Diego y Afrodita, la esperanza para la reproducción de tortugas en Galápagos (INFOGRAFÍA)

‘Pepe, el Misionero’ llegó a los 100 años de vida. La tortuga, que pertenecía a la especie Chelonoidis becki o volcán de Wolf (isla Isabela), era conocida por la mayoría de la población de San Cristóbal. Se convirtió en un símbolo y fue queridopor los niños, personas de la comunidad y turistas que lo visitaban constantemente en la Misión Franciscana, donde permaneció hasta 2012.

Allí pasaba sus días y era alimentada por los visitantes. No le temía a quien se le acercaba, tampoco rechazaba las caricias que le hacían, quizá porque estaba acostumbrado a intimar con los seres humanos. Por años la especie de caparazón en forma de cúpula y garras largas había sido mascota de una familia hasta que pasó a cuidados de la misión.

Debido a razones de manejo ‘Pepe’ fue trasladado al centro de interpretación Baquerizo Moreno, en las instalaciones del Parque Nacional Galápagos, donde en un corral era observado por veterinarios y herpetólogos que vigilaban que cumpliera su dieta para disminuir su sobrepeso. Pesaba 179 kilos.

“Debido a que el metabolismo de una tortuga es lento, el bajar de peso es un proceso que toma tiempo. En el caso de ‘Pepe’ bajó aproximadamente 12 kilos en dos años”, asegura Víctor Carrión, director de Ecosistemas del Parque Nacional Galápagos, quien recuerda que la última vez que lo visitó,  el 10 de junio,  lo observó cansado “estaba durmiendo”.

El ejemplar murió hace unos días por  un paro cardiorrespiratorio. Tenía problemas en sus intestinos y pulmones y en la parte del cuello  un absceso que le dificultaba respirar y alimentarse normalmente.
La muerte de ‘Pepe’ inicialmente supuso la extinción de la especie, como ocurrió con el solitario ‘George’ en junio de 2012.

Carrión aclara que lo ocurrido no ponía en riesgo a las tortugas que son originarias del volcán Wolf y se encuentran en estado natural. “Existen 2.000 individuos entre hembras y machos que no están amenazados. Todos son monitoreados”, agrega.

En las islas Galápagos, se estima que existen más de 30.000 tortugas, que pertenecen a 10 especies sobrevivientes y están distribuidas  en las islas Santa Cruz,  Española, San Cristóbal, Santiago, Pinzón  y en los volcanes Wolf, Darwin, Alcedo, Sierra Negra y Cerro Azul.

En algunas de estas zonas las especies son amenazadas por animales invasores (no propios de las islas) como el cerdo, las hormigas y las cabras, que compiten por el alimento al ser también herbívoras.

Carrión indica que 4 especies  ya se han extinguido y pertenecían a las islas Fernandina (por causas naturales), Floreana, Santa Fe y Pinta, de donde procedía el solitario ‘George’.

El quelonio, que dejó de existir entre 93 y 109 años, fue el último sobreviviente de una especie en esa isla. Y cuando esto ocurrió la aparición de ‘Pepe, el Misionero’ pasó a convertirse en la nueva atracción de las Galápagos.

Existen otras dos tortugas famosas, Diego y Afrodita, correspondientes a la especie Chelonoidis hoodensis y Chelonoidis guntheri.

Diego es un ejemplar de aproximadamente 130 años cuya morfología es similar a la de ‘Pepe’, caparazón en forma de cúpula y sus garras pueden medir hasta 3 centímetros. Es considerado el macho dominante de la población en la isla Española. Hace 30 años fue devuelto del Zoológico de San Diego a las islas.

Desde entonces, Carrión dice, se ha restaurado la población de tortugas de la isla Española. Esto debido a que cuando se realizó el monitoreo solamente había 10 hembras y 3 machos.  

En la actualidad se calcula que hay más de 2.000 individuos. Eston han sido introducidos mediante la ayuda del Centro de Crianza y Cautiverio. 

Afrodita, en cambio, es una hembra de 80 años. Pertenece a la subpoblación de cero Paloma en el volcán Sierra  Negra. “Cuando se la detectó  y en donde se encuentran 14 ejemplares, descubrimos que era la única hembra de allí en medio de 3 tortugas machos”.

El experto de la Dirección de Ecosistemas cuenta que la reproducción de los ejemplares empezó en 1998 y hasta el momento existen 100 individuos.  “Son 100 tortuguitas que ya deben regresar a su estado natural”.

Al igual que Diego, la tortuga Afrodita, cuyo caparazón tiene forma de cúpula, se ha convertido en la esperanza para evitar la desaparición de su especie.

Esto no sería posible sin los 3 Centros de Crianza y Cautiverio que funcionan en Galápagos. En ese lugar se presta atención a poblaciones de tortugas que tienen problemas de reproducción.

Carrión indica que cada año en el Centro de Crianza de Santa Cruz, creado hace 3 décadas, se reproducen 300 tortugas que luego de pasar 4 años son devueltos a las islas Española y Santa Cruz.
En el centro de Puerto Villamil nacen un promedio de 120 quelonios al año y luego son llevados al volcán Sierra Negra y Cerro Azul. Finalmente, en el centro de San Cristóbal nacen de 30 a 40 tortugas anualmente.