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Los Científicos siguieron el rastro de 7.500 españoles mayores de 55 años, el 90% era obeso

"Es hora de terminar con el miedo a la grasa"

Sobre la mesa de un restaurante, en El Cairo, se muestra un plato de ensalada mediterránea rica en grasas vegetales, como aceite de oliva y frutos secos.
Sobre la mesa de un restaurante, en El Cairo, se muestra un plato de ensalada mediterránea rica en grasas vegetales, como aceite de oliva y frutos secos.
AFP
08 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción Sociedad y agencias

La dieta mediterránea, que tiene fama de ser buena para el corazón, no engorda e influye poco en el peso como parte de un régimen pobre en grasas, según un estudio que retoma el debate sobre la pertinencia de recomendaciones tendientes a disminuir el consumo de grasas.

Hace años los lípidos son culpados de la epidemia de obesidad que afecta al planeta, pero un equipo de científicos quiso comprobar el efecto de un régimen mediterráneo “a voluntad”, es decir, sin restricciones de las calorías.

Entre 2003 y 2010 estudiaron a cerca de 7.500 españoles mayores de 55 años distribuidos en tres grupos, uno fue invitado a utilizar aceite de oliva con libertad, otro que consuma nueces a voluntad y un tercero debía reducir el consumo de grasas. Todos los participantes presentaban riesgo cardiovascular alto en diabetes y el 90% era obeso o tenía sobrepeso.

Al cabo de 5 años se entregaron los primeros resultados. El indicador de los lípidos en la alimentación bajó de 40% a 37,4% en el grupo sometido al régimen pobre en grasas y aumentó ligeramente en los otros dos (40% a 41,8% en los que consumían aceite de oliva y de 40,4% a 42,2% en los que comían nueces).

Al mismo tiempo, los participantes bajaron un poco de peso, 800 gramos (g) de media en el grupo del aceite de oliva, 600 g en el régimen pobre en grasas y 400 g en quienes consumían las nueces.

En cambio, aumentó el contorno de la talla (1,2 cm en el régimen pobre en grasas, 0,85 cm en el grupo del aceite de oliva y 0,37 cm en el de las nueces). Es decir quienes seguían la dieta mediterránea no solo que bajaron más de peso, sino también que aumentaron menos de talla en comparación al grupo que no comía grasas. “Nuestro ensayo demuestra que un régimen rico en grasas y verduras, como el régimen mediterráneo, no engorda”, destacó Ramón Estruch, de la Universidad de Barcelona, España, principal autor del estudio publicado este martes en la revista médica británica The Lancet Diabetes and Endocrinology.

En un comentario adjuntado al artículo, el profesor Dariush Mozaffarian estima que “es hora de terminar con nuestro miedo a la grasa” y no focalizarnos únicamente en la reducción total de las calorías aportadas por estos alimetnos, porque varios tipos de ácidos con efectos positivos para la salud. Los regímenes bajos en grasas condujeron además al incremento de los azúcares en la alimentación, responsables de la obesidad.

El estudio no convence a ciertos expertos, quienes señalan la poca pérdida de peso observada. “El resultado más importante es que para perder peso de forma eficaz es necesario limitar el consumo total de calorías”, señala Susan Jebb, de la Universidad de Oxford. Otro grupo de parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que no se trata de recomendar comer grasas “a voluntad”.

La OMS reconoce que podría revisar sus recomendaciones que limitan el 30% como máximo las calorías consumidas en forma de lípidos. En la mayoría de los países mediterráneos esta proporción ronda o supera el 40%. (I)

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