El uso excesivo de desinfectantes genera graves daños a la salud
El primer caso de covid-19 en Ecuador generó incertidumbre y temor en la población sobre las formas de transmisión. Desde la aparición del virus, considerado altamente contagioso y letal, surgieron un sinnúmero de interrogantes ¿Podría el virus permanecer en las superficies de plástico, ropa, metal, alimentos y cuánto tiempo duraría?
En los hogares, el uso del cloro y amonio cuaternario para limpiar los productos que se compraban se volvieron indispensables para las familias como una forma de protegerse del virus.
La demanda de los desinfectantes crecería luego de que estudios internacionales y la OMS confirmaran que el virus podría sobrevivir horas y hasta días en superficies.
¿Pero qué pasa cuando hay un exagerado uso de estos productos en los hogares?
Recientemente el Servicio Integrado de Seguridad ECU- 911 y el Ministerio de Salud Pública (MSP) -a través del Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIATOX)- dio a conocer que del 11 de marzo al 12 de julio de 2020 se registraron 101 reportes de intoxicación por amonio cuaternario e hipoclorito de sodio o cloro.
Judith Venegas, responsable del CIATOX en el ECU-911 de Quito, señaló que, tras la declaración de la pandemia por covid-19, en ese periodo existió un incremento significativo de los casos de intoxicación generada por el uso incorrecto de productos de desinfección con respecto al mismo periodo de 2019.
Joan Vera, profesor de química de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Espol, explica que las sustancias desinfectantes están químicamente diseñadas para afectar el funcionamiento biológico de organismos patógenos para el humano.
Sin embargo, el experto asegura que cuando se excede en la frecuencia o en la concentración “sin lugar a dudas puede llegarse a afectar al humano, obteniéndose efectos colaterales”.
Añade que debido a su alta reactividad y a la facilidad para su obtención comercial, el cloro es uno de los más utilizados. “Si no se usa adecuadamente puede traer efectos adversos sobre la salud”.
Las afecciones de las vías respiratorias y de la piel son las más comunes.
Alberto Campodónico, jefe de cuidados intensivos del hospital Kennedy, señala que al estar en contacto con el cloro la parte respiratoria sufre inflamación en los alvéolos, se irrita la faringe y el sistema nervioso se afecta.
Por otro lado, señala que el amonio afecta los pulmones y ocasiona irritación en la piel y otras lesiones.
Él aconseja salir del lugar al menos durante una hora después de su aplicación.
“No se debe poner encima de la piel. El contacto directo con el cloro puede ocasionar una broncoconstricción, lo cual puede terminar en una emergencia”.
De su lado, el cardiólogo Milton García sostiene que el uso excesivo de estos agentes al ser abrasivo causa lesiones dérmicas de tipo laceración, por lo que las personas van a empezar a tener resequedad y después de eso lesiones en las manos que van a facilitar el ingreso de bacterias o virus, incluido el covid.
Sugiere que si van a rociarse cloro deben tomarse medidas de bioseguridad.
Por ejemplo, usar camisas mangas largas que no se vayan a volver a usar porque el contacto con el cloro a nivel de piel va a causar una irritación, usar mascarillas, gafas.
“Esto porque si inhalamos este gas vamos a sufrir irritación y a confundir lesiones de tipo neumonitis que son causadas por inhalación de químicos con síntomas de covid”. (I)
MSP realiza pruebas PCR en buque
Los tripulantes del buque mercante que desembarcaron el 20 de julio en la Terminal Portuaria de Guayaquil fueron sometidos a pruebas PCR por parte del personal del Ministerio de Salud Pública (MSP).
Se trata del primer cambio de tripulación humanitaria de la costa oeste de Sudamérica, desarrollado en Ecuador durante la pandemia. Allí viajaban 11 filipinos, 4 ucranianos y 3 británicos.
Después de ocho meses de estar en alta mar, fueron sometidos a estas pruebas como parte del Reglamento Sanitario Internacional que realiza el MSP para ingresar al país.
El grupo se mantendrá aislado en uno de los hoteles de la ciudad hasta conocer el resultado de los exámenes y si estos dan negativo podrán regresar vía aérea a sus países de residencia.
“Me parece positivo que Ecuador nos realice estas pruebas; así podremos regresar tranquilos a casa después de este largo viaje de trabajo”, dijo el filipino Glenn Boriba, quien está agradecido.
Además, uno de los epidemiólogos del equipo de Vigilancia del MSP, Carlos Apolinario, hizo una inspección física a toda la embarcación a fin de autorizar las operaciones del buque y de su tripulación.
No encontró novedades. (I)
