Publicidad
Guayaquil, una urbe tropical que ignora a sus salseros
En las fiestas julianas u octubrinas de Guayaquil ya es tradición que al menos se realicen uno o 2 shows en los que la salsa predomina y donde cantan artistas internacionales como Gilberto Santa Rosa, Henry Fiol, el Gran Combo de Puerto Rico, orquestas como Niche, Guayacán o La Suprema Corte, Gabino Pampini, David Pabón, Tony Vega, entre otros.
Pero pocas veces estos espectáculos son organizados netamente con artistas nacionales, ¿existen acaso músicos de este género en la ciudad?
Adolfo Olivares, que se denomina el ‘Ciclón de la Salsa’, explicó que en Ecuador nunca ha existido una cultura arraigada de salsa, como ocurrió en Colombia.
Dijo que esto se debió al apoyo que se dio a los propios músicos, creyeron en su gente, no solo desde el lado de los empresarios y productores, sino de los medios y finalmente el público.
“Los músicos de ahora —sobre todo los de provincias con más peso: Guayas, Manabí y Esmeraldas— hacen un esfuerzo para autofinanciarse y grabar en un buen estudio, hacer arreglos de calidad para sus temas y promocionarse, pero no hay apoyo de alguna entidad pública o privada.
Lo mismo indicaron Iván Burgos, ‘Daddy Iván’, una de las voces melódicas del conjunto Los 5 elementos de la salsa urbana, y César Nacipucha, cuyo nombre artístico es ‘Leo Evolution’.
Freddy Barberán, la Guayaquil All Stars, Juan Carlos el ‘Jefe’ Vergara y la Orquesta de Cámara de la Estatal ofrecieron un show en tributo a Héctor Lavoe el pasado 30 de sept. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
Ambos dijeron que muchos conocedores del género rechazan a la salsa urbana y al estilo choque como salsa en sí, algo que incluso ocurre en Colombia, pero ellos también pasan por las mismas dificultades. “No se nos invita a shows grandes o no hay apoyo para que nos preparemos adecuadamente como ocurre en Puerto Rico, Cuba o República Dominicana donde hay escuelas gratuitas especializadas en salsa, donde la educación es distinta a la de un conservatorio.
Nacipucha agregó que solo para trabajar con el productor Papo Cortez, un artista nacional debe invertir entre $ 600 y $ 800, además del valor para pagar a un promotor que lo difunda en los medios.
El cubano radicado en Guayaquil desde hace más de 20 años, Joel Alleguez, mencionó que sí hay una generación de salseros que son desconocidos por los ecuatorianos. Esto, porque la mayoría sobrevivió haciendo covers de salseros extranjeros.
Añadió que muchos de ellos no eran solistas, sino vocalistas de orquestas. Entre ellos están Roberto Ronquillo, Alonso Flores, Wilson Robles; percusionistas como Giovanny ‘Cocoliso’ Rosado y Gustavo Blacio (de la Blacio Jr.), y el pianista Newton Velásquez.
Desde su perspectiva, Alleguez indicó que la dolarización permitió mejorar un poco el proceso de grabación (adquisición de equipos), y el Internet ayudó a difundir sus trabajos a otros países. “En Guayaquil siempre hubo buenos grupos y músicos salseros, solo que pocos grabaron temas originales, y los que lo hicieron no lograron trascender a escala radial o televisiva”, enunció.
Tanto Alleguez como Olivares coinciden en un referente salsero de la década de los ochenta: Tony Boleta. “En esa época era el auge de la salsa erótica y él fue el pionero de la salsa en Ecuador. Interpretaba sus propios temas”, dijo Olivares.
Alleguez mencionó que “él hizo ‘roncha’ en su momento, pero tuvo problemas legales, fue encarcelado en varias ocasiones y eso acabó su carrera”.
El promotor especializado en salsa, Willie Colón Lucas, señaló que sí ha visto talento en el país pero que no hay una cultura salsera. Indicó que los músicos actuales no ven la carrera musical como una profesión seria sino como una afición, mientras que otros hacen el esfuerzo de salir del país y capacitarse en Puerto Rico, Cuba o Colombia.
“El músico, sobre todo el cantante salsero, debe aprender a tocar instrumentos e interpretar todo tipo de género incluida la música nacional”, dijo.
El ex-DJ explicó que falta más preparación académica, que así como un ingeniero o un doctor debe pasar varios años en la universidad para obtener todos los conocimientos de su rama, debe pasar con los artistas salseros, ya que a nivel vocal este género se canta en clave de 2-3 y de 3-2 (el sonido más conocido de la salsa).
Gabriela Rugel, asistente de producción en la radio Onda Positiva, manifestó que justamente eso es lo que buscan cada vez que aceptan el material discográfico de los artistas nacionales.
“Nosotros vemos la calidad del sonido; analizamos la producción, por ejemplo, vemos que la letra se entienda, que no tenga contenido ofensivo, que esté sincronizada con la melodía o que la voz no tenga un excesivo uso del Auto-Tune (un procesador de voz que corrige desafinaciones y errores)”, mencionó.
Rugel también comentó que en los 2 años que lleva trabajando en la emisora ha visto cómo el 1x1 de la Ley de Comunicación ha sido beneficioso porque ahora hay más artistas —en este caso, salseros— que presentan temas nuevos y son de buena calidad.
“Quizás en otras radios no transmiten mucha salsa nacional, incluso confunden la chicha con lo tropical, pero al menos en Onda Positiva les damos cabida no solo a sus sencillos sino que los entrevistamos”.
Ese mismo espacio le da el bar Rigoberto, ubicado en la 15 y Cuenca. De lunes a sábado venden platos de la gastronomía costeña y colocan algunos de los 5 mil discos de vinilos de salsa clásica que tiene el local.
Rigoberto Tierras, administrador del bar, y uno de los hijos menores del propietario, expresó que los artistas nacionales van al local y dejan sus temas promocionales o sus discos con videoclips para que ellos los pasen. “No todos aprecian las nuevas canciones porque desconocen a los artistas nacionales. Pero eso no es novedad. Cuando Kiko Fuentes —quien tenía su orquesta aquí— viaja de EE.UU. a Guayaquil, pasa desapercibido por los medios, no saben la importancia que tiene en el mundo salsero de Guayaquil”.
Rigoberto agregó que tanto en EE.UU. como en Europa la salsa ecuatoriana es más valorada. Su padre, Carlos Tierras (78), dueño del bar que tiene un poco más de 4 décadas, resaltó algunos de los problemas que él ha identificado, como que los salseros de nacionales son malos copiadores, son músicos de oído y no de conservatorio, que no sacan temas inéditos, y que no existen ya arreglistas para este género.
“Kiko Fuentes, Tony Reyes de la orquesta Los Dinámicos, Paco Franco, Ismael Granda, tuvieron que migrar a Nueva York para salir adelante pero llegaron tarde, las orquestas allá también estaban desapareciendo”.
Cuando se refirió a Nueva York, a Carlos se le hizo inevitable comentar con un tono de tristeza cómo la mayoría de la Fania All Stars (de donde salió Héctor Lavoe) han muerto y los pocos que sobreviven ya no graban por las pérdidas ocasionadas por la piratería.
Padre e hijo recordaron que 2 músicos ecuatorianos que sí lograron mantenerse en Nueva York son Rey Bayona y el portovejense Marco Bermúdez quien aún es parte de la orquesta Spanish Harlem, que ganó un premio Grammy en 2004. (I)