El 28% de niños prefiere programas educativos

¿Qué entendemos por educación? La respuesta puede ser muy compleja, abierta y hasta confusa. EL TELÉGRAFO consultó a varios ciudadanos acerca de su concepto y la mayoría concluyó en que la educación es formativa, construye conocimientos, aborda temas sociales, pero, sobre todo, logra que la sociedad sea más crítica.

La percepción de estos ciudadanos también fue que los medios de comunicación no tienen una propuesta educativa generosa. “La mayoría de producciones se enfoca a crear programas de chismes, ‘reality shows’ y comedias racistas, sexistas, profundizando estereotipos y dando mensajes superficiales”, fue la conclusión a la que llegó la comunicadora social Paola Brito.

Su apreciación tiene asidero. Un estudio realizado por la Superintendencia de la Información y Comunicación(Supercom) señala que solo el 5% de la programación en televisión, el 4% en radio y el 9% en prensa escrita son propuestas educativas.

Romel Jurado, asesor jurídico de Supercom, explicó que la ley no plantea un porcentaje fijo para programas educativos, pero a su criterio, debe haber un equilibrio entre contenidos. “Mientras más prioridad se dé en la programación a contenidos informativos, educativos, culturales, interculturales, habrá más posibilidades de obtener una frecuencia del espectro radioeléctrico en el futuro”, aseguró Jurado.

¿Qué manda en la programación?

Una revisión de la parrilla televisiva ecuatoriana demuestra que entre las prioridades de su programación están las telenovelas, las series que muestran casos reales y ‘realitys’.La mayoría de ellos son transmitidos en horario vespertino, cuando la mayoría de niños y adolescentes están en casa. Eso sí incluyen en sus parrillas la programación del proyecto Educa.

Según un informe de Educa en 2013, los niños/as de 8 a 11 años ven televisión entre las 2 pm y 4 pm, y luego entre las 6 pm y 8 pm.

Además, el estudio muestra que el 15% de los encuestados considera que no hay programas adecuados para su edad, incluyendo series educativas. Los niños, incluso aseguraron que los 3 principales programas que más disfrutan ver son dibujos animados, películas y series educativas.

En la radio y la prensa la propuesta también es escasa. Eduardo Guerrero es vicepresidente de la Coordinadora de Radios Populares Educativas de Ecuador (Corape) que incluye a 34 emisoras del país y director de radio Latacunga.

Asegura que la apuesta  educativa en los 2 espacios es importante. “Solo en radio Latacunga que es popular y comunitaria, el 60% de programas es formativo. Es posible tener una radio de esta índole que sea rentable. Hay que quitar ese mito que solo si es programación de entretenimiento puede tener estabilidad económica”, explica Guerrero, pues en su caso asegura que la calidad de las producciones ha elevado el rating  haciendo que los empresarios pauten en el medio.

Reconoce que hay que ser creativos e ingeniosos con la propuesta de programación.

A su criterio, esta carencia hace que los empresarios opten por el camino más fácil: los programas de entretenimiento. También tiene otra postura. “Ahora hay poca programación educativa porque cuando se adjudicaron frecuencias de radio y televisión, estábamos viviendo tiempos neoliberales donde todo era vendido como en el  caso del espectro para luego ser explotado económicamente y nunca como servicio social”, aseguró.

Alejandro Bustos es editor de la revista Elé del grupo Zonacuario y acaban de cumplir su noveno aniversario. Comenta que los 3 primeros años fue ‘muy duro’ sostener el proyecto económicamente, pero ahora hay estabilidad.

Eso sí, reconoce que en cuanto a publicidad, el ingreso para la revista no ha alcanzado lo óptimo. Explica que para 60 páginas, lo adecuado sería tener 12 de publicidad. “Es nuestro límite, pero en la práctica jamás ha pasado eso, hemos llegado a vender hasta 8 y 9 avisos”, dice. También reconoce que la falta de creatividad y de enfoques para hacer que lo educativo sea lo más atractivo es uno de los principales obstáculos que inciden para que  haya una limitada propuesta.

Para Leonardo Ogaz, sociólogo experto en comunicación, la sociedad capitalista a lo largo del tiempo ha sido ‘educada’ para ver contenidos superficiales y creer que son los mejores. “Los medios tienen la gran excusa de decir que pasan tanta basura porque la gente pide eso, pero ellos mismos lo provocan. No hay un interés real en formar personas críticas, racionales y pensantes”, sentenció.

El experto cree que los medios deben asumir esto y tratar de resarcirlo. A su criterio, no es cuestión de quitar propuestas de entretenimiento sino más bien lograr que la sociedad sea capaz de verlos, discernir los contenidos y escoger qué es lo mejor para sí mismos.