Desde 2006, 25 millones de mujeres se han incorporado a la fuerza laboral, y el número de políticas gobernando también ha aumentado. Hoy gobiernan 11 presidentas. Pero no todas son buenas noticias: ellas siguen ganando entre el 25% y 40% menos que los varones.  

En Ecuador los pronósticos indican que las mujeres aún deben elegir entre ser madres o escalar peldaños profesionales. El último informe de Deloitte, Mujeres Ejecutivas 2016, así lo indica: el 64% de profesionales encuestadas reconoció que limita su desarrollo en la empresa para cumplir su otro objetivo, ser madre.

Hoy, cuando se recuerda el Día Internacional de la Mujer, la población femenina tiene pocos motivos para celebrar. Han pasado 41 años y todavía se discute cómo la brecha de género es amplia en países de América Latina y en las llamadas naciones del primer mundo.

Por ejemplo, solo el 4,2% de los gerentes generales de las 500 mayores empresas del mundo son mujeres. En Inglaterra ellas ganan hasta el 20% menos que un varón en un puesto similar, y Estonia lleva el récord del país con la brecha de salarios más amplia en Europa. Las mujeres perciben hasta 30% menos de sueldo que los hombres.

Con respecto a Ecuador, según el estudio de Deloitte, el 5% de puestos gerenciales son ocupados por mujeres. Esto representa un aumento de 2 puntos porcentuales en comparación al 2015.

El informe consultó a las empresas qué políticas de flexibilidad laboral tienen para madres ejecutivas. Destacan los permisos relacionados con la familia con el 35% notando que incrementaron frente al año anterior (19%). Le siguen el período de maternidad y lactancia como beneficios legales (28%). La flexibilidad de horarios (25%) y el trabajo desde casa un (12%) son ventajas que también se consideran.

A pesar de que no todas las compañías tienen políticas establecidas, se muestran flexibles en cuanto a permisos. Rocío Andrade labora hace 2 años en un canal de televisión. Es asistente administrativa y luego de un año en la empresa quedó embarazada. Cuenta que su jefe inmediato ‘accedió’ a darle una licencia de una hora al día, por 3 semanas, cuando acudió al ginecólogo por problemas en la gestación. “No era parte del contrato o del permiso que por ley nos dan, pero él dijo que hacía una diferencia conmigo”, expresa la joven de 35 años.

Ella asegura que en los próximos dos años, cuando decida tener su siguiente hijo se quedará en casa o iniciará un emprendimiento, “no se puede estar en dos lugares a la vez y  hacer el trabajo bien. Tengo que decidir entre el canal o mi hogar”.

Según la encuesta de Deloitte, el 27% de las mujeres escogen sus carreras en función del equilibrio personal y laboral. Solo el 18% sigue una determinada profesión porque es más competitiva y la aspiración de una ecuatoriana por pertenecer en una multinacional o corporación internacional es muy baja: 1%.

En cuanto a las diferencias salariales entre hombres y mujeres, el 34% de los consultados dijo que esto ocurrió por cuestiones culturales. “Creen que ellos deben ganar más porque son más fuertes”, agrega Rocío.

El 28% considera que no se valora el trabajo de las mujeres, y un 8% asegura que las comisiones son mayores para los hombres.

En el pasado foro económico de Davos (Suiza) se armó un panel especial para abordar la brecha de género en el mundo empresarial. Sheryl Sandberg, alta ejecutiva de Facebook, fue una de las ponentes.

Para ella, las empresas están usando el 50% del talento, refiriéndose a las mujeres. Indicó que la falta de empoderamiento económico es un problema que comienza a edad temprana. “Les designamos siempre a los varones las tareas más fáciles del hogar, como botar la basura y a ellas les decimos que laven los platos. Comenzamos así en el hogar con diferentes expectativas a lo largo de la vida”.

Según Sandberg, quien dirige una ONG llamada Lean In o Apóyate, se evidencia una manera diferente de atribuir éxito a las mujeres y hombres, “a ellas les decimos que es por suerte y en el caso del hombre por sus capacidades”.

Debido a estas diferencias, lamentaron que se necesitarán al menos 117 años para cerrar estas brechas de género. (I)