En el museo Mindalae se reviven los ritos fúnebres ancestrales

Para los pueblos andinos prehispánicos, la muerte era considerada como una etapa de transición a otra vida. Desde las primeras sociedades agrícolas en Santa Elena, los habitantes de la cultura Valdivia enterraban a sus muertos en fosos abiertos en el interior de sus casas.

Los cuerpos estaban acompañados de ofrendas y bienes que supuestamente ayudarían al fallecido en el viaje que realizaría. Otra de las expresiones ancestrales funerarias de la costa del país es la de la cultura Milagro-Quevedo. Sus habitantes utilizaban urnas (vasijas construidas en barro) en el rito.

Para transportar a la ciudadanía hacia esa época, en el Museo Etnohistórico de Artesanías del Ecuador Mindalae, ubicado en el norte de Quito, se muestra una exposición de 20 de estas urnas o réplicas hechas por artesanos de la zona.

Daniela Castillo, una de las coordinadoras del museo, señala que estas urnas  servían para identificar la jerarquía de la persona a quien se le realizaba el ritual o se le entregaba la pieza como ofrenda.

La muestra, que estará abierta al público hasta el 7 de noviembre,  cuenta con urnas funerarias a escala y otras de tamaño original, elaboradas en arcilla y decoradas con serpientes bicéfalas, lagartijas, sapos, ranas y lechuzas.  Para crear un contraste con los objetos que se utilizaron entre el 500 d.C. y el 1500 d.C. se decidió incluir una visión contemporánea. Miguel Barreiros, otro de los coordinadores del Mindalae, fue el encargado de inaugurar la exposición el pasado 29 de octubre.

El coordinador explicó que para que el público conozca más de los ritos funerarios ancestrales, se incluyó un video elaborado por el colectivo Suma Laboratorio Cultural. ​ Este grupo guayaquileño se dedica a la documentación de las tradiciones y folclor del litoral ecuatoriano, sobre todo en Santa Elena y Guayas.  Su objetivo -dice Barreiros- es armar archivos documentales para que estas manifestaciones no se pierdan como consecuencia del desarraigo de la identidad chola en la Costa. El video muestra la tradición de la mesa de los difuntos en algunas de las comunas de la provincia de Santa Elena.

En esta mesa, los familiares colocan todos los alimentos y productos elaborados en el sector, para ofrecerlos a sus difuntos. Para Barreiros, estas ofrendas fúnebres muestran el acceso a los recursos y a los materiales que se utilizan en la zona, así como la relación de las expresiones funerarias contemporáneas de otras regiones del país.

En el video también se evidencia cómo hasta la actualidad las familias visitan juntas los cementerios.

En lo que respecta al uso funerario, las vasijas contenían en su interior huesos incompletos; esto se explica probablemente porque la persona no fue sepultada luego de su muerte, sino que se dejó su cadáver al aire libre hasta descomponerse por completo, para luego proceder a su enterramiento almacenando los restos en una vasija.

Castillo ve en esta muestra una oportunidad para volver la mirada al ADN cultural del Ecuador. Para complementarla, se realizó un foro sobre las manifestaciones cholas por el Día de los Difuntos.

Según el antropólogo Juan Carlos Montenegro, de la Universidad Central, los rituales y las costumbres funerarias no solo abarcan la preparación y despedida del cadáver, sino también la satisfacción de los familiares y la permanencia del espíritu del fallecido entre ellos.

Montenegro sostiene que esto ha sido así en todas las culturas, desde tiempos ancestrales. Los cristianos enterraban a los difuntos como los judíos, y los cuerpos de los mártires eran inhumados en las catacumbas, pero después fue costumbre que las personas pudientes fuesen enterradas en las iglesias. (I)