Daysi desarrolla sus tareas en el infocentro de Cutuglagua

Al menos 3 veces por semana Daysi Aguachela de 18 años necesita usar el internet para realizar los trabajos de investigación que le envían en el Colegio Nacional Cutuglagua. En promedio, la navegación, más la impresión de la tarea le representaba  $2 diarios, un costo muy oneroso para su familia que apenas puede juntar lo básico para subsistir.

“Hacer las tareas de investigación era muy caro para mis padres que no tienen posibilidades económicas. Debía guardar todos los centavos posibles que me sobraban de los refrigerios para poder cumplir con los deberes escolares”, señala Daysi.
No sabía que en su localidad se instauró un infocentro, que es parte de los casi 490 ubicados a nivel nacional. Desde hace 4 meses, gracias a sus compañeros de aula, se enteró de los servicios que brinda el infocentro en la parroquia rural de Cutuglagua, en el límite entre Quito y el cantón Mejía.

Hoy es una asidua visitante del lugar que brinda la oportunidad a esta comunidad de acercarse al universo de la computación y el ciberespacio.

Ya son 2 años que este centro funciona en la biblioteca de la parroquia. Hasta aquí llegan estudiantes en busca de fuentes virtuales o para imprimir sus trabajos de forma gratuita.

“Somos 4 hermanos en mi casa y a veces a cada uno le envían consultas por realizar en el internet. Mínimo se requiere de $ 0,80 por cada uno que sumado era un gran gasto en mi casa y a veces algunos teníamos que quedarnos sin hacer la tarea, pero hoy cuando tengo estas investigaciones vengo más temprano, hago el deber y voy directo a la escuela”, cuenta Javier Ugcha, de 11 años, quien estudia en la unidad educativa 2 de Agosto.

Su madre María Toaquiza, quien es ama de casa, acude a la biblioteca para constatar que su hijo esté ahí y no jugando en la calle. Ella confiesa que no sabe nada de computación, apenas lee y escribe, pero está abierta al aprendizaje.

“Creo que hoy es necesario la computación para todo”, dice convencida María, quien es parte de una población que bordea los 30 mil habitantes. Ellos básicamente ‘emigran’ a diario a Quito o Mejía para cumplir sus labores y los pocos que se quedan son amas de casa o personas que se dedican a la agricultura y ganadería a baja escala.

El infocentro brinda un ambiente seguro a sus visitantes, sobre todo a los estudiantes de educación básica, ya que Fabricio Torres, el facilitador, está pendiente de que cada chico cumpla la tarea.

“Estamos pendientes de que acá no hagan un copia y pega de lo que encuentran en internet sino que lean y entiendan. Además, las impresiones son solo de las consultas escolares y no puede excederse de 3 hojas”, acota Fabricio, quien recalca que los menores de 13 años no pueden entrar a Facebook, pero sí pueden jugar.

“Se les permite distraerse, pero en juegos educativos en línea que tiene la computadora en base al software libre que posee, pero nunca en internet”.

Eso precisamente fue a comprobar Olga Almache, quien aprovechó el descanso en su trabajo y también en la universidad para conocer el lugar donde su hija Lizeth de 8 años acude casi diariamente para elaborar las tareas.

“Me decía que los deberes enviados por la escuela debe hacerlos aquí y llevarlos con el sello que les ponen. Siempre viene con su tía y hoy mientras espero para retirarla aproveché para conocer el lugar. Me parece un buen sitio para que los pequeños cumplan las tareas que les envían. Veo que hay mucha atención para que no ocupen la computadora en otros temas”.

Gracias a la colaboración de los habitantes de Cutuglagua los estudiantes cuentan al momento con una impresora a color y también con hojas de papel, aunque a veces éstas escasean y son los chicos los encargados de llevarlas para poder imprimir sus trabajos.

“Siempre será más económico comprar una hoja de $ 0,05 que pagar por un trabajo más de $ 0,80, sobre todo si en un hogar hay más de un hijo, como se da en nuestras familias”, recalca Daysi.

Este lugar, pese a ser biblioteca, no tenía mayor movimiento, pero a raíz de la adecuación del infocentro hoy siempre tiene visitas. Cuenta con 16 computadoras, 9 son de propiedad del infocentro y 7 de la biblioteca. Con estos equipos se realizan capacitaciones semanales y gratuitas sobre las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación).

Al momento solo en este espacio se han certificado a 416 personas en  el uso básico de la computación como las partes del equipo o saber encenderla. En esta comunidad por cada 10 hogares, solo 2 tienen computadora propia. La demanda principal de estos días ha sido de personas interesadas en dar su voto por Quito para convertirse en una de las 7 nuevas maravillas del mundo.

“Como para ello es necesario tener un correo, hacemos todo ese proceso de enseñanza hasta que concluye con el voto, pero les invitamos a profundizar ese conocimiento en las capacitaciones que se adaptan al horario de cada uno. Puede ser una hora a la semana, hasta tenemos cursos los domingos”, aclara Fabricio

Según el facilitador, quien es parte de la comunidad de esta parroquia rural, considerada una de las de mayor población del cantón Mejía, el infocentro aumentó la demanda de personas que visitan los locales particulares de servicio de internet, aunque confiesa que en un inicio ellos pensaron que el infocentro les restaría clientes.

“En lo personal dialogué con los propietarios de los ‘ciber’ y entendieron que el infocentro no era una competencia para ellos, sino al contrario ya que hoy son más las personas que aquí perdieron el miedo a la computadora, saben manejar las redes sociales y buscan conectarse con amigos y familiares que están en otras provincias o países de manera más económica”.

Para facilitar la presencia de los adultos, quienes llegan por la tarde a sus hogares, el infocentro atiende hasta las 20:00.