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Chequeos médicos previenen el bajo rendimiento

El optómetra Alejandro Lalama inicia la revisión con la ayuda de un equipo llamado autorrefractor que se encarga de medir la visión de cada ojo de la estudiante.
El optómetra Alejandro Lalama inicia la revisión con la ayuda de un equipo llamado autorrefractor que se encarga de medir la visión de cada ojo de la estudiante.
Foto: Carina Acosta / El Telégrafo
28 de agosto de 2018 - 00:00 - Redacción Sociedad

Aunque la presentación de un certificado médico que garantice el buen estado de salud de los estudiantes, que iniciarán clases el próximo 3 de septiembre en el régimen Sierra y Amazonía, no es un requisito para acceder a la matrícula, los especialistas recomiendan un chequeo anual para garantizar el buen desempeño académico de los menores.

El pediatra Mauricio Cabascango explica que en muchas ocasiones los niños y los adolescentes se ausentan de las jornadas escolares por afecciones recurrentes como parasitosis, alergias, anemia y desnutrición.

Según el especialista este tipo de afecciones provocan somnolencia y falta de atención durante la jornada escolar. Para evitar que esto suceda, el galeno resalta que el chequeo médico ideal en esta época consta de exámenes de laboratorio: de sangre, de orina y de heces -para identificar parásitos-.

El pediatra explica que los dolores abdominales constantes, la diarrea o los gases son algunos síntomas de parasitosis. Esta enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a 2.000 millones de menores.

Otro de los beneficios de las revisiones médicas es que la evaluación pediátrica ayudará a conocer si el peso y la talla del menor van en concordancia con su edad. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) realizada en 2012 reveló que el 25% de niños menores de cinco años presentó retardo en talla. Y el 20,4% de niños de 6 a 11 años registró ese problema.

Con un presupuesto que puede ir desde $ 20 (por niño) se pueden hacer los estudios de laboratorio detallados por Cabascango. A ese valor se suma el costo de las consultas con el médico, es decir entre $ 25 y $ 40 dependiendo del doctor y el lugar en donde se reciba el servicio de salud.

Quienes no cuenten con los recursos para acceder a un médico privado, pueden usar los servicios que presta el Ministerio de Salud Pública (MSP). Los chequeos médicos se pueden realizar en cualquier centro de salud estatal sin ningún costo. Lo mismo sucede para los hijos (hasta los 18 años de edad) de las personas afiliadas al Seguro Social.

Los problemas visuales afectan el rendimiento académico

La visión es un factor determinante en el desempeño escolar de los estudiantes, indica Alejandro Lalama, optómetra de Óptica Los Andes. El especialista informa que cuando existen problemas oculares sin diagnóstico oportuno, los estudiantes no logran una adecuada concentración y procesamiento de la información.

Las patologías más comunes, que no son detectadas a tiempo por el entorno familiar, suelen relacionarse a defectos de refracción: astigmatismo, miopía, hipermetropía, estrabismo y ambliopía (ojo vago).

Este problema visual afecta a alrededor del 2% al 5% de la población y es una de las causas más comunes de la pérdida de visión en los países desarrollados.

El último martes los padres de Carolina Alpes, de siete años, llevaron a su hija a un chequeo visual. Lalama inició la revisión con la ayuda de un equipo llamado autorrefractor que se encarga de medir la visión de cada ojo.

Si bien, los chequeos se dan más en los niños, el optómetra resalta que los adolescentes también requieren de este tipo de revisión.

La razón: una persona que pasó por una revisión a los tres años y se comprobó que su visión era óptima puede presentar, en la adolescencia, una leve miopía juvenil que si no es tratada a tiempo pude aumentar.

El chequeo, que dura cerca de 40 minutos, descarta los problemas de visión y enfermedades como conjuntivitis. Lalama agrega que hay ejercicios que estimulan la visión de los menores.

Por ejemplo, los niños de 1 y 2 años pueden seguir líneas en una pizarra o papel de arriba para abajo, de la izquierda a derecha, y en diagonal, mientras que a los infantes de entre 3 y 5 años es recomendable facilitarles libros que contengan formas y tamaños de letras de acuerdo a su edad y que sean legibles.

La alimentación es clave para el regreso a clases

La nutricionista Claudia Pillajo sostiene que si no existe una alimentación adecuada el proceso de aprendizaje en los menores se dificulta.

Agrega que la lonchera es un complemento de las necesidades nutricionales de los niños y adolescentes; y no reemplaza al desayuno ni al almuerzo puesto que ayuda a recuperar las energías que gastan los estudiantes durante su jornada, tanto físicas como mentales. Animó a los padres a evitar que sus hijos consuman frituras y opten por enviar frutas y bebidas no azucaradas. 

En el país, según el Ministerio de Salud, el 29,9% de niños de entre 5 y 11 años tiene sobrepeso y obesidad. (I)
 
La revisión
Tres tipos de exámenes  
La biometría hemática detecta si niños o adolescentes tienen anemia. El  examen coproparasitario se practica para ver si hay parásitos en el organismo del menor y el microscópico de orina detecta si hay infecciones en vías urinarias.   

6 meses es el periodo que debe pasar para  que un menor se someta a una desparasitación.  

Chequeos en la adolescencia
Se recomienda hacer un seguimiento del  desarrollo sexual y presencia de  características como vello en la axila, bigote, acné y, en el caso de la niñas, el crecimiento de los senos y la menstruación. (I)

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