Según Senescyt, 5.500 profesores requieren el título de doctorado. ¿Cómo determinaron esa cifra?

Ciertos académicos, rectores y políticos han dicho que se necesitan alrededor de 20.000 personas con PhD en las universidades públicas y 12.000 en las privadas. Eso es mentira. Lo que dice la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) es que tienen que ser solo profesores titulares principales los que tienen que sacar un PhD hasta 2017.

Y los agregados pueden sacar maestría. Generalmente, el problema que hemos tenido es que en el sector privado un 15% es profesor titular de su planta docente. Esto representa menos de 2.000 personas que son los que tendrían que sacar un PhD, en cambio en el sector público el 70% de los profesores es titular principal. 

¿Esa cifra se va a depurar?

Sabemos que en las universidades públicas existen alrededor de 6.500 personas que son profesores titulares principales. En este marco tienen que cumplir otros requisitos como haber dirigido tesis, investigaciones, haber publicado investigaciones en revistas indexadas. Si los profesores no cumplen estos requisitos creemos que se va a llegar a una cifra aproximada de 35%, es decir que son 6.500 docentes.

¿Cuánto está previsto invertir para la formación en doctorado, si se toma en cuenta que la capacitación por académico es de hasta 120.000 dólares?

No se tiene una cifra. El presidente Rafael Correa dijo que son ilimitados los recursos que se tienen, pero toda persona que ingrese para aplicar un doctorado, primero será seleccionada y financiada. De momento estamos hablando de más de 320 millones de dólares de inversión hasta 2012 que ya hemos hecho para la formación de cuarto nivel. 

Usted había mencionado que hasta diciembre de este año se darán las facilidades para los primeros 500 profesores. ¿Quién se encargará del resto? ¿Cómo estará previsto el presupuesto? 

La política está abierta y eso dependerá del Gobierno que esté a cargo del Estado. Al menos de lo que he conversado con el Presidente, esta será una de las principales políticas que tendremos en el fortalecimiento de talento humano. Esta política continuará también el próximo año.

Si la universidad no respeta o no cumple con las facilidades para que el académico realice su doctorado, ¿dónde puede presentar su queja?

Eso depende de la autonomía de cada universidad. Nosotros respetamos las decisiones que  toma la universidad, pero es absurdo no dar los permisos para fortalecer el talento humano. Nosotros estamos dando las facilidades y se debería invertir en la formación.

Sobre las nivelaciones para el ingreso a la universidad, ¿se conoce cuántas personas desertaron?

Todavía no me han pasado las estadísticas finales de deserción dentro del proceso de nivelación, pero eso es parte del proceso de educación superior. Lo que nosotros queremos aquí es hacer una nivelación que sea rigurosa para que más tarde sea alta la formación. Es preferible detectar en este momento a las personas que tienen menos niveles académicos para continuar los estudios porque para la sociedad incluso es más eficiente, entonces los niveles de deserción son parte del proceso. 

¿Son conscientes de que hay deserción?

Va a haber deserción, pero todavía no se conoce a cuánto asciende.

¿Usted considera que el Nuevo Bachillerato Internacional puede preparar a los estudiantes para las pruebas de ingreso a la universidad?

Por supuesto. Nosotros hemos establecido un proceso de transición dentro de la LOES que es de 5 años. No debería existir nivelación, pero es necesario nivelarse. Sabiendo que existe heterogeneidad planteamos un periodo de 1.000 horas en la nivelación para igualar oportunidades de acceso a las universidades. Pero también nos interesa que los bachilleres tengan un mismo nivel académico para entrar a la universidad. Entonces estamos viviendo una transición para el ingreso de la universidad.