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El Telégrafo
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El espectador como un cómplice de la violencia en imágenes

El espectador como un cómplice de la violencia en imágenes
21 de julio de 2012 - 00:00

La víctima le dispara a uno de los asesinos, el otro la mata y se pregunta indignado: ¿Dónde está el control remoto? Lo encuentra y con él regresa la película frente al espectador, evitando así el asesinato de su amigo.

Se trata de un fragmento  de Funny games, película de Michael Haneke, quien estudió filosofía y psicología.  El director de cine, representó en esta cinta su visión sobre la violencia y la relación que el espectador tiene con ella  cuando ve una película o enciende el televisor.

Los protagonistas son dos jóvenes asesinos que -dentro de la ficción- matan a miembros de familias que viven aisladas y protegidas.

En una entrevista realizada por Serge Toubiana, Haneke habla sobre la violencia en el cine y la televisión,
tema recurrente en su producción cinematográfica.

¿Su película es una deconstrucción de la violencia?

No, es un filme sobre la representación de la violencia en los medios y en el cine para dar un análisis desde adentro de la película. Después de dirigir Bennys Video (Cinta en la que un menor de edad filma un asesinato) leí muchos artículos sobre actos criminales, cometidos por gente joven, siempre gente joven de buena familia, asesinatos sin ninguna explicación social, siempre gente de clase media, que cometieron crímenes no por venganza, ni para volverse ricos, ellos lo hicieron solo por el placer de sentir una sensación. Esto me perturbó y es lo que motivó la historia.

Yo solo quería hacer una película sobre la forma en la que se maneja la violencia en las películas. Produce ansiedad el enfrentarte a personajes que  no reaccionan de la forma en que la sociedad supone que deben hacerlo, donde se respeta lo intocable de otros individuos porque se trata de una confianza fundamental. Si has perdido eso, realmente estás perdido.

En una escena de la película, el protagonista mira al espectador y le guiña el ojo. Esa es la primera vez en el filme  en la que el espectador se pregunta si el asesino lo está mirando a él... El asesino se comunica con el espectador, eso significa que lo hace un cómplice.

Convierto al espectador en un cómplice del crimen y al final le reprocho el haber adoptado esta posición. Es un poco sarcástico, pero quería mostrar cómo siempre eres un cómplice del asesino si ves este tipo de filmes. No en una película que reflexiona por sí misma como esta,  sino en las películas que muestran la violencia como una forma aceptable.

Siempre estamos de acuerdo en que la violencia esta allí, es consumible y no nos damos cuenta de que somos cómplices.

La escena en la que uno de los protagonistas mata y después regresa la cinta, ¿es  decisión del director?

Se trata de lo más alto en este sistema en el que se rompe la ilusión; cuando el personaje le habla al espectador, en ese momento, éste   pierde su punto de referencia, ya no está en la historia, pero sigue en ella porque el personaje se mantiene allí y existen diferentes grados de alienación y esto es lo más alto del sistema. Es un placer mostrarle al espectador que fácilmente puede ser manipulado.

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