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Punto de vista
Código Ingenios: Soberanía popular vs. Globalización especular
La realidad que vivimos evidencia que la economía globalizada presenta diferentes fallos de mercado desde las perspectivas económica, social y ecológica, derivados de una clara situación de competencia imperfecta y de externalidades negativas. Desde tales perspectivas, las políticas neoliberales hacen entonces agua, toda vez que sus resultados no han conseguido un alza de crecimiento de la productividad global, ni el progreso técnico prometidos en sus postulados. Mas al contrario, la aplicación de dichos postulados ha derivado en una desoladora crisis económica mundial, un globalizado drama social, y un preocupante incremento de la huella ecológica.
Desde nuestro ensayo, apoyado en la Teoría de las Descripciones de Bertrand Russell, los postulados neoliberales admiten ser analizados a través de la Paradoja del Rey de Francia: ¿Son falsos?, ¿son ciertos?, ¿carecen de sentido? Entre los diferentes eruditos de la lógica formal que han alimentado el debate sobre expresiones como la contenida en la citada paradoja, nos quedamos aquí con la interpretación del filósofo austríaco Alexius Meinong en torno a la existencia de un dominio que dio en llamar ‘entidades no existentes’. En efecto, permítame el lector dar respuesta a las preguntas formuladas a través de lo que denominamos aquí ‘globalización especular’: Si localizamos el dominio antes mencionado del lado oculto de un espejo (entidades no existentes) como imagen simétrica de la fuente (postulados neoliberales), estos resultan ser falsos y carentes de sentido para el receptor (resultados de la globalización especular observados desde el lado visible), y ciertos y con pleno sentido desde la imagen de dicha fuente en el lado oculto del espejo (opaco instrumento de la economía globalizada llamado ‘Mercados’).
A través de este oscuro mecanismo de globalización especular, el Óptimo de Pareto se logra entonces para el 1% de la población desde la Teoría del Equilibrio General, asegurando las condiciones ideales para ello: mercados competitivos (flexibilidad laboral, privatización del conocimiento), en equilibrio y con ausencia de externalidades (información privilegiada y perfecta de parámetros de producción y consumo), y costos de transacciones despreciables mediante eliminación de barreras geopolíticas y económicas (tratados de libre comercio, cuyo mayor activo es la controvertida y opaca Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI) o TTIP en lengua inglesa).
Pero no ocurre lo mismo para el 99% de los individuos y la soberanía de los pueblos: mercados no competitivos (deterioro del conocimiento a través de políticas globalizadas de educación, y de talento humano en la matriz productiva, y control de su explotación por parte del actual sistema de Derechos de Producción Intelectual o DPI), desequilibrio (competencia desleal en un mercado dominado por las grandes corporaciones transnacionales, barreras impuestas por los DPI que inciden negativamente sobre la relación valor de cambio / valor de uso, e incertidumbre sobre las reglas de juego generada por los ‘Mercados’), y externalidades negativas (desajustes en la oferta y/o la demanda, incremento del paro, pérdida de bienestar del individuo, incremento de la desigualdad social, incremento de la huella ecológica,…).
El Código INGENIOS - Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad e Innovación - es sin lugar a dudas la apuesta valiente y lúcida para revertir la situación, desde una innovadora reformulación del actual sistema de DPI como su piedra angular. Coinciden un gran número de analistas internacionales en que este sistema, desarrollado progresivamente por el capitalismo cognitivo desde los años 80, ha demostrado coartar la generación y gestión del conocimiento y la innovación, asediando el desarrollo de los pueblos en beneficio de la acumulación de capital por parte de los ‘lobbies’ que ejercen el control de los seis poderes. Sus mecanismos de actuación, la desregulación global de los mercados en lo ejecutivo, legislativo y judicial, y el intervencionismo económico, político y social a través de los medios de comunicación e internet.
De manera integral, a nivel técnico y legal, el Código INGENIOS rompe esta situación de asedio, ejerciendo contrapeso sobre el grado de control alcanzado por el capitalismo cognitivo, principalmente: (1) garantizando la generación de conocimiento desde una concepción de bien público-común, con fuertes incentivos económicos a proyectos innovadores, y una revalorización del investigador; (2) primando el valor de uso sobre el valor de cambio; (3) potenciando las externalidades positivas del conocimiento en la sociedad; (4) trabajando de forma colaborativa en la producción de conocimiento, protegiendo nacionalmente las creaciones y el intercambio de ideas; (5) transformando equitativamente a público, privado y colectivo las actuales políticas rentistas de propiedad intelectual; (6) trasladando a la sociedad los beneficios obtenidos por los DPI; (7) apostando por el uso de software libre en beneficio de la comunidad; (8) garantizando el acceso a Internet como un derecho básico; (9) regulando las abusivas prácticas comerciales en la producción de bienes tecnológicos, potenciando al mismo tiempo su reciclaje y desarrollo de nuevos productos mediante minería inversa; (10) combatiendo el injusto monopolio farmacéutico, promoviendo la obtención de fármacos más asequibles; (11) salvaguardando la diversidad biológica nacional combatiendo la biopiratería; y (12) impulsando los saberes ancestrales como importante fuente de conocimiento y de riqueza, otorgando al mismo tiempo soberanía sobre los mismos a pueblos y nacionalidades.
El conocimiento, recurso inagotable de riqueza, adquiere hoy especial protagonismo como catalizador del papel a jugar por cualquier país en la escena internacional. Dicho de otro modo, un país que no genera, gestiona y transfiere conocimiento hacia su pueblo, está hoy abocado irremediablemente al subdesarrollo, la dependencia y la explotación exterior. A través del Código INGENIOS Ecuador ha trazado el camino a seguir, iniciativa aplaudida en importantes foros de discusión internacionales, y convertida ya en referente mundial en pro de los derechos de lo viviente, la soberanía de los pueblos y el respeto a nuestro planeta. (O)