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El proyecto beneficiará a 10 mil personas con educación inconclusa en el país
102 jóvenes terminarán el colegio en 10 meses
Hoy es su quinto día de clases después de 5 años sin pisar un aula. Yuleysi Vargas tiene 21 años y está ansiosa de terminar los 3 años de estudios que dejó inconclusos. A ella su embarazo (tiene 6 meses) no la detiene en su propósito de ser bachiller y continuar la universidad para ser chef.
“Desde hace un par de meses empecé a averiguar en el distrito. No dudé en inscribirme y aquí estoy. Siempre he creído que se debe aprovechar las oportunidades, y como esta sé que no habrá otra. Podré terminar mis 3 años de colegio en menos tiempo”, dice la futura madre, quien además acude a clases con su hijo de 3 años.
La oferta de bachillerato intensivo, que impulsa el Ministerio de Educación, ayuda a jóvenes como Yuleysi a concluir el colegio y conseguir mejores oportunidades laborales.
La directora de coordinación educativa, María Verónica Morales, explica que esta semana se presentó el programa que contempla 3 etapas: primero, segundo y tercero de bachillerato para jóvenes de 20 a 29 años. “Los alumnos que no estudiaron los 3 años entraron a la oferta que dura 10 meses; si no terminaron segundo de bachillerato, tendrán que ir a la de 7 meses y a los que le falta el tercero les toca la de 4 meses”.
El pasado 13 de julio se arrancó con el grupo que tiene pendiente el tercer año de bachillerato. Al igual que Yuleysi, esta semana 102 participantes, distribuidos en los planteles Fe y Alegría, 20 de Abril y Esteban Cordero de Guayaquil, se inscribieron en la oferta presencial para terminar los 3 años. Todos recibirán 8 horas de clases de lunes a viernes y los sábados.
Alexis Ayoví, de 22 años, es otro de esos casos. A ella le toma varios minutos llegar al plantel Fe y Alegría. “Siempre quise terminar la secundaria, nunca me imaginé verme en esta situación, pero por problemas de familia no pude. Ahora ya tengo un bebé y por él quiero ser profesional”.
Freddy Flores, de 25 años, contó que hace 15 tuvo que dejar el colegio por reencontrarse con su familia que había emigrado a Italia. “Volví porque quiero tener mi título de bachiller; donde vivía (Italia) no me podía dar el lujo de estudiar y me dediqué a trabajar para poder vivir”. (I)