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“Es tiempo de repensar las ciudades”

El crecimiento desmedido de la población y el estilo de vida pone en riesgo el sostenimiento del planeta.
El crecimiento desmedido de la población y el estilo de vida pone en riesgo el sostenimiento del planeta.
Foto: Archivo / El Telégrafo
25 de julio de 2018 - 00:00 - Fausto Segovia Baus. Especial EL TELÉGRAFO

En el siglo XXI, la urbanización es un fenómeno real. Más de la mitad de la humanidad vive en ciudades, que son escenarios donde la vida se desenvuelve con todas sus complejidades, apariencias e inequidades. ¿El urbanismo es el destino de los seres humanos?

Las proyecciones y las estadísticas de los especialistas reflejan que el ser humano es un animal urbano. El futuro del mundo está en las ciudades o centros urbanos que aglutinan gente, recursos, problemas a veces insolubles, y también oportunidades que pasan desapercibidas.

Etapas y procesos

El proceso de humanización del ser humano cumple etapas, según los antropólogos y sociólogos.

Al principio fue el “homo erectus”, que hizo posible caminar y explorar en dos extremidades. Luego sobrevino el “homo habilis”, que se caracterizó por el desarrollo de destrezas y habilidades para manejar sus extremidades y especialmente sus manos. Esto le permitió construir y manejar instrumentos y formar fuego, labranza, dedicarse a la cacería y la guerra.

Más tarde y luego de miles de años sobrevino el denominado “homo sapiens”, es decir, la capacidad para pensar y comunicarse mediante lenguajes simbólicos.

Con la aparición del pensamiento se dio inicio a la evolución cultural, que avanza por caminos insospechados. Prueba de ello fue la aparición progresiva de nuevos estatus: el “homo ludens” o el hombre que juega, descrito magistralmente por Johan Huizinga.

El “homo economicus”, concepto neoclásico que sirvió para modelar el comportamiento humano para alcanzar el bienestar, formalizado en algunos patrones de las ciencias sociales, particularmente en la economía; el “homo videns”, construido por Giovanni Sartori.

El autor configuró el nuevo estadio de evolución humana en una sociedad audiovisual y su variante, “la sociedad red” o “telépolis”, creada por Manuel Castells; y, el “homo urbanus” o la nueva especie depredadora.

Cemento y hierro

Desde la famosa “polis” griega, el concepto de ciudad migró en muchas direcciones, según los contextos y culturas, hasta llegar a las megápolis actuales, verdaderos monstruos o engendros inmanejables, enjambres de hierro y cemento, altamente contaminados, donde el espacio vital se reduce y los servicios básicos escasean.

La urbe contemporánea creció tanto que Ítalo Calvino, hastiado por la aglomeración y el desencanto, escribió el libro “Las ciudades invisibles”, con nuevas propuestas nacidas de la imaginación.

No obstante, las realidades superan a las utopías literarias, lo cual supone que el planeta Tierra pronto será definitivamente “saqueado” por el depredador por excelencia –el ser humano-, que requiere agua, vivienda, salud, educación, trabajo, industrias, alimentos, seguridad, alcantarillado, centros comerciales, iglesias, bancos, zonas de recreo, entre otros.

Asertividad y tiempo libre

El mundo vive un cambio de paradigmas. El crecimiento de las ciudades, la revolución tecnológica, los impactos de la contaminación y los problemas de salud –sedentarismo, obesidad, tabaquismo y otros- son signos visibles.

El ocio, el tiempo libre y la recreación son algunas alternativas, que recién se las considera políticas públicas.

Ante la crisis las reacciones son: la indiferencia, el negativismo y la violencia. Una de las repercusiones se relaciona con la salud física, mental, social y espiritual.

Necesitamos un cambio de actitud, de la mano de la asertividad que es una propuesta de comunicación, de salud integral y de acciones concretas para liberar a los seres humanos de la pasividad, la ausencia de proyectos de vida y de esa actitud de culpar a los demás de nuestras acciones y omisiones.

El ocio, el tiempo libre y la recreación se inscriben en el concepto de salud integral. El tiempo libre es una alternativa frente al tiempo laboral y al sueño, que es el descanso pasivo porque tiene un enfoque más pedagógico. La recreación constituye una alternativa para lograr un equilibrio psico-físico-social-espiritual. (O)

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