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El estilo de vida de los habitantes de Lomas de Sargentillo mejoró con el alcantarillado
Los estudiantes del Colegio Técnico Agropecuario Lomas de Sargentillo aseguran que tener agua potable en las llaves, tanto en sus casas como en el plantel y contar con alcantarillado sanitario, no solo mejoró la calidad de vida de los 9.000 habitantes del pueblo, sino que también influyó en la economía de cada familia.
Este cantón de la provincia del Guayas ya cuenta con ambos servicios. El 13 de septiembre el presidente de la República, Rafael Correa, inauguró el alcantarillado sanitario, obra que costó $ 9,5 millones, de los cuales $ 7,7 millones fueron crédito del Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE) y cerca de $ 5 millones con recursos no reembolsables.
Jarelys Vargas, alumna del plantel agropecuario, dice que el día que llegó el agua a su casa está grabado en su memoria. “Tengo 14 años y jamás vi agua potable en las llaves de mi casa ni del colegio. Toda la primaria y parte de la secundaria compré agua en botella y ahora me ahorro ese dinero. Las casas tienen conexiones directas a las tuberías de aguas servidas. Creo que la obra que hizo el Gobierno nos cambió la vida a todos los habitantes. Además, como tenemos un huerto dentro del colegio, nos facilita el riego. Antes lo hacíamos de forma manual”.
Para el alcalde del cantón, Segundo Navarrete, contar con ambos servicios mejoró la salud de los habitantes del pueblo.
“Tenemos 24 años de cantonización y gracias a la gestión de este Gobierno hemos realizado una obra que es prioritaria para cualquier población. Todos los políticos en campaña lo ofrecen, pero nosotros lo cumplimos. Con el dinero invertido pudimos asfaltar todo el cantón, pero le dimos prioridad a lo más importante. Siempre hay moradores que no están conformes con nuestro trabajo, sin embargo la mayoría quedó satisfecha, porque se trata de obras vitales para el desarrollo. El pueblo entero tiene agua en sus casas”.
Menos enfermedades
En el Hospital Materno Infantil Belly Morán Espinoza, a donde llegan las emergencias de la localidad, no tienen registros de cuánto se redujo el número de pacientes con enfermedades gastrointestinales desde que se inauguraron ambos servicios, pero según el médico Víctor Albán Jurado, este tipo de afectaciones ha disminuido 60%.
Orly Chaguay, quien trabaja en el restaurante Rocoto, dejó de lavar los platos con una jarra. Él es uno de los 9.000 habitantes que se han beneficiado.
“Tener un sistema de alcantarillado óptimo y agua potable van a redundar en beneficio de la salud. Abastecerse por medio de tuberías caseras y poseer pozos sépticos en las viviendas generaba un clima adverso. Lo que vemos ahora son enfermedades de otro tipo, pero los problemas generados por la insalubridad están disminuyendo”, aseguró el facultativo.
Mariana Castro, habitante del recinto Las Cañas, a 5 kilómetros de Lomas de Sargentillo y quien tiene un local de comida en el mercado, dice que los negocios han sido los más beneficiados con las obras. “Dejamos de comprar agua entubada que era de mala calidad y cara. Ya no tenemos los pozos de aguas servidas que siempre se llenaban y debíamos pagar para que los limpien. Ahora contamos con agua buena, barata y mucha más higiene en nuestros locales”.
En las calles y en el parque central del pueblo se nota un ambiente de algarabía.
José Lino, de 43 años y propietario de una ferretería, cuenta que es una obra que esperaban desde hace muchos años. Ellos han visto pasar a políticos en campaña ofreciendo los servicios recién inaugurados, pero en más de 20 años nadie los había ejecutado.
“El día que llegó el Presidente la gente se volcó a las calles. Se logró un viejo anhelo de los pobladores. Hemos pasado de bañarnos con un balde y una jarra a abrir la ducha. De botar el agua, en donde se lavaban los platos, al patio a tener un alcantarillado sanitario digno”.
El punto de vista lo comparte el comerciante de frutas Roy Morán, de 48 años. Para él, contar con agua en su casa no es una novedad. Tenía una cisterna que la llenaba con tanquero, pero pagaba $ 20 y apenas le duraba 5 días. “Era agua de regular calidad, pero cara. No tuve problema con la salud porque compraba agua embotellada. Si sumo todo lo que gastaba, el ahorro es de más de $ 100 al mes. La alegría de la gente tiene varios motivos. Algunos porque van a pagar menos, otros porque les genera más comodidades o porque su salud, sin duda, mejorará.
Marino Ortiz, profesor del colegio agropecuario Lomas de Sargentillo, cree que los estudiantes se beneficiaron con el alcantarillado sanitario y el agua potable.
Asegura que los baños de este plantel, en donde estudian más de 500 jóvenes, ahora permanecen limpios. Hay un cambio de conducta en el alumnado.
Tienen agua potable para beber de la llave y baterías sanitarias limpias.
“Esto aumentó la autoestima de los estudiantes. He sido testigo de jóvenes que compraban agua en botella, los que tenían dinero, y los que no, esperaban llegar a sus casas. Los baños del colegio, por no tener agua, eran muy sucios. No soy afiliado a partido político alguno, pero esta obra trae muchos beneficios para los pobladores”.
Orly Chaguay, empleado del restaurante Rocoto, considera que tener agua potable mejora el servicio de alimentación que ellos prestan, no solo porque es más higiénico, sino además porque los alimentos son mejor preparados.
“Mucha gente no lo reconoce, pero desde que tenemos estos 2 servicios básicos la vida de los habitantes de este pueblo cambió. El agua que recibíamos en nuestros hogares era de mala calidad y eso generaba enfermedades. Pienso que es un ahorro para todos nosotros porque ya no compramos agua en botellas y tenemos mejor salud”. (I)