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Salud
Una acción marca la diferencia entre la vida y la muerte
¿Quién no se ha quedado inmóvil o se ha sentido inútil frente a una emergencia, ya sea un accidente o una reacción repentina como convulsiones o inicios de un ataque cardíaco?
Javier Sotomayor, rector del Instituto Superior Tecnológico de la Cruz Roja Ecuatoriana, asegura que la ciudadanía debería capacitarse en primeros auxilios porque, en los casos de emergencia, no es suficiente la buena voluntad de las personas, sino que sepan qué hacer y cómo hacerlo.
Sotomayor menciona que en los últimos años, los quiteños han mostrado mayor interés por capacitarse. En 2016, 19.000 personas —por voluntad propia— recibieron un curso básico de primeros auxilios.
Además de que la ciudadanía esté lista para enfrentar con éxito una emergencia, el titular de la Cruz Roja señala que lo que se busca es instaurar una cultura de autoprotección y cuidado en el hogar, el trabajo, los centros educativos y los barrios.
“Si los miembros de mi familia y mis compañeros de aula o trabajo están entrenados aumenta —significativamente— el porcentaje de salvar vidas”.
Durante una caída o un accidente en la casa es importante tomar los signos vitales del herido y luego colocarlo en una posición adecuada para que espere la ayuda de una ambulancia. Foto: Cortesía AMP Salud y Medicina
El primer paso es un balance de signos vitales
Frente a cualquier emergencia, lo que primero se debe realizar es la toma y reconocimiento de los signos vitales: conciencia, respiración y pulso. Para saber si una persona accidentada o enferma está consciente hay que hacerle preguntas sencillas, como ¿me oye?, ¿puedo ayudarle? o tocarle el hombro para ver si responde.
Si la persona contesta es que mantiene el nivel de conciencia correctamente y por lógica las constantes vitales. Si no responde, a pesar de distintos estímulos, como pellizcarle para observar sus reacciones es porque está inconsciente.
La recomendación es llamar a una ambulancia y examinar la respiración y el pulso mientras llega la ayuda.
Silvia Quinteros, directora académica de la Escuela de Emergencia de la Cruz Roja, indica que el pulso es la frecuencia cardíaca de una persona.
El indicador del funcionamiento del corazón se mide colocando las yemas de los dedos índice y medio sobre la arteria radial (vena) de la muñeca del herido. Otra de las alternativas es tocar la arteria carótida ubicada bajo el ángulo del mentón.
En los niños el pulso normal es de entre 60 y 100 latidos por minuto, mientras que en los adultos es entre 80 y 130. Si no encuentra pulso, inicie el masaje cardíaco externo. El corazón está ubicado en el centro del pecho, entre el esternón y la columna vertebral.
Por esto, si se aplica fuerza sobre el esternón, el corazón se contraerá contra la columna vertebral y expulsará la sangre que contenga en su interior. Al dejar de presionar sobre el esternón, el corazón se volverá a llenar de sangre pasivamente y así sucesivamente.
Para comprobar si una persona respira, quien presta los primeros auxilios debe mirar si el tórax sube y baja. También puede colocar su oído junto a la boca del afectado para escuchar su respiración.
En un niño, la frecuencia respiratoria normal es de 12 a 30 respiraciones por minuto. Para los adultos la media es 12 a 20.
La profesional en emergencias médicas explica que este signo vital se mide colocando una mano sobre el pecho del doliente. Sugiere que esta acción se realice sin que el paciente se dé cuenta. “Muchas veces se ponen más nerviosos y eso hace que su frecuencia respiratoria se acelere”.
Si la persona respira espere la ayuda. Si no lo hace, una reanimación pulmonar puede salvarle la vida.
¿Cómo hacerlo? Cuando una persona deja de respirar, la única maniobra eficaz en ese momento es intentar introducir aire en sus pulmones. Para conseguirlo hay que despejar la vía respiratoria mediante un soplido en la boca, que llegue hasta los pulmones.
La paramédico Gladys Medina explica que para permitir el paso del aire se deben utilizar las manos. La derecha sobre la frente del afectado y la izquierda en el mentón. De esa forma mueva la cabeza completamente hacia atrás hasta que el mentón suba. Con esta maniobra se despejará la garganta.
Una vez que la vía respiratoria esté libre, tape la nariz con los dedos índice y pulgar, tome aire profundamente y en contacto con la boca del afectado eche aire con fuerza, pero de forma pausada.
Para comprobar que el aire está ingresando a los pulmones, hay que fijarse si el pecho de la persona herida se eleva.
Los atragantamientos son comunes en adultos mayores
Cuando alguien se atranca al comer un alimento sólido, normalmente logra escupirlo tosiendo con fuerza, pero en otros casos la tos no es suficiente y la persona se ahoga.
En casos de asfixia, quien va a prestar ayuda debe colocarse detrás de la espalda del accidentado, con un pie entre 2 de quien no puede respirar. Con las manos colocadas alrededor del torso y ejerciendo presión en la boca del estómago, se realiza una serie de tracciones fuertes. Los movimientos tienen que ser en forma de J.
Si el accidentado es una mujer embarazada o un bebé no se debe practicar esta técnica. En ningún caso trate de colgar a la persona por los pies ni introduzca la mano en su boca para que trate de vomitar.
Uno de los técnicos en emergencias médicas de la Cruz Roja Ecuatoriana realiza una acción para ayudar a una persona que se atora. Foto: Carina Acosta / EL TELÉGRAFO
¿Qué hacer frente a un ataque al corazón?
Mientras llega una ambulancia, coloque a la víctima sobre una superficie dura, ponga las manos, una encima de otra, en medio del tórax y mantenga los brazos estirados. Se debe presionar unas 100 veces por minuto empleando todo el peso del cuerpo para hundir la caja torácica varios minutos.
En Ecuador, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicados en 2016, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el país.
Medina asegura que por cada minuto de demora en la atención se disminuye en 10% la posibilidad de supervivencia.
De hecho, la probabilidad de que una persona que sufre una parada cardiorrespiratoria sobreviva puede duplicarse o triplicarse si recibe de forma adecuada los primeros auxilios por parte de un familiar, amigo o cualquier testigo.
¿Cómo ayudar en caso de convulsiones y desmayos?
Quinteros informa que, por lo general, una persona que va a pasar por una convulsión lo presiente. El afectado debe permanecer en un lugar seguro para que no se lastime.
Lo primero que se debe proteger es su cabeza. La tecnóloga en emergencias médicas indica que no se debe colocar nada en la boca del afectado.
En caso de desmayos no se recomienda el uso de colonias o perfumes para reanimar a la persona. Lo óptimo es colocarla en posición fetal para que descanse. (I)
Los tecnólogos médicos que se forman en la Cruz Roja están capacitados para revivir a una persona a través de descargas. Foto: Carina Acosta / EL TELÉGRAFO
DATOS
En el caso de una herida por arma de fuego hay que mantener una compresión en el área afectada.
Tener caliente al afectado es clave, porque las lesiones implican pérdida del calor corporal.
No medicar bajo ningún concepto es lo que recomiendan los médicos en casos de emergencias.
Si hay una fractura, el entablillado solo sirve para los huesos de las extremidades, no los de la pelvis o el torso. (I)
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Solo la ayuda apta salva vidas luego de un accidente de tránsito
Lo que primero se debe realizar si se presencia un accidente de tránsito es llamar a los números de emergencia. En Ecuador, el 911 es la línea que recepta todas las urgencias.
Mientras llega la ayuda, nunca se debe mover a la víctima, a menos que sea imperiosamente necesario, ya que se le puede causar un daño mayor. La movilización o desplazamiento de un herido se hace únicamente si el lugar donde se encuentra es peligroso para él o para quienes lo asisten. En caso de que sea imprescindible mover al accidentado hay que evitar la flexión de su cuerpo.
Quien brinda ayuda debe fijarse en los signos vitales. Hablar con la víctima le ayudará a conocer si está consciente. Si el afectado es un motociclista hay que evitar retirar el casco, pues esta acción podría causar una lesión medular con parálisis permanente o consecuencias peores. Se recomienda aflojar —con mucho cuidado— la ropa para facilitar la respiración.
Los heridos tienden a perder rápidamente la temperatura corporal, por ello es necesario cubrir con una manta al accidentado. Hay que verificar la presencia de lesiones o heridas de gravedad que impidan algún movimiento. Si alguna arteria ha sido afectada, el herido podría desangrarse en cuestión de minutos y para evitarlo es importante mantener presión con una prenda de ropa sobre el lugar donde se presencia la hemorragia.
El traslado del paciente debe hacerse en ambulancia, pero en situaciones en las que no se cuenta con este automotor se puede usar un vehículo de interior espacioso colocando el cuerpo en forma estirada. En el caso de que la persona haya quedado inmovilizada en el interior de un carro, hay que desabrocharle el cinturón de seguridad y sacarla mientras se le sujeta la cabeza y la espalda de tal manera que queden en una misma línea horizontal.
Finalmente, los testigos no deben aglomerarse alrededor del accidentado. Solo la ayuda capacitada salvará su vida. (I)