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Carlos y Maura tras 5 años hallaron un intérprete que los case

Maura Vera (izq.), con discapacidad auditiva, se casó en el Registro Civil Municipal con la ayuda de la intérprete Gabriela Zambrano (d).
Maura Vera (izq.), con discapacidad auditiva, se casó en el Registro Civil Municipal con la ayuda de la intérprete Gabriela Zambrano (d).
William Orellana / ET
31 de octubre de 2019 - 00:00 - Redacción Sociedad

Dos tortas blancas (falsas), sillas, damas maquilladas y caballeros con trajes. Es el ambiente diario de la sala de matrimonios del Registro Civil Municipal de Guayaquil.

Pero la presencia de decenas de cámaras de televisión y de los flashes de equipos fotográficos rompieron con esa monotonía.

La unión matrimonial de Carlos Mora y Maura Vera, residentes del Guasmo Sur, movió a medios de comunicación. Una ciudadana que andaba de casualidad sacando la cédula estiraba su cuello para divisar si la pareja era de la farándula.

Carlos, quien lució traje negro y camisa floreada, y Maura, con vestido blanco y corona de flores, no son famosos. Sin embargo, pasaron a la historia del Registro Civil como la primera pareja que usó una intérprete de lenguaje de señas para sellar su enlace matrimonial.

Maura presenta discapacidad auditiva desde su infancia. Mueve las manos para transmitir sus mensajes, aunque, de forma empírica,  lee los labios de otros.

Frente a una mesa, donde estuvieron el vicealcalde de la ciudad, Josué Sánchez, y el director del Registro, Olivier Dumani, cristalizó su sueño de formalizar su enlace con Carlos, tras 8 años de relación.

En la lectura del acta de matrimonio se sumó una nueva figura: Gabriela Zambrano, una experta en lenguaje de señas. Desde ayer ya asiste a las personas con discapacidad que se casan.

Mientras el vicealcalde le leyó el acta mirando a Carlos, Gabriela tradujo, frente a la novia, el mismo protocolo:  “¿Acepta de manera libre y voluntaria a Carlos, como su legítimo esposo?”. La novia, mirando a la intérprete, puso las manos a la altura de su vientre, las subió al corazón y formó un círculo. Significó: “Sí”.

Entonces, se escuchó el puede besar a la novia. Carlos, ansioso, la tomó con sus brazos y empezó el ósculo. Paró cuando algunos camarógrafos gritaron entre risas: ¡Yaaa para, para! y ¡Corte¡ Luego, aliviado, Carlos confesó el porqué esperó 8 años: “Hace cinco años estaba todo listo, pero la juez nos dijo que no había intérprete, pero hoy por fin tuvimos una”. (I)  

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