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El Galaxi prohíbe la entrada de hombres solos

El cine 'familiar', una ventana para las mujeres de Kabul

El cine ‘familiar’, una ventana para las mujeres de Kabul
El cine ‘familiar’, una ventana para las mujeres de Kabul
Foto: AFP
20 de marzo de 2017 - 00:00 - Agencia AFP

Kabul

Las luces se apagan y, por primera vez desde hace tiempo, familias afganas comparten refrescos y palomitas de maíz sin perder de vista la pantalla, por la que desfilan las estrellas de Bollywood. El cine abierto en Kabul para las familias es uno de los pocos espacios de ocio en la capital, sobre todo para las mujeres, a menudo confinadas en casa. Y una ocasión para salir con marido e hijos.

Otras salas están reservadas a los hombres, que protestan, silban y comentan en alto la película.

El cine Galaxy, abierto el año pasado, prohíbe el acceso a los hombres no acompañados durante algunas horas del día para proteger a las mujeres del acoso. Zahra Sozan, de 25 años, confirma que es inusual que las mujeres y los niños puedan disfrutar de películas. “Es la primera vez que voy al cine en Kabul, me encantó”.

“Cuando las familias están aquí, nadie más es autorizado a entrar, se sienten seguras”, explica Abubakar Gharzai, propietario de la sala.

Hace 16 años habría sido impensable. Los cines habían quedado destrozados por la guerra o estaban cerrados por orden de los talibanes. Las colas para ver una película se remontan a antes, cuando los habitantes de Kabul iban libremente. La entrada cuesta $ 6, 6 veces más que otros cines. El Galaxy es un lujo inasequible. “No hay sitios en el país donde las mujeres puedan reunirse. La vida es dura”, prosigue Sozan.

Samira Sozan asiente. “Tenemos los bolos, un parque de atracciones y el zoológico”, enumera esta joven de 22 años. Incluso en casa, las mujeres no tienen tiempo, están desbordadas por las tareas domésticas.

“Ir al cine no es muy conforme con las tradiciones, pero da igual lo que diga la gente. Es uno de los pocos sitios donde se puede pasar un rato en familia”. Su alegría reconforta a Gharzai. “Queremos dar al resto del mundo una imagen positiva de Afganistán. Un Afganistán sin bomba ni atentado, y también hacer algo para que la gente sea feliz”.

El público siente predilección por las películas indias y estadounidenses. La producción local lleva años moribunda. El problema es que cuando los éxitos de Bollywood llegan hace tiempo que los aficionados los han visto en internet. La gente, por encima de todo, prefiere las de terror, afirma Gharzai.

Los islamistas en guerra contra el gobierno consideran a Hollywood y Bollywood como los santuarios del pecado. A la entrada del Galaxy, en el corazón de un centro comercial, los espectadores se someten a un cacheo. “Es verdad, recibimos amenazas”, reconoce Gharzai, “pero nos ponemos en manos del Todopoderoso”. (I)

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