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El 'asesino del martillo' sigue prófugo desde hace 5 años

María Flores R. muestra una foto de Roberto C.C., quien supuestamente mató a su hija. El hombre fue llamado a juicio, pero la audiencia no puede realizarse sin el imputado.
María Flores R. muestra una foto de Roberto C.C., quien supuestamente mató a su hija. El hombre fue llamado a juicio, pero la audiencia no puede realizarse sin el imputado.
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La noticia de que el sospechoso de asesinar a su única hija podría pasar a la lista de los ‘Más Buscados’ de Ecuador provoca en María Flores cierta satisfacción.

Roberto C.C., quien recibió apelativos como el ‘asesino del martillo’ o el ‘martillador’ está prófugo desde el 4 de octubre de 2011 cuando supuestamente cometió el crimen, en un departamento de un condominio situado en la Cdla. Urdesa, norte de Guayaquil.

Desde esa fecha, el individuo —de 41 años— fue ingresado en la nómina de los requeridos por la justicia en la provincia de Guayas, su fotografía está en el primer lugar.

Aumentaría la recompensa

“Estoy pendiente de ese caso. Estamos considerando subirlo a la lista de los ‘Más buscados’ a escala nacional y como consecuencia se incrementaría el monto de la recompensa” [por su captura], señaló Diego Fuentes, viceministro de Seguridad Interna, del Ministerio del Interior. El funcionario instó a la ciudadanía a apoyar con información para localizar al sospechoso.

María Flores vive sola desde hace 5 años, y sin hacer bulla no ha parado de buscar justicia por la muerte de María Fernanda Fernández de Córdova Flores, quien tenía 21 años. “Para mí es como si hubiera sido ayer. Yo confío en que pronto capturen al asesino. En mi corazón no hay odio, lo he perdonado, pero siento que le debo a mi hija lograr que su asesino pague su culpa. Y no solo debe hacerse justicia por mí, sino por todos los casos”.

La mujer admite que los 6 primeros meses sin su hija fueron los más duros, pues no tenía fuerzas ni para levantarse de la cama y hasta pensó en quitarse la vida. Sin embargo, recapacitó y pensó que no podía dejar el crimen de su hija en la impunidad. Con mucho esfuerzo hizo a un lado ese dolor que la tenía postrada en la cama y se movió de un lado a otro para agilizar las investigaciones. “Hasta hice de conserje para obtener respuestas”.

Flores aún asiste a terapias psicológicas y psiquiátricas, pues María Fernanda era su única compañera y aún no supera el no tenerla a su lado. “Desde que ella se fue se complicó mi vida. Llevo 5 años en tratamiento, además busco la fortaleza en Dios; el dolor es latente y nunca va a pasar”.

En su cartera, de color negro, guarda 2 fotografías idénticas del supuesto asesino, pues está tramitando un pedido para que la foto, que es difundida por la Policía Nacional, sea actualizada. Considera que tal vez el individuo ya se modificó el rostro para que no lo reconozcan, pero aun así anhela que lo capturen.

Esa misma imagen la ha compartido a través de una cuenta de Facebook que tiene a nombre de su hija, pues sabe que el contenido publicado puede llegar a otros países, porque hay muchos que la comparten. “Es como si estuvieran identificados con mi dolor. Ahí veo cómo las amigas de mi hija ya tienen una familia, cómo han crecido profesionalmente y me la imagino a ella alcanzando sus metas profesionales y personales. Era mi sueño acompañarla en su matrimonio y ayudarla a cuidar sus hijos”, expresa mientras contiene las lágrimas. “Era única”, agrega, agacha la mirada y respira como para recobrar fuerzas.

María recuerda que su hija había terminado la relación con Roberto C.C., porque era celoso, violento, conflictivo, pero —según recordó— él siempre la buscaba. “Después del hecho no volví a saber nada más de él. Siempre había especulaciones de que estaba en un sitio y luego en otro, pero era para despistar su verdadera ubicación”.

Christian Flores Ruiz, tío de María Fernanda, detalló que la última diligencia realizada por este caso fue la audiencia de llamamiento a juicio. “El juez dictaminó la implicación de Roberto C.C. en el delito de asesinato. Para que se inicie el juicio el imputado debe estar presente”.

El familiar aún recuerda indignado que los parientes del sospechoso hicieron comentarios ofensivos para justificar el crimen; por ejemplo, que era María Fernanda quien lo acosaba. “Fueron más de 25 martillazos según la autopsia”, enfatizó.

45 femicidios en un año

En 2011, en Ecuador aún no estaba tipificado el delito de femicidio. El ilícito fue agregado en el Código Orgánico Integral Penal (COIP), que entró en vigor el 10 de agosto de 2014. La sanción ahora es de 22 a 26 años.

Según un informe de la Fiscalía General del Estado en el primer año de la normativa hubo 45 casos de mujeres asesinadas por sus parejas o convivientes, como resultado de relaciones de poder. 21 de estos sucedieron en la región Costa, 18 en la Sierra y 6 en la Amazonía. En el estudio consta que en el primer año del COIP se consiguieron 18 sentencias por femicidio. (I)

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