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“El dolor se comporta como una entidad independiente”

“El dolor se comporta como una entidad independiente”
03 de agosto de 2013 - 00:00

¿Quién es? Nombre completo: Argelia Lara. Profesión: Especialista en Clínica del dolor. Nacionalidad: Mexicana. Edad: 45 años. Experiencia Laboral: Anestesióloga, posgrado en dolor oncológico. Foto: Lylibeth Coloma | El Telégrafo

Desde hace 45 años en el mundo, las clínicas del dolor empezaron a abrirse un espacio en la medicina. Cinco años después llegaron a Latinoamérica y en Ecuador tienen un poco más de diez años. En Quito, Guayaquil y Cuenca se encuentran varias enfocadas en las dolencias específicas.

No obstante, según la anestesióloga mexicana, Argelia Lara Solares, es desde hace 10 años que esta disciplina independiente ha empezado a tomar fuerza.

Solares estuvo de visita en el país para presentar su proyecto Change Pain, una plataforma online con la que se intenta educar a los pacientes y médicos sobre la importancia del dolor y el tratamiento que éste requiere.

Dice que hasta hace pocos años era considerado como un síntoma, como parte de otra enfermedad, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), otras instituciones y varias asociaciones médicas lo consideran como algo más allá de un síntoma.

¿Cuándo deja el dolor de ser un síntoma y se transforma en una enfermedad?
El dolor se comporta como una entidad independiente. La enfermedad lo ocasionó, pero a partir de cierto momento el dolor puede tomar su propio curso. Uno de los ejemplos de esto es la artitris. En algunos casos la enfermedad se detiene, pero los daños físicos no son reversibles y pueden dejar dolor constante. Lo mismo ocurre con el cáncer, que puede dejar secuelas de un dolor que no se detiene. El dolor muchas veces tiene que ver con la enfermedad, es decir, se transforma en una segunda enfermedad.

¿Por qué pueden darse casos como estos, en los que el dolor evoluciona a una enfermedad?
Su mal manejo al diagnosticarlo. A pesar de que 9 de 10 pacientes tienen dolor, ya sea el que lo llevó allí o un acompañante de la enfermedad o una enfermedad en sí, la gente no le da la importancia que tiene, tarda mucho tiempo en pedir ayuda médica y esta demora hace que los dolores crónicos sean más difíciles de tratar. Mientras que la prevalencia de dolor crónico es alta, el 30% de la población va a tener dolor agudo en algún momento de su vida, sea por traumatismo o por algunas otras causas.

¿Cómo se puede saber cuando esto ocurre, es decir cuando ya se transforma en enfermedad, más allá de la advertencia de una enfermedad?
El dolor se divide en agudo, que es el que dura entre un segundo y tres meses, y en crónico, que dura más de tres meses. Esto último ocurre en pacientes que tienen enfermedades catastróficas. Ellos tendrán dolor toda la vida. Hay que diferenciar que el dolor agudo es un mecanismo de defensa, señal de que algo está ocurriendo. El crónico en cambio no tiene ninguna función. El dolor agudo se asocia con la ansiedad, mientras que el crónico con la depresión. El dolor crónico tiende a ser una enfermedad. De hecho, este se ha convertido en un problema de salud pública a nivel internacional.

¿Qué consecuencias trae?
El dolor es muy caro en términos de que te quita cosas como tranquilidad, funcionalidad, el placer de disfrutar la vida. Muchas personas a causa de éste llegan a ver su vida transformada, pierden su trabajo, familia, acaban sus recursos económicos. No solamente pierden su salud, sino también estabilidad emocional.

¿Qué tan intenso debe de ser un dolor para buscar ayuda de un profesional?   
Hay situaciones en que te duele un día y es  urgente y otros no. En general los lineamientos indican que cuando un dolor en una escala de 0 a 10 está en 5 o más y persiste durante 7 días seguidos o durante 30 discontinuos, es necesario buscar ayudar médica.

¿Cuáles son los dolores más frecuentes?
Se dividen en dos grandes grupos: en dolor crónico oncológico, que tiene que ver con el cáncer, y el no oncológico. Ambos tienen diferentes variantes. El segundo, por ejemplo, que es el más cotidiano, se subdivide en dos categorías: nociceptivo, que se produce cuando se irritan ciertas terminaciones nerviosas llamadas nocirreceptores, dentro de los cuales figuran los somáticos (músculos y esqueleto) y visceral (pulmones, páncreas, hígado, vísceras blandos  y duras). La otra categoría del dolor crónico no oncológico es la neuropática, que tiene que ver con lesión del sistema nervioso central periférico, entre ellas la más común neuropatía diabética. Por ejemplo la gente que tiene diabetes 1 ó 2, después de muchos años de padecer la enfermedad, comienza a tener un daño a nivel de periférico y presenta dolores insoportables.

¿Qué otros malestares abarcan los denominados dolores neuropáticos?
Existen una gran variedad de dolores crónicos; la gente que vive con VIH puede tener diferentes formas de neuropatías, la propia enfermedad y otras infecciones. Los medicamentos contra la enfermedad pueden dejar una secuela muy dolorosa; lo mismo ocurre en el tema del cáncer, además de tener dolor por el tumor, y por el tratamiento, como las quimioterapias. Abarca muchas patologías como la esclerosis múltiple o la osteoartritis degenerativa.

¿Qué esfuerzos se han hecho para lograr una mayor conciencia por parte de los médicos al tratarlo?
Se ha hecho mucho para que el médico no tome a la ligera el dolor, sino que lo trate con la misma energía que trata a la enfermedad. Con el proyecto “Change Pain” lo que se intenta es que los médicos tengan más información y que  desarrollen nuevas habilidades sobre cómo evaluar mejor: qué tienen que preguntarles, qué fármacos prescribirles y cómo combinarlos. En cuanto a los tratamientos, existen estrategias principalmente farmacológicas, medicamentos 700 veces más potentes que la morfina. Aunque hay que tener claro que no todos los dolores responden a todos los analgésicos. A nivel medicinal cada vez hay más opciones para controlar el dolor. Además de la medicina alopática (basada en fármacos) otra solución es la terapia no farmacológica como fisioterapia y rehabilitación; el tratamiento intervencionista como bloqueo, y para la gente que no respondió bien a esto la psicoterapia.

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