En el país de la carne reparten un DIU vacuno

Ni oficialistas ni opositores. Si en algo se ponen de acuerdo los argentinos sin discutir es en el orgullo que sienten por su carne, considerada la mejor del mundo. Es una marca de país en sí misma. El podio es conocido: Maradona (con Lio Messi que presiona), el tango y la carne.

Los argentinos son tan cuidadosos con su tesoro nacional que el Estado ha lanzado una campaña para no desperdiciar siquiera un kilo de carne vacuna. Invertirá hasta fines del 2014 unos 8 millones de pesos (1,4 millones de dólares al cambio oficial, unos 850.000 dólares en el mercado negro) en repartir entre los pequeños y medianos ganaderos un dispositivo intrauterino (DIU) para vacas. Sí, no es una equivocación: el Estado busca evitar que las vacas lleguen preñadas al matadero.

No se trata solo de una cuestión ética. “Después del clásico engorde, el productor envía los animales al matadero. Pero muchísimas vacas llegan gordas solo porque están preñadas. El feto se ha llevado gran parte de los nutrientes del animal. Y en el matadero el feto se descarta. Esto hace que se pierda entre  8 y  10% del animal”, explica a EL TELÉGRAFO el veterinario Enrique Turín, de 47 años, creador de este DIU único en el mundo.

El DIU vacuno no es nuevo. Argentina fue el primer país en utilizarlo. Luego se sumaron otros de la región, como Paraguay, Brasil y Colombia. En total ya se han instalado 4 millones de estos dispositivos en un puñado de países, inclusive en la lejana Australia. La mitad se han utilizado solo en Argentina.

El Estado argentino  invertirá hasta fines del 2014 cerca de 8 millones de pesos en promover el DIUTurín precisa que “seguro actualmente en Ecuador se faenan vacas preñadas. En Colombia el porcentaje llega al 30 o 40%. En Argentina se estima que se faenan un millón y medio de vacas al año. La hembra que llega preñada ingirió nutrientes para el feto con una merma de entre el 8 y 10% de la carne. La carcasa en vez de rendir 50%  es de 40%. Si calculamos 400 kilos por cada vaca, estamos hablando de una pérdida que equivale a 50.000 reces todos los años”. Y agrega: “son millones de pesos que se pierden por desidia”.

Turín, profesor de la Universidad del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, creó este dispositivo intrauterino vacuno en los años 90. “Estudiaba veterinaria en la Universidad Nacional de Rosario cuando se me ocurrió trabajar con cuerpos extraños. Me dediqué a investigar el síndrome del útero ocupado donde quedan restos de placenta, la vaca no ovula y entonces siempre está gorda en el campo. Se me ocurrió provocar nosotros este fenómeno”, comenta.

Y añade: “probé con diferentes tamaños y fui evolucionando. Empecé a publicar trabajos sobre el tema y en 1995 obtuve la aprobación del organismo responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, pesquera y forestal (Senasa) en el país austral”.

El DIU quedó entonces patentado para su libre venta. “Comencé entonces a industrializarlo. Primero en forma artesanal y haciendo cursos de capacitación para veterinarios. Luego fui consiguiendo las patentes europeas y de países de la región como Brasil, Paraguay y Colombia y de otros tan lejanos como Nueva Zelanda y Australia”.

4 millones de  dispositivos han sido instalados en  varios países como Brasil,   Paraguay y ColombiaEl valor es económico: “el costo-beneficio es altamente favorable. Cada dispositivo se vende al equivalente a unos 3 dólares y es de muy fácil aplicación. Se paga solo”, señala. “Se usa en vacas que ya han sido madres y se van a transformar en carne. Es la vaca que ya cumplió su vida reproductiva. Es un método incruento, natural y anticonceptivo para lograr que engorde”, insiste.

Turín tiene actualmente un establecimiento en el que produce estos dispositivos en la ciudad de Pergamino, a unos 200 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.

¿Y qué se hace en otros países para evitar estas pérdidas?

Turín responde: “en Estados Unidos se utilizan muchas hormonas. Y en Canadá, por ejemplo, hay corrales de aborto. Hacen abortar a las vacas que llegan preñadas y recién después las engordan. Esto, además de una cuestión ética, es totalmente ineficiente”. “Todos los países tienen este problema. Sudamérica es una región productora de carne y presenta este inconveniente. El vientre es difícil mantenerlo vacío en el campo”, explica Turín.

En Argentina el DIU vacuno ya es usado por los grandes productores. Sin embargo no llega aún a los pequeños y medianos ganaderos, en especial de la zona norte, la más empobrecida del país, que no tiene acceso a esta tecnología. “Por eso el Estado decidió invertir 8 millones de pesos (1,4 millones de dólares al cambio oficial, unos 850.000 dólares en el mercado negro) en el bienio 2013-2014. “El Estado compra estos dispositivos y los distribuye entre los productores, además de capacitar a veterinarios de cada zona. Se estima que se harán 220.000 tratamientos este año y una cifra similar en el próximo”, concluye.

Esta política oficial busca mejorar la producción anual de carne, algo que tiene preocupados a muchos grandes productores habitualmente enfrentados con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En los primeros siete meses del año se exportaron 78.608 toneladas de carne vacuna por un total de 613,6 millones de dólares.

Se trata de un aumento del 14,3% en cantidades respecto de igual lapso del 2012, pero de solo 1,6% en divisas, según un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCV). Es sin duda un dato positivo después de varios años de fuerte caída en las exportaciones, en parte por la política oficial de privilegiar el mercado interno para evitar alzas desmedidas de precios en las carnicerías.

En el 2005 Argentina fue el tercer país exportador de carne del mundo con 773.000 toneladas, pero en el 2012 cayó al undécimo puesto con 183.000 t.

El país busca también recuperar el “stock” vacuno perdido desde 2007, cuando estaba en 59 millones de cabezas. Actualmente, tiene 50,9 millones, según el IPCV.