En Bogotá se puede disfrutar de todo lo que una metrópoli de estas características puede ofrecer: cines, centros de baile, parques temáticos y turismo en estado puro recorriendo la historia prehispánica y admirando sus edificios coloniales. Su oferta paisajística incluye vistas de sabana, bosques, vegetación frondosa, excursiones a cerros y cascadas. Los turistas nacionales y extranjeros pueden subir al cerro de la Monserrate y admirar desde allí su santuario y la vista de una ciudad que tiene barrios de casas bajas, pero también grandísimos edificios y muchos rascacielos. Allí, entre algunas opciones, se realizan excursiones familiares, hay rutas de ocio y nocturnas para divertirse con amigos; también cuenta con parajes perfectos para disfrutar de un día en pareja. Están los lagos, parques menos concurridos y vistas desde los puntos más altos de la ciudad. Bogotá luce iluminada y destellante. Sin embargo, en el Informe de Calidad de Vida del programa Bogotá, Cómo Vamos (BCV), que se presentó a finales de julio de este año, reveló que más del 52% de metas del Plan de Desarrollo, tiene progresos significativos; el 22%, avances relativos y el 26% aparece sin progresos. Según Omar Oróstegui Restrepo, director de BCV, Bogotá se desarrolla significativamente en seguridad, salud, educación y, relativamente, en movilidad y medioambiente, aunque tiene que trabajar más en hábitat. Las cifras de todos los sectores fueron analizadas con el apoyo de expertos en cada tema y teniendo como perspectiva que la ciudad debe mirar hacia el 2020. De ahí que con la evaluación y el diagnóstico, el informe incluyó un paquete de recomendaciones de los desafíos más urgentes y prioritarios, según una publicación de diario El Tiempo de Bogotá. Movilidad Eduardo Behrentz, vicerrector de Desarrollo de la Universidad de los Andes, indica que hay que tener paciencia porque no es fácil resolver los problemas de un tema tan complejo como es la movilidad, que tiene tantas aristas, que está sumergido en la inercia y que de por medio hay una ciudadanía que quiere ver cambios de un día para otro. Hay asuntos en los que, en la evaluación, los indicadores son positivos, como ocurre en salud. Luis Jorge Hernández, coordinador del área de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, destacó logros como la disminución de la mortalidad materna, que pasó de 36 casos en 2015 a 24 en 2016, y la infantil, que conserva la tendencia a la baja: de 907 niños de un año en 2015 pasó a 893 en 2016. En lo que respecta al ambiente, Mauricio González, profesor de la Facultad de Estudios Ambientales de la Universidad Javeriana, advirtió que falta más gestión para descontaminar las fuentes hídricas. El experto alertó que uno de los puntos más débiles que enfrenta la ciudad es el manejo de los residuos sólidos. Según el informe de Calidad de Vida, en 2016 solo el 3% de ellos fue aprovechado frente a un 15% que se reportó en 2015. Entre los desafíos planteados sobresalen desarrollar estrategias de intervención para reducir las muertes violentas en jóvenes; fortalecer las políticas para el desarme y la restricción del porte de armas en la ciudad, acompañado de mayores controles y sanciones al comercio ilegal; fortalecer las acciones de la política pública para erradicar la pobreza, entre otros. (I)