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El ‘sueño americano’, una crisis de 66% de menores ecuatorianos
Jhoselín A. salió de casa el 4 de febrero de este año. Dejó su natal Cañar para reecontrarse con sus padres en EE.UU. Ella murió 35 días después en un albergue en Ciudad Juárez (México) a donde fue llevada tras ser detenida cuando intentaba cruzar la frontera.
La niña de 12 años no alcanzó a reunirse con José Álvarez y Martha Violeta Quillay en Nueva York.Jhoselín se quitó la vida en el baño de una casa de acogida. Su familia pagó $ 15 mil a un coyotero para cumplir el ‘sueño americano’.
La viceministra de Movilidad Humana de Ecuador, María Landázuri, aseguró que en junio pasado el Tribunal Unitario revocó el auto de libertad dictado a la última persona que trasladó a la menor a Ciudad Juárez. Además se emitió la prisión formal contra Domingo F. y la Fiscalía ecuatoriana abrió un proceso penal por el presunto delito de tráfico ilegal de migrantes, hoy en etapa de indagación previa.
Estas acciones del Gobierno tienen una meta: frenar la salida de compatriotas puesto que Ecuador es el primer país sudamericano con más detenciones de niños migrantes hacia EE.UU. Así lo muestra el libro ‘Entre la violencia y la invisibilidad: un análisis de la situación de niños, niñas y adolescentes ecuatorianos no acompañados en el proceso de migración hacia Estados Unidos’, escrito por las investigadoras Soledad Álvarez (Ecuador) y Sandra Guillot (México).
Desde 2009 hasta 2011, la mayoría de menores ecuatorianos que migran tiene de 12 y 17 años. Un 66% transita solo. En 5 años (entre 2005 y 2010) se registraron 2.606 niños ecuatorianos indocumentados. Ellos fueron atendidos por el programa de Retorno Voluntario de México.
Una violencia invisible
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) recuerda que por cada migrante detenido hay al menos uno que logra cruzar la frontera. En ese caso el número de niños ecuatorianos que viajan a EE.UU. ascendería, aproximadamente, a 5.212.
En EE.UU. la situación también es alarmante. Según los medios locales, más de 52 mil menores han sido registrados en la frontera desde octubre del año pasado. En 2014 se contabilizaron 24 mil. En este caso la mayoría pertenece a países centroamericanos.
La legislación estadounidense impide la deportación automática cuando los menores no provienen de países fronterizos. Es así que el proceso para deportación de menores ecuatorianos puede tomar meses, incluso años.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha solicitado al Congreso $ 3.700 millones en fondos especiales para atender la oleada de inmigrantes indocumentados. El dinero se usaría para reforzar la presencia de jueces y agentes en la frontera, aumentar la vigilancia aérea, construir centros de detención para los indocumentados e incrementar la cooperación con los países de origen.
Jacques Ramírez, decano de la Escuela de Relaciones Internacionales del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) y experto en migración, expresa que la reforma para las personas indocumentadas fue una promesa de campaña de Obama. Hasta ahora no ha tenido resultados por el bloqueo del Senado, “esto ha impedido las regularizaciones en EE.UU. que beneficiarían a cerca de 12 millones de personas”.
Ramírez hizo un llamado a analizar si la deportación sería la mejor vía para los migrantes, “tome en cuenta que la unión familiar de menores se vería postergada si ellos vuelven a Ecuador y los padres se quedan viviendo en el norte”.
En su paso hacia EE.UU.
El tránsito por el corredor México- Estados Unidos es el más concurrido del mundo. Para tener una idea en 10 años, el número de migrantes indocumentados ascendió de 8,4 a 11,2 millones.
La ruta de migración que recorren los ecuatorianos inicia en el sur de México, en Tapachula, donde llegan al pueblo de Arreaga.
“De ahí sale ‘la bestia’, así le llaman al tren de carga donde van los migrantes hacia el norte. Pasan cosas brutales, como mutilaciones, gente que se cae y migrantes raptados”, comenta Ramírez, quien visitó esta zona hace tiempo.
El especialista asegura que el control migratorio tomó más fuerza a partir del 11 de septiembre, y los migrantes debido a su condición son los más vulnerados. “La gente que desea ir por ‘el sueño americano’ no lo puede hacer legalmente por las trabas para adquirir una visa. Utilizan las vías clandestinas no porque quieren, sino porque es la última opción”, explica.
Rodolfo Castillas, investigador mexicano en el tema migratorio, añade que en la travesía muy pocos migrantes llegan a salvo. Dice que además de los controles migratorios se instalan centros de organizaciones dedicadas al narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas, “en la frontera mexicana está uno de los grupos delictivos más peligrosos: los Zetas”.