dan vida a la comunidad. La comunidad y a la escuela, se siente nuevamente esperanza. Hemos recibido compromiso de los padres de cuidarse aún más por sus guaguas”, preció Salazar.
Siete escuelas más de la zona están esperando la aprobación del COE Nacional para integrarse al grupo del plan piloto de establecimientos educativos con clases presenciales.
