d“El virus se activa con la tristeza”

Cuando la mujer recibe la noticia de que es portadora del papiloma virus sucede una transformación emocional muy fuerte para ella. Muchas se sienten culpables, a veces se odian a sí mismas por su sexualidad. Viven preocupadas y hasta se obsesionan por las infecciones que pueden tener a nivel vaginal y las enfermedades venéreas.

Si la mujer viene de un ambiente religioso es peor, porque se siente culpable y sucia. Cuando es casada, el hogar atraviesa por una crisis de pareja y personal.

Entonces no solamente la parte fisiológica se ve afectada, sino también la parte sicológica y emocional. Quienes han tenido parejas sexuales se sienten paralizadas de culpa. He tenido pacientes, muy jóvenes, adolescentes, que tienen el virus.

Se deprimen, sea por su enfermedad o por otras situaciones, y esta es la causa de nuevos brotes porque en este estado las defensas de su cuerpo disminuyen.

Todas, en un primer punto, se resisten a aceptar la enfermedad, pero con un tratamiento adecuado en su autoestima su salud mejora. Hay que tener en cuenta que la vergüenza y el miedo forman una combinación fatal contra el sistema inmunitario, porque muchas que conocen su diagnóstico, no se atreven a decirlo, lo ocultan y cargan con eso.

De cada 10 consultas que atiendo, 4 son de gente con depresiones fuertes a raíz del papiloma virus. Otras lo asumen, son muy prácticas. Por ejemplo, frente a un embarazo, ellas ya saben que deben tener a su hijo a través de una cesárea, porque en el parto natural podrían contagiarlo.

El primer gran paso es aceptar que se tiene la enfermedad, porque el virus se activa con la tristeza. Si no se puede manejarla, hay que buscar ayuda profesional, porque existe el peligro de desarrollar cáncer.

No se puede juzgar a ninguna mujer con esta situación. Hay que entender que está vulnerable. Desde mi experiencia, la mujer contagiada siente que abrió la puerta de su casa a un ser que amaba o que ama y esa persona lo destrozó todo. Así se sienten.

Y todo ese dolor se almacena en su útero. Se les debe orientar hacia el amor, el perdón y a prácticas de buena alimentación y de soporte de vitaminas; qué alimentos y cuáles sustitutos alimenticios pueden ayudarles, además de información respecto a cómo funciona su sistema inmunológico, para que  el tratamiento médico sea exitoso.

Asimismo, comprender que esta es una oportunidad para hacer cambios de vida porque hay dos caminos: hundirse y acabarse, afectando a sus hijos y parejas; o levantar la vida y las defensas del cuerpo, cambiando actitudes y emociones.