Publicidad
137.000 mascotas fueron abandonadas en España en 2016
No es un goteo sino una mancha de aceite que se pinta de tristeza durante los meses de verano. Más de 137.000 perros y gatos fueron abandonados el pasado año en España frenando en seco la tendencia a la baja registrada desde 2008. Lo peor es que las estimaciones para 2017 son igual de nefastas, según se desprende del informe que elabora cada año la fundación Affinity.
Aunque el nacimiento de camadas indeseadas es el principal argumento esgrimido para el abandono, otras causas como el fin de la temporada de caza o la conducta inapropiada del animal en el hogar muestran el irreflexivo comportamiento de muchas personas que deciden adoptar una mascota. En concreto, el estudio cuantifica en 104.447 los perros y en 33.335 los gatos recogidos por las sociedades protectoras españolas en 2016, una cifra superior a la registrada en 2015. Como era previsible, la época más proclive a los abandonos coincide con los meses vacacionales, entre mayo y septiembre.
Según los datos oficiales del estado, en España hay dos millones de gatos y más de 5 millones de perros inscritos con un chip de identidad, es decir, un animal de compañía por cada 6 habitantes.
Pero lo que realmente preocupa a las sociedades protectoras de animales es el incremento de los abandonos en la vía pública. El destino que les aguarda puede ser letal.
De los 137.000 recogidos solo un 45% fueron adoptados posteriormente, un 16% llegó al refugio por extravío y pudo ser devuelto al estar identificado, un 12% sigue viviendo en la protectora y un 7% fue sacrificado.
Diversas asociaciones, entre ellas la fundación autora del informe, trabajan en España junto al Observatorio de Justicia y Derecho Animal para conseguir un cambio del Código Civil para que los animales de compañía, perros y gatos especialmente, dejen de ser considerados “bienes semovientes”, es decir, cosas con capacidad de moverse por sí mismas. “Esto provoca perjuicios para los animales al ser susceptibles de apropiación y de libre disposición por parte de sus dueños”, advierten los animalistas.
La fundación Affinity pone en marcha todos los años una campaña nacional de sensibilización para alertar sobre la falta de compromiso con la adopción de animales de compañía y, de paso, difundir los beneficios que aportan a la calidad de vida de muchas personas. “Desgraciadamente todavía hay mucha gente que los trata como si fueran unos zapatos. Toman la decisión de forma irreflexiva con base en razones efímeras”, señaló Isabel Buil, directora de la organización.
En un artículo académico, el psicólogo Rafael Martos colocaba en la base del problema el carácter utilitarista que en la cultura española se otorga a estos animales. “Históricamente se les destina a una función de trabajo, de protección, de caza, de comida, de vestimenta… y cuando se dejan de tener esos intereses se prescinde de la mascota”.
Martos, que también realiza labores de codirección del máster oficial en intervención asistida con animales de la Universidad Internacional de Andalucía, aconseja que si una persona decide tener una mascota debe ser consciente de su alimentación, de su salud e higiene, y debe sacarla a hacer ejercicio. (I)