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Los Casos de consumo de estupefacientes se redujeron entre 60 y 80%

12 cámaras ayudan a controlar los problemas de drogas en el Amarilis Fuentes (Galería)

Una de las 12 cámaras de vigilancia monitorea el corredor principal del Amarilis Fuentes, en Guayaquil. Foto: William Orellana / El Telégrafo
Una de las 12 cámaras de vigilancia monitorea el corredor principal del Amarilis Fuentes, en Guayaquil. Foto: William Orellana / El Telégrafo
28 de enero de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

A la entrada del plantel, en el ingreso a los pasillos, en los exteriores de los baños y en otros sitios estratégicos del colegio Amarilis Fuentes Alcívar, ubicado en el sur de Guayaquil, hay pequeños equipos que pueden pasar desapercibidos. Son las 12 cámaras de seguridad instaladas en el plantel como parte de una iniciativa de los padres.

El rector de la institución, Agustín Lindao, señala que a inicios del presente año lectivo los representantes notaron que había un problema institucional a causa del consumo de estupefacientes entre los adolescentes. “Se encontraba a chicos con fundas con droga, otros que teníamos que mandarlos al hospital porque empezaban a convulsionar y no nos podíamos dar cuenta inmediatamente”, explica Lindao.

Fue entonces que el presidente del Comité Central de Padres de Familia, César Montenegro, decidió tomar acciones. Coordinaron con el personal administrativo y gestionaron la compra de los equipos de video.

La propuesta implicó recaudar fondos y para ello los representantes se encargaron de organizar mañanas deportivas para vender platos de comida criolla y otros alimentos durante los fines de semana, cuando los estudiantes acudían a los entrenamientos deportivos.

Además, los estudiantes aplicaron un proyecto de reciclaje con las botellas de plástico vacías y ayudaron a los padres de familia a aumentar el recurso económico para solventar el proyecto de las cámaras.

Al cabo de 2 meses lograron recaudar alrededor de $ 5.500 y con ese dinero compraron e instalaron los equipos de seguridad. También el dinero sirvió para arreglar los baños de la institución.

Resultados a la vista

Para María Mata, estudiante de tercero de bachillerato, la vigilancia con cámaras aporta en gran medida a la seguridad del plantel. Ella ha visto que los alumnos ya no están afuera de las aulas, “incluso por el temor de que los encuentren, se comportan de una mejor manera”.

Su compañera Gabriela Samaniego manifiesta que en las elecciones del Consejo Estudiantil que preside, debía quedarse en la institución hasta horas de la tarde, por lo que al inicio del año escolar observó casos de menores que consumían droga detrás del baño. “Ha sido un cambio rotundo, muchas personas decían que los estudiantes estaban muy descontrolados por la droga”, manifiesta.

De acuerdo al rector, a un mes de terminar el año escolar hay una reducción del 60% de la problemática de drogas en la sección vespertina, que acoge a menores de entre 11 y 15 años, mientras que en el bachillerato hay una disminución del 80%.

Los resultados muestran que muchas veces un colegio no solo debe espera la ayuda del Estado, sino que la unión también lograr cambios.  

Otras alternativas de seguridad

La máxima autoridad de la institución, reconoce que la instalación de cámaras no es la solución al problema de las drogas, sino que sirve como un complemento a la capacitación que reciben los estudiantes y a las actividades que desarrollan en el establecimiento.

Bryan Armijos, representante del Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) asegura que las charlas de concienciación han ayudado a disminuir el problema.

En las horas de receso la institución dicta clases de bailoterapia a través de un convenio con el Ministerio del Deporte y también se conformó una brigada de padres de familia que ayudan en la supervisión de disciplina en todo el colegio.

Carmen Morales es una de las madres que forma parte del equipo de 60 representantes que apoyan en la vigilancia, en grupos semanales de seis personas.

Todos permanecen de 12:30 a 18:45 a recorrer los pabellones y alertar a los docentes en caso de un acto de indisciplina.

La vicepresidenta del Comité Central de Padres de Familia, Karina Castro, considera que en los alrededores del plantel persiste la problemática. Menciona lugares como un parque cercano en donde suelen quedarse estudiantes para no asistir al colegio.

Por eso Castro apoya la iniciativa del Ministerio de Educación que para este año prevé implementar un sistema de seguridad como parte del Plan Integral de Prevención, Seguridad y Acompañamiento.

Una de las acciones que ejecutará la cartera de Estado es la instalación de cámaras de seguridad en las instituciones educativas con más de 900 estudiantes. A nivel nacional serán 735 planteles beneficiados.

Por el momento ya hay 85 cámaras instaladas, que estarán conectadas a una central con sede en el Ministerio de Educación, en Quito.

DATOS

Del proyecto ‘Por un Amarilis seguro para un Buen Vivir’ se benefician 14 varones y 1.253 mujeres de la sección matutina y 395 varones y 861 mujeres de la vespertina.

El proyecto inició el 19 de mayo de 2014 y tiene una duración de 3 años. Al término de cada período lectivo se realizará una evaluación para luego hacer los ajustes que sean necesarios.

Como antecedente, las autoridades descubrieron estudiantes que consumían la droga conocida como ‘H’ (heroína). La medida de seguridad es una de las primeras  aplicadas en un plantel fiscal.

Entre las metas planteadas por la institución educativa está reducir el nivel de estudiantes involucrados en el consumo de drogas.

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