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“En toda América los buenos son mayoría”

La pareja chilena con el volcán Acatenango a sus espaldas, en Guatemala. Han visitado una docena de países entre Estados Unidos y Perú, donde están ahora.
La pareja chilena con el volcán Acatenango a sus espaldas, en Guatemala. Han visitado una docena de países entre Estados Unidos y Perú, donde están ahora.
Foto: Cortesía
11 de febrero de 2018 - 00:00 - Luis Fonseca Leon

Hace frío en la noche quiteña, pero las puertas de la camioneta son escudo contra el viento y la lluvia. Dos días antes de su llegada, Jairo Rodríguez y Dennisse Burboa pasaron la frontera colombo-ecuatoriana, al nororiente, en un viaje que inició en San Francisco, Estados Unidos y terminará en Maule, Chile.

El cruce fronterizo entre Putumayo y Sucumbíos fue el más fácil de su viaje, dice Dennisse; y Jairo confirma que pasar de un país a otro es lo que más los ha retrasado. Para ir de Panamá a Colombia tuvieron que embarcar su carro de Ciudad Colón hasta Santa Marta y ambos volaron sobre el Tapón de Darién.

La pareja tiene un propósito: construir domos, casas ecológicas con la técnica Superadobe. Para eso están en la carretera desde hace 10 meses y planean llegar a su destino en marzo próximo.

Las paradas que han hecho incluyen un intercambio con los pobladores. Estuvieron durante 4 meses y medio en México, construyendo hornos de barro, barriles de composta y domos. Lo que hacen con mayor experticia son esas edificaciones amigables con el ambiente, de un costo que puede expandirse con miras a un proyecto masivo. Quieren dar vivienda a mucha gente, a un poblado de Maule, donde ya adquirieron el terreno que albergará a una comunidad ecológica, sustentable y en la que se den talleres sobre construcción.

El viaje incluye paradas en pueblos que los acogen y fotografían paisajes como el de Hierve el Agua, en Mitla, Oaxaca. Cerca de allí construyeron un domo de adobe ecológico. Foto: Cortesía

En la camioneta, el calor aparece como un milagro bajo la lluvia serrana. Jairo despliega una mesa de madera y sonríe. Explica que los domos son abrigados en el invierno y refrescantes en el verano; además, resisten los terremotos con sus firmes paredes. El fuego o el agua de las inundaciones tiene una barrera en estas estructuras, cuya forma geométrica la han pensado ambos constructores a lo largo de su periplo.

El adobe se pone dentro de costales, se seca, se hace compacto y forman una especie de iglú terroso. Cada bloque estará unido a otros por alambres de púas en forma de velcro. La técnica Superadobe llegó a América en las manos del arquitecto iraní Nader Khalili.

Jairo Lenin Rodríguez Ávila tiene un nombre de origen colombiano y soviético. El del revolucionario Jairo Pabón y del líder comunista Vladimir Lenin porque su padre, Ricardo Rodríguez, era socialista, un exiliado que hizo que su hijo echara anclas en California, hace dos décadas. Jairo –nombre poco habitual para un chileno– ahora tiene 45 años y una melena rubia que se confunde con su barba abundante.

Dennisse Burboa Fuenzalida quiere que sus familias, que viven en Santiago de Chile, se muden el bosque del Maule, en medio de la Ruta del Vino y cerca del Parque Nacional Radal Siete Tazas. Dennisse lleva una docena de años viviendo en California, tiene 37 años, el cabello menos largo que el de Jairo y un piercing brillante en la nariz.

Han recorrido México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador y Perú. Ambos equiparon la camioneta en el Área de la Bahía, pasaron por Tijuana, cruzaron Baja California y llegaron a Mazatlán para tomar un ferri en La Paz. Han visto paisajes que no imaginaban siquiera; si un pueblo les gusta, se quedan unos cuantos días, a veces un par de semanas. Evitan las ciudades grandes, pero llegaron a Quito por un amigo, el ex boy scout Francisco Vidaurre Malebrán, un chileno que tiene un empleo diplomático y una familia ecuatoriana.

Jairo es quien más horas pasa al volante porque Dennisse rastrea mejor los destinos como copiloto. Recorren los caminos en el día y en cuanto oscurece buscan un lugar seguro que localizan con una aplicación digital. Si la red no les muestra un sitio al cual llegar, aparcan cerca de alguna gasolinera o buscan a otros viajeros que los guíen o acompañen.

“El mundo es más bueno que malo”, dice Dennisse cuando le pregunto por una constatación luego de tantos kilómetros recorridos. “Sí, hay más gente buena en América”, sonríe Jairo.

Dennisse abre el horno de la cocina que tiene empotrada en la camioneta, cuenta que la gastronomía de muchos lugares los ha inspirado para hacer algunos platillos y se han disfrazado, inflado globos y burbujas para los niños de los pueblos que los han acogido.

Pancho Pescador, un artista chileno radicado en California, pintó los murales de la camioneta, que funcionan como una credencial de este proyecto ecológico. “No nos consideramos turistas, sino viajeros –suelta Jairo–; si la camioneta no tuviera colores, sería distinto”.

La pareja vendió muchas de sus pertenencias en EE.UU. para hacer este viaje, regalaron algunas cosas y otras las enviaron al sur de Chile en un contenedor. “Los conocimientos de la permacultura pueden ser primordiales para la gente que necesita un proyecto de vivienda en América Latina”, coinciden. Por ello dialogan con comunidades y en Oaxaca construyeron uno de sus domos.

En Chile, luego de su llegada, explicarán el proceso, los saberes que han recogido y consideran que el periplo también les ha enseñado a convivir con recursos mínimos: una ducha que se recarga, paneles solares...

Dos años antes de empezar el recorrido, la pareja compró una camioneta de 1986, la remodelaron y unieron con el Ford modelo F-350 de 1997 que pintó Pancho Pescador. Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo

Cuaderno de bitácora
Jairo Lenin escribe con letras mayúsculas y trazo firme en una bitácora de viaje, relatos que a veces Dennisse toma para acompañar sus fotos en la cuenta de Facebook que llamaron Permadobe.

Él lee un fragmento: “Se nos acercó un niño de unos cinco años que quería que la Dennisse le mostrara la cámara que traía al cuello. No hablaba castellano, por lo que hubo expresiones y señalética para entendernos; le quiso arrancar la cámara (...), entonces saqué la flauta de bambú, toqué a todo pulmón una pequeña y sencilla melodía. El niño se abalanzó a la quena, (...) con una mirada que decía que la quería con todo su ser...”. La escena ocurrió en Sótano de las Golondrinas, San Luis Potosí.

En los pueblos chicos se quiebra el hielo mucho más fácil que en la ciudad, cuenta Jairo mientras muestra algunas artesanías e instrumentos (guitarra, charango, ukelele, zampoñas y flautas) que componen su equipaje.

En Ecuador recorrieron la Ruta Spondylus y para el cierre de esta edición estaban en Máncora, Perú. Las Líneas de Nazca, Machu Picchu, Cuzco serán otros de sus enclaves peruanos. Bolivia está en su mapa; de Oruro pasarán al Salar de Uyuni, el cruce hacia Chile. Jairo sonríe: “Siempre estuve de paso. Llega la hora de asentarse”. (I)

Jairo Rodríguez escribe cuando tiene tiempo libre. Su bitácora incluye recuerdos que suelen aparecer en las playas, como las de Isla El Requesón, en Baja California. Foto: Cortesía

Permacultura
Esquivando la lluvia
En septiembre habrá un cónclave en Chile, en el cual Dennisse Burboa y Jairo Rodríguez explicarán la técnica de permacultura para construir domos ecológicos, de bajo presupuesto, en una comunidad de Maule, al sur de ese país.

15 mil millas habían recorrido los viajeros de Permadobe para llegar ha Quito desde EE.UU.

Un pequeño accidente
En Puebla, México, un camión chocó al vehículo en un peaje. Los chilenos estuvieron tres semanas detenidos en Oaxaca y repararon la puerta trasera. En Panamá hubo otra parada migratoria. (I)

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