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El Telégrafo
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Los proyectos tienen el apoyo del ministerio del ambiente, así como organismos internacionales

Dos ejemplos de prácticas ambientales para mitigar los efectos del cambio climático

El reservorio está operativo desde julio y permite a los habitantes de la comunidad de San Luis de Ichisí (Tabacundo) tener agua para sus sembríos todo el año. Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
El reservorio está operativo desde julio y permite a los habitantes de la comunidad de San Luis de Ichisí (Tabacundo) tener agua para sus sembríos todo el año. Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
10 de octubre de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

“Antes eran bien diferenciadas las épocas de lluvias y de sol, sabíamos cuándo sembrar y cuándo no; pero ahora todo cambió y eso altera nuestra subsistencia”, dice con pesar doña Rosita, quien resume así el impacto del cambio climático en la vida de los casi 500 habitantes de la comuna San Luis de Ichisí en Tabacundo, provincia de Pichincha.

Por ello los residentes de esta  comunidad, que está dedicada a la agricultura y en menor grado a la elaboración de derivados lácteos, se unieron para aprovechar el canal de riego que ya existe desde el sector de Cayambe y llevarlo hasta sus huertos familiares a través de un reservorio que les garantiza agua durante todo el año.

“El clima está cambiando, por una buena alimentación nos vamos adaptando”, es el estribillo de la propaganda que en este lugar se escucha como par de la campaña de  información y concienciación.

Adicionalmente se estableció una central de pronóstico climático que anticipará a la población la presencia de heladas o sequías para que pueda tomar las precauciones correspondientes en cada caso.

“Esto nos permitirá tener una mejor producción agroecológica todo el tiempo”, indicó María Andrango, una de las mujeres que encabezan este proyecto comunitario.

La producción por el momento es a una escala mediana, porque lo primero que se quiere es lograr que cada familia tenga su propio huerto del que se alimenten sus miembros, y el excedente comercializarlo.

“Con la presencia del agua ahora será más fácil para nosotros asegurar buenos productos, tanto para consumo como para ofrecerlos en los mercados de Tabacundo, Cayambe y también queremos llegar a Quito”, comentó doña Margarita.

El reservorio empezó su actividad desde julio de este año y en conjunto con la utilización del abono natural orgánico, los productos que se obtienen son de un sabor y color muy diferentes a los que se comercializa en la capital.

A simple vista parecen imitaciones plásticas de los alimentos, incluso el tamaño de los mismos es superior a los que habitualmente se encuentran en los supermercados y eso llama la atención de quienes asisten a la pequeña feria que se improvisó cerca del reservorio.

Los vegetales son muy verdes y su olor se siente al acercarse, los choclos, aunque pequeños, tienen también un aroma singular; pero la que se lleva toda la atención es la jícama, un tubérculo ligeramente rosa y dulce que se lo come con tan solo pelar la cáscara.

La comunidad tuvo el apoyo del Programa Mundial de Alimentos, así como de Foreccsa, que es el proyecto del Ministerio del Ambiente encargado de dar un fortalecimiento en seguridad alimentaria a las comunidades ante efectos adversos del cambio climático.

El páramo de Mojanda

Un camino de tercer orden, lleno de curvas y lastrado nos conduce al mirador de las 3 lagunas en el sector de Mojanda a 3.200m, un sitio emblemático y de conservación en el que trabaja la asociación Turugta.

Alrededor de 5.000 personas de las comunidades de Pedro Moncayo en Pichincha están agrupadas para proteger esta reserva de agua y garantizar así la existencia del líquido. Precisamente la carencia de agua ha sido la principal afectación debido al cambio climático por la falta de protección del páramo.

Por eso incluso los gobiernos autónomos entregan un tanquero de agua para abastecer las necesidades de la población del sector en épocas de sequía como la actual.

El problema se originó con las prácticas incorrectas de turistas y lugareños en las inmediaciones del páramo cada vez que llegaban a los puntos más altos.

“Creímos que la solución era una reforestación con plantas nativas, pero ahora vemos que lo mejor es cuidar estos espacios evitando que haya agricultura y ganadería”, comentó Daniel Guashga, presidente de la asociación Turugta.

A más de ello se han establecido fronteras agrícolas que ponen límites a los espacios que ocupa la ganadería y la agricultura del lugar; además se prohibió la presencia de alpacas, porque éstas en los incendios iban a los sectores más elevados en busca de alimento y destruían la vegetación del lugar.

“Estamos implementando sanciones para que los compañeros entiendan que es necesario proteger el páramo para asegurar el agua y su calidad”, dijo Galo Cubacango, guardabosques del sector.

La comunidad del sector además está empeñada en recuperar los puglios (pequeñas vertientes) que al momento están secos. “Estamos desarrollando planes para lograr que poco a poco estos vuelvan a ser las vertientes de agua que ayuden a la vida de las comunas”, acotó. (I)

Ecuador pedirá justicia climática en la COP21

La ministra del Ambiente, Lorena Tapia, destacó la tarea que Ecuador ha desarrollado en cuanto a combatir los efectos del cambio climático en los distintos sectores que involucran la fauna y flora del país. “Lo hemos abordado como una política de Estado que ha sido destacada en la región y con resultados concretos en adopción y mitigación. Hemos desarrollado programas como ‘Socio Bosque’, todo el sistema de incentivos para la reforestación que está permitiendo que sean más las hectáreas que se recuperan que aquellas que se pierden”, refirió Tapia.

Además indicó que la posición del país en la COP21 de Francia será la de pedir justicia climática. “Tal como lo ha anticipado el presidente Rafael Correa en su ponencia en la ONU, creemos que aquellos grandes contaminadores deben responder por aquel impacto que generaron y eso significa acciones concretas para adaptación, mitigación, para transferencia de tecnología, así como para desarrollo de capacidades; y eso es lo que Ecuador va a seguir insistiendo y defendiendo así como la propuesta de las emisiones netas evitadas”, reiteró.

La ministra además insistió en que la responsabilidad ecuatoriana en cambio climático es marginal y que en la COP21 Ecuador será uno de los pocos países que presentará proyectos frente al Fondo Verde. “Se enfatizará en las responsabilidades comunes y diferenciadas que todos deben tener”. (I)

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