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El melanoma es el cáncer de piel menos común, pero el más letal

El melanoma es el cáncer de piel menos común, pero el más letal
Foto: Internet
27 de mayo de 2017 - 00:00 - Redacción Sociedad

Si tiene un lunar que aumenta de tamaño, cambia de aspecto, color, sus bordes son irregulares y se divide por la mitad adoptando distintas apariencias, podría tener melanoma, una forma de cáncer de piel capaz de causar la muerte.

Otros síntomas de la enfermedad son: picazón, sangrado y una ulceración que forma un agujero en la piel cuando la capa superior de las células se rompen.

El melanoma es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los melanocitos (células que dan color a la piel), señala el Centro Nacional del Cáncer (NCI por sus siglas en inglés), organismo con sede en Estados Unidos que desde hace 80 años realiza investigaciones oncológicas.

María Fernanda Carvajal, dermatóloga oncóloga, explica que el melanoma tiene una incidencia muy reducida en la población ecuatoriana. “Dos pacientes de cada 10 tienen cáncer de piel en general, pero no es melanoma”. Ocurre en adultos de 40 a 60 años, aunque también se detectan casos en niños.

Sin embargo, advierte, esta patología es más letal porque tiene un alto riesgo de desarrollar metástasis. “Ahí radica la importancia de detectarlo a tiempo”, algo que no ocurre en el medio, donde el diagnóstico se realiza cuando la enfermedad ya está muy avanzada.

“Hoy en día existen muchos tratamientos que antes no había y otros que han evolucionado en los últimos cinco años. Sin embargo, lo ideal es encontrar el melanoma en fases muy tempranas, cuando el pronóstico aún es favorable”.

Existen variedades

Aunque es una forma poco frecuente de cáncer de piel, es más probable que invada tejidos cercanos y se disemine a otras partes del cuerpo. Cuando el melanoma empieza en la piel, se llama melanoma cutáneo. También se puede presentar en las membranas mucosas (capas delgadas y húmedas de tejido que cubren superficies como las de los labios).  Carvajal explica que las variedades de este cáncer son: el  acral (surge en manos, pies y uñas), nodular (tronco), lentigo maligno (rostro, cabeza, cuello), extensión superficial (tronco y piernas).

El sol es el principal factor predisponente para desarrollar este y otro tipos de cáncer de piel. “Se calcula que dos quemaduras con ampollas aumentan el riesgo de desarrollar melanoma”, apunta la especialista del Centro Oncológico Integral (Cenoni), que se dedica a la prevención, diagnóstico precoz y tratamiento del cáncer en el país.

Pero la laceración se puede presentar en cualquier lugar de la piel. Los lunares inusuales, la exposición a la luz solar y los antecedentes de salud pueden afectar el riesgo de aparición, según el NCI.

No obstante, Carvajal señala que en nuestra población, el tipo de melanoma más reportado es el acral, que se presenta en la palma de las manos y la planta de los pies.

“La ciencia desconoce por qué los latinoamericanos y los afros, especialmente estos últimos, tienen más este tipo de melanoma, a diferencia de las personas de raza blanca que presentan otras variedades en piernas y espalda”. La especialista presume que puede ser algo genético, ya que son partes del cuerpo que no están expuestas al sol.

Atención a cambios en los lunares

“El melanoma es una mancha indolora a la que mucha gente no le da importancia. Es un lunar persistente en el 50% de los casos, o uno nuevo”. La primera alerta al percibir algún  cambio, lo ideal es ir al dermatólogo para que realice una evaluación. “Con un aparato denominado dermatoscopio detectamos signos de la enfermedad. Si es necesario se realiza  una biopsia. Ahí sabemos si es benigno o maligno”.

Carvajal indica que no existe un lapso determinado en el cual el lunar empieza a evolucionar, pero si en seis meses hay una variación con los síntomas indicados hay que acudir al especialista. “Es importante cuidarse la piel y acudir una vez por año al dermatólogo para que, a su vez, instruya al paciente sobre la forma de revisar sus lunares”.

En etapas iniciales, los signos son prácticamente imperceptibles  para cualquier persona. Se evidencia cuando hay un tumor, un bulto que sangra. “Si el paciente siente prurito, dolor, debe revisarse. Lo que más llama la atención son aquellos cambios en fases avanzadas”.

Dependiendo del espacio en el que se haya extendido la lesión en manos y pies, el paciente puede resultar con alguna discapacidad física después de un procedimiento quirúrgico para extraer el tumor. “Por eso la importancia de que la población conozca lo que puede causar un simple lunar y la importancia de la prevención”

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican entre dos y tres millones de cánceres de piel no melanocíticos y más de 130.000 melanomas malignos.

Las radiaciones ultravioleta y en particular las solares, son carcinógenas para el ser humano y provocan todos los principales tipos de cáncer de piel, como el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma.

 Lo recomendable es evitar la exposición excesiva y utilizar filtro solar y ropa de protección con medidas preventivas eficaces. Las máquinas de bronceado que emiten rayos ultravioleta están clasificadas como carcinógenas para el ser humano por su asociación con los cánceres oculares y de piel melanocíticos. (I)

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